Ciudadanos de la Ribera del Río Hondo, Reprochan Abandono Gubernamental
4 Oct. 2025
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Luego de reparar por su cuenta la carretera Bachilleres–Javier Rojo Gómez
Ricardo Jesús Rivas/ CAMBIO 22
CHETUMAL, 4 de octubre. – Lo que comenzó como un acto de solidaridad comunitaria terminó convirtiéndose en un estallido de indignación social. Tras la difusión de imágenes y videos donde habitantes del tramo Bachilleres–Javier Rojo Gómez reparan por su cuenta la carretera, las redes sociales se llenaron de comentarios críticos hacia las autoridades estatales y municipales, señalando el abandono en que se encuentra la zona cañera, así como, el distanciamiento de la presidenta municipal Yensunni Martínez Hernández.


Usuarios destacaron la falta de respuesta del gobierno pese a años de peticiones. “La gobernadora solo vino a pedir votos y a tomarse la foto, ahora ni sus luces”, escribió un internauta, mientras otro ironizó que “al rato saldrá a decir que fue su obra”. La molestia escaló rápidamente, con comentarios que reflejan una pérdida de confianza generalizada: “Cuando lleguen pidiendo el voto, mándenlos a la chingada”, publicó un usuario con decenas de reacciones de apoyo.

Entre los mensajes, también hubo un reconocimiento al esfuerzo ciudadano. Vecinos y usuarios celebraron la unión mostrada por los habitantes del Río Hondo, afirmando que “el pueblo pone y el pueblo quita”. Algunos aprovecharon para denunciar que los programas de apoyo social no se traducen en mejoras reales: “¿Y los $500 por los que votaron? Ahora el pueblo tiene que resolver sus propios problemas”, expresó otro participante del debate digital.

El tono de los comentarios, mayoritariamente de frustración, dejó en claro que la población no solo reclama infraestructura, sino también coherencia entre los discursos oficiales y las acciones. La autogestión vecinal —con campesinos, amas de casa y obreros bacheando la vía con recursos propios— fue vista como símbolo de dignidad, pero también como una muestra del vacío gubernamental.

Algunos cibernautas incluso anticiparon un posible intento de capitalizar políticamente la obra. “Ya verán que los del gobierno se adjudican el trabajo”, advirtieron varios usuarios, reflejando una percepción de desconfianza que se extiende más allá de la ribera del río y que alcanza a la administración estatal.

El episodio, además, de la anécdota local, pone sobre la mesa el creciente distanciamiento entre la ciudadanía y sus autoridades. En una región históricamente marginada, la realidad es que, mientras el gobierno promete desarrollo, el pueblo —una vez más— tuvo que hacer el trabajo que las instituciones olvidaron.
KXL




















