Desde que se reanudaron los viajes tras la pandemia, los cruceros han resurgido con fuerza. Este renacer ha reavivado el debate sobre su impacto medioambiental y la presión sobre los destinos más populares.
En 2023, los viajes en crucero superaron los niveles previos a la pandemia de 2019, registrando 31,7 millones de pasajeros, según el Informe sobre el Estado de la Industria 2024 de la Asociación Internacional de Líneas de Cruceros (CLIA).
Con el 84% de los baby boomers y Gen Xers y el 81% de los millennials planeando volver al mar, los cruceros siguen siendo una opción de viaje dominante y duradera. Sin embargo, los líderes del sector aún deben trabajar para responder a las preocupaciones de los pasajeros en materia de sostenibilidad.
Prohibición de cruceros en decenas de destinos abrumados
El sector de los cruceros viaja a todas las partes del mundo, incluida la Antártida. Sin embargo, algunos puertos han respondido a los huéspedes de los cruceros aplicando tasas turísticas, limitando el número de buques en puerto o prohibiendo totalmente que atraquen.
Venecia prohibió a los cruceros atracar en su puerto. Muchas líneas de cruceros siguen ofreciendo itinerarios “venecianos”, pero ahora atracan en ciudades cercanas, como Trieste o Rávena, y llevan a los pasajeros a la ciudad en autobús.
Juneau, la capital de Alaska, se enfrenta a un tráfico de cruceros abrumador durante su corta temporada. La ciudad, que recibe 1,6 millones de visitantes al año, planea limitar el número de cruceristas diarios en 2026.
Santorini, en Grecia, recibe más cruceristas de los que su población puede soportar, lo que ha llevado a las autoridades locales a limitar el número de barcos que pueden atracar diariamente. En esta popular isla griega, los pasajeros de cruceros se encuentran a menudo con la tensión de los lugareños, incluso con un solo barco en el puerto.
Los pasajeros de cruceros sufren cada vez más la ira de los locales hartos del turismo excesivo, ya que los residentes reciben a los barcos con protestas y cánticos. En casos extremos, como en Barcelona, los ciudadanos rocían con agua a los turistas, obligándoles a abandonar las principales atracciones de la ciudad.
Recientemente, los habitantes de Ámsterdam protestaron e impidieron que atracara el crucero mundial de Royal Caribbean, de nueve meses de duración, bloqueando las esclusas que el barco debía utilizar para entrar en el puerto.
Los cruceros dañan las vías fluviales y los ecosistemas
Además de contribuir al turismo excesivo, quienes se oponen a los cruceros afirman que este sector destruye el planeta con sus elevadas emisiones y daña las vías fluviales y los sistemas de arrecifes. Les preocupa que con más barcos y más grandes aumenten los daños medioambientales.
“Yo no viajaría en crucero por varias razones”, afirma Emese Maczko, propietaria de Eco Lodges Everywhere. “Estos megabuques tienen una enorme huella ambiental y están abrumando los destinos pequeños”, añadió.
¿Cómo los cruceros se están volviendo más sostenibles?
Una forma que tienen las líneas de cruceros de hacer más sostenible su tipo de turismo es escalonar sus llegadas a puertos frecuentemente masificados. Los itinerarios pueden limitar la cantidad de barcos en un mismo puerto programando las llegadas en días distintos o pasando menos tiempo en puerto.
En Mykonos, por ejemplo, los barcos escalonan las horas de llegada: uno atraca a primera hora de la mañana y otro por la tarde. Esta estrategia reduce la masificación y permite a los cruceristas conocer destinos populares.
Algunas líneas de cruceros compran islas e incorporan esas escalas a sus itinerarios más populares. Está previsto que en los próximos dos años se abran 10 destinos propiedad de líneas de cruceros y cinco nuevas islas privadas o clubes de playa.
Algunas de las islas privadas más populares se encuentran en las Bahamas, donde los cruceristas disfrutan de aguas cristalinas y arena blanca. Disney posee ahora dos paradas privadas: Castaway Cay y Lookout Cay, en Lighthouse Point. Carnival Corporation posee Half Moon Cay y Princess Cay, y tiene previsto abrir Celebration Key en julio de 2025.
Royal Caribbean ofrece su popular isla privada, Perfect Day at Coco Cay, en la mayoría de los itinerarios por las Bahamas. Es una de las paradas favoritas de los cruceristas, y algunos pasajeros seleccionan sus itinerarios específicamente para poder visitarla.
Virgin Voyages, la línea de cruceros sólo para adultos propiedad de Richard Branson, no tiene una isla entera, sino que ofrece una opción de club de playa en Bimini, una cadena de islas de las Bahamas al este de Miami.
Trabajando por reducir su impacto ecológico a futuro
La CLIA destaca el objetivo de muchas líneas de cruceros de tener emisiones netas cero en 2050. Para lograrlo, las líneas de cruceros han invertido en avances tecnológicos destinados a reducir su huella medioambiental.
Se están llevando a cabo unos 32 proyectos piloto e iniciativas de colaboración con productores de combustible y empresas de motores para probar combustibles y tecnologías sostenibles.
En su informe 2023, la CLIA esboza varias iniciativas clave para hacer de los viajes en crucero una forma de turismo sostenible en los años venideros. Con los sistemas avanzados de tratamiento de aguas residuales (AWTS), las líneas de cruceros de la CLIA se comprometen a no verter aguas residuales sin tratar durante las operaciones regulares.
Algunas líneas de cruceros también utilizan infraestructuras avanzadas para producir hasta el 90% de su agua a bordo, lo que reduce la necesidad de tomar agua de zonas con recursos limitados.
Para reducir el impacto en la vida marina, los miembros de la CLIA deben reducir la velocidad en zonas sensibles y utilizar tecnología para reducir el ruido y las vibraciones submarinas. Algunos buques también acogen a científicos para apoyar la investigación de la vida marina.
Hay cruceros que reutilizan todos los residuos: aprovechan el calor sobrante de la maquinaria para calentar el agua y reducen el desecho alimentario con biodigestores.
En cuanto a los combustibles más ecológicos, los buques con sistemas de propulsión flexibles podrán adaptarse al bioGNL, el GNL sintético o el metanol cuando estén más disponibles.