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• Despacho 14

 

• El Violento Oficio de Escribir.

 

• La Detención de El Limones en Durango, pone el “Ojo del Huracán” al diputado federal Pedro Haces Barba.

 

• Insostenible el sindicato que impulsa y proyecta el Morenismo para suplir a las centrales obreras tradicionales.

 

Alfredo Griz/CAMBIO 22

DURANGO, Dgo. — A principios de diciembre, la madrugada se rompió con movimiento táctico, cierres viales y el estruendo silencioso de una operación que pocas veces ocurre en esta esquina del norte mexicano: fuerzas federales encabezadas por la Secretaría de Marina, la Defensa Nacional, la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, la Fiscalía General de la República y el Centro Nacional de Inteligencia ejecutaron operativos simultáneos en Durango capital y Gómez Palacio. El objetivo era claro, aunque el nombre de la víctima era apenas un apodo: Édgar “N”, mejor conocido como “Limones”.

Las imágenes que circulan en redes sociales muestran a un hombre vestido con pants, desaliñado, bajo custodia. Cuatro meses antes, esa misma persona aparecía en otra fotografía muy distinta: en el pleno de la Cámara de Diputados, con saco y barba delineada, flanqueado por dirigentes sindicales, con el escudo nacional de fondo. Era el secretario de Organización de la CATEM en Durango. Ese contraste es un símbolo poderoso de lo que este reportaje intenta explorar: la frontera borrosa entre sindicalismo, poder local y presuntos delitos de extorsión.

Una detención en el corazón de la Comarca Lagunera

De acuerdo con el Secretario de Seguridad Pública federal, Omar García Harfuch, la captura de “Limones” es un golpe directo a las redes de extorsión enquistadas en la región, parte de la Estratégia Nacional contra la Extorsión. Estaba bajo investigación por presuntas extorsiones a comerciantes y ganaderos, así como por operar las finanzas de un grupo criminal conocido como “Los Cabrera”. La Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) detectó operaciones irregulares ligadas a extorsión y fraude que habrían sido facilitadas a través de empresas fachada y movimientos financieros que superan los mil millones de pesos, incluso en países extranjeros.

Durante los operativos en la capital duranguense cercaron colonias enteras, mientras que en Gómez Palacio el movimiento táctico se concentró en las instalaciones locales de la CATEM, ubicadas en el centro. Las autoridades aseguraron armas largas, una granada y equipo táctico durante la detención.

El anuncio de Harfuch, replicado en redes por las cuentas oficiales de la Secretaría de Seguridad, desencadenó una ola de reacciones: alivio en algunos sectores productivos, inquietud en otros y, sobre todo, preguntas difíciles sobre la presencia y funciones de la Confederación Autónoma de Trabajadores y Empleados de México (CATEM) en la región y en el país.

CATEM: ¿sindicato, organismo de representación o actor político?

Fundada hace aproximadamente 15 años por Pedro Haces Barba, senador y diputado federal por Morena, la CATEM —según su propio sitio oficial— se define como una central sindical moderna que promueve los derechos de trabajadores en ambos sectores, formal e informal, y que busca una relación constructiva entre empleados, empleadores y Gobierno.

En su misión declara buscar “la protección de los derechos laborales”, la democracia sindical y una “paz laboral” que contribuya a generar fuentes de empleo. Su visión es ser reconocida como una organización honesta, democrática y transparente.

No obstante, fuera de la narrativa oficial, la CATEM es un fenómeno complejo en el sindicalismo mexicano:

• Ha logrado expansión territorial con más de una mil federaciones y organización adhirientes en los 32 estados e incluso representación internacional.

 

• Ha promovido quejas internacionales sobre condiciones laborales, incluyendo una ante Estados Unidos bajo el T-MEC por supuestas violaciones a la libertad sindical.

 

• Se ha vinculado con temas laborales de alto perfil, como la titularidad de contratos colectivos en obras relevantes —p. ej., en la remodelación del estadio Azteca.

 

• Y ha suscrito acuerdos con otros sindicatos, como el Sindicato Nacional de Servidores Públicos, para consolidar su influencia.

 

Todo ello ha posicionado a la CATEM como una fuerza significativa en el sindicalismo, incluso en foros globales. Pero esa presencia no ha estado exenta de polémica y señalamientos.

La sombra de la extorsión y los conflictos locales

Desde mediados de 2025, productores y cámaras empresariales de la Comarca Lagunera —región compartida entre Durango y Coahuila— han alzado la voz. Agricultores, ganaderos y transportistas denunciaron un “sistema de extorsión generalizado”, con cobros forzados y amenazas que, según dijeron, estaban vinculados a personas que se decían miembros de la CATEM. Varias organizaciones empresariales firmaron pronunciamientos públicos demandando seguridad para producir y trabajar sin pagar “cuotas” ilegales.

En redes sociales incluso circulan videos de forrajeros y transportistas que relatan presiones económicas y amenazas bajo la marca o fachada del sindicato, lo que ha generado alarma en pequeños negocios y cooperativas de la región.

Este clima de tensión se intensificó con protestas masivas de productores y transportistas, quienes bloquearon carreteras para exigir seguridad ante lo que llamaron extorsión disfrazada de cobros sindicales, acusaciones que la CATEM ha negado calificándolas de campaña de desprestigio.

Adicionalmente, medios han reportado señalamientos contra la CATEM en al menos seis estados del país, donde empresarios y algunos trabajadores aseguran haber sido víctimas de cobros indebidos de cuotas, amenazas o presión para afiliarse —aunque en muchos de esos casos no existen denuncias formales debidamente integradas en las fiscalías locales.

Negación, política o realidad

Ante el arresto de “Limones” y las acusaciones en torno a la organización en Durango, la dirigencia nacional de la CATEM, encabezada por Haces, ha negado cualquier vínculo directo y ha denunciado campañas negras en su contra. Haces, quien además de líder sindical es legislador federal por Morena, ha defendido siempre la legalidad y el sindicalismo moderno como ejes de su gestión.

Sin embargo, la presencia en fotografías públicas de “Limones” con líderes sindicales locales, y el hecho de que ocupaba una posición de la CATEM en Durango, plantea preguntas difíciles sobre los límites entre representación sindical legítima, influencias políticas locales y posibles infiltraciones del crimen organizado en estructuras civiles.

Sea cual sea la verdad final que arrojen las investigaciones, lo cierto es que la imagen del sindicato y de su dirigencia nacional está ahora bajo escrutinio, no solo a nivel local sino nacional, justo cuando el sindicalismo mexicano atraviesa transformaciones profundas con la reforma laboral y los nuevos equilibrios de poder en el País.

Y en la Comarca Lagunera, en Durango y Gómez Palacio, el eco de esas decisiones pende entre el silencio de las mañanas heladas y el rumor incesante de los productores que, desde hace meses, solo han pedido lo elemental: poder trabajar sin miedo.

 

 

 

redaccionqroo@diariocambio22.mx

AFC/RCM