• Miembros del cártel mexicano diseñan un campo electromagnético en Argentina para operar una red de tráfico de drogas a gran escala, marcando un nuevo capítulo en las tácticas de los narcotraficantes

 

Redacción / CAMBIO 22

En las calles que bajan hasta el Puerto de Ingeniero White, nadie camina: parece un pueblo fantasma. Apenas se erige una que otra construcción de láminas oxidadas, que en algún momento sirvieron de bodegas. Mientras más caminas, más se hace evidente la soledad de este pueblo ubicado a 650 kilómetros de Buenos Aires, la capital argentina.

A esa zona conocida como partido de Bahía Blanca –a 10 kilómetros de la ciudad del mismo nombre–, los habitantes indígenas la llamaban “Tierra del ente maligno” —algunos opinarán que ese apelativo se lo tiene bien ganado—: la agresividad con la que soplan los vientos que vienen del Océano Atlántico y la Patagonia es inclemente.

Los narcos mexicanos de Puerto Madero estaban viviendo en Argentina desde 2014 | Perfil

Situada al sur de la enorme Provincia de Buenos Aires y a pesar de su relativa lejanía de la capital argentina, el Puerto de Ingeniero White cuenta con una característica especial que convenció a cuatro mexicanos de convertirlo en la base de lanzamiento de una operación de tráfico de drogas internacional.

Esto, al ser el máximo puerto de aguas profundas de Argentina, lo cual permite el ingreso de barcos de gran calado y, por ende, se convierte en el nodo de llegada y salida masiva de productos agropecuarios. Esa era la fachada perfecta para operar el tráfico de cocaína desde América del Sur hacia Europa, oculta en bobinas, donde se suele almacenar acero.

¿Cómo operaban los narcos electromagnéticos mexicanos?

El 18 de junio del año 2017, los mexicanos fueron descubiertos en una operación sin precedentes por parte de agentes estadunidenses y el gobierno argentino. Bautizaron al caso como “Bobinas Blancas” y fueron aseguradas más de dos toneladas de cocaína con un valor de 60 millones de dólares que tenían como destino Canadá y España. Según medios locales, los que manejaban la operación eran miembros del Cártel de Sinaloa.

Las trampas más curiosas que usan los narcos para burlar controles en fronteras y rutas - elDiarioAR.com

También se descubrió que los mexicanos habían diseñado en las bobinas un sistema conocido en la física como jaula de Faraday, que funciona al colocar imanes y un cableado para crear un campo electromagnético que dificulta a los escáneres detectar las drogas. Esta se convirtió en la incautación más grande en la historia del país austral hasta el día de hoy. Estos narcotraficantes mexicanos son famosos allá, pero su historia es prácticamente desconocida acá.

Documentos obtenidos por TELEDIARIO, en el Poder Judicial de la Nación y el Tribunal Oral Federal de Bahía Blanca en Argentina, revelan los detalles de la operación que llegó a su fin el pasado 12 de diciembre de 2024. Tras pasar siete años en prisión, dos de los cabecillas de la organización, Gilberto Acevedo Villanueva y Jesús Madrigal Vargas, lograron que la justicia argentina aceptara un pedido de deportación a México.

Según los documentos judiciales los entresijos de la megaoperación ilegal vinculó a Canadá, México y Argentina. Para saber cómo se descubrió la operación hay que remontarnos al 14 de marzo de 2017, cuando la División Operaciones Federales de la Superintendencia de Drogas Peligrosas de la Policía Federal Argentina recibió el pitazo de la Agencia de Drogas de los Estados Unidos, la DEA.

El antecedente de "bobinas blancas", el mayor secuestro de droga en Bahía que terminó con siete condenados - La Brújula 24

A través de operaciones encubiertas habían descubierto la existencia de una organización de tráfico de estupefacientes a gran escala. Y todo apuntaba a que era una organización de México la que controlaba la estrategia. Esta información sorprendió a las autoridades de un país donde los cárteles trasnacionales no habían mostrado toda su influencia.

El documento enviado a la policía federal argentina decía lo siguiente: “Hay información sobre las actividades de exportación de estupefacientes a Barcelona, España (…) y bajo la cobertura del envío de bobinas de láminas de acero. Este grupo aún no identificado tiene concesiones con México desde donde se estaría financiando la operación”. El cable aseguraba que los mexicanos utilizaban una empresa llamada “El Águila María” y “Can Trade Connection” para exportar bobinas repletas de droga desde el puerto argentino.

La cocaína que, según las investigaciones habría sido traída desde Chile, era primero almacenada en una bodega localizada en la calle México (¿dónde más?, al parecer los narcos mexicanos no se despegan de su país, o al menos escogen ubicaciones con nombres sugerentes), en la ciudad de Bahía Blanca.

Bahía Blanca: con colaboración de la DEA, detuvieron a narcos mexicanos de un cartel con dos mil kilos de cocaína - Infobae

A partir de este momento iniciarían las tareas de investigación que incluyeron más de 50 intervenciones telefónicas para entender quiénes conformaban la red de tráfico de drogas que era liderada por dos mexicanos, Gilberto Acevedo Villanueva y Jesús Madrigal Vargas, que según las primeras investigaciones habían llegado a Bahía Blanca desde Michoacán.

Modus operandi: narcos electromagnéticos usaban prestanombres argentinos

Los investigadores en Argentina lograron determinar que el esquema funcionaba así: desde la empresa Can Trade Connections con sedes en México, Canadá y Argentina, se operaban las exportaciones de bobinas de acero con destino a España e incluso, ocasionalmente, a Canadá. ​El encargado de la logística era un mexicano llamado Rubén de Luna Rodríguez, quien residía legalmente en Canadá, que aún se encuentra prófugo y a quien la Interpol lo busca.

Fue él quien ordenó la apertura de la filial argentina de esta empresa, a la que llamaron con el mismo nombre, siendo su director ejecutivo un argentino llamado Amílcar Darío Martino. Las exportaciones funcionaban gracias al apoyo de otros argentinos que trabajaban en las aduanas como Damián Limanski, asesor comercial y despachante de aduana, Diego Moühsen Carrasco, asesor de exportaciones y Carolina Durante despachante de aduana, entre otros.

El puerto argentino resultó útil para los narcos mexicanos por su ubicación / Especial.

Según el expediente judicial radicado en Bahía Blanca y del que este diario tiene una copia, los cabecillas de la organización con sede en Michoacán eran los mexicanos Max Rodríguez Córdova, Jesús Madrigal Vargas, Gilberto Acevedo Villanueva y Rodrigo Alexander Naged Ramírez, todos originarios de este estado.

Los mexicanos lo hicieron muy bien: se hicieron de empresarios reconocidos en Argentina para ocultar el negocio de tráfico de drogas a través de empresas establecidas y legales en este país. Lograron reclutar a empresarios como Marcelo, Darío y Cristian Cuello, propietarios de Minerales Aconcagua, Pipka Stone y el Grupo Guasch, o a los empresarios Javier y Luciano Busciglio, que eran socios legales de la empresa Águila María.

Ellos habrían tenido a su cargo algunos eslabones vinculados a la logística para la importación y exportación de las bobinas de acero. El Cártel de Sinaloa habría contratado a Óscar Taborda y Eduardo Chávez, dos residentes y mecánicos de Bahía Blanca que habrían puesto “al punto” las bobinas con destino a Europa cargados de coca. En los mensajes de texto incautados por las autoridades se evidencia que probablemente estos eran el eslabón más débil.

“Yo les dije que no podían cuestionar nada, tienen que estar a su disposición para lo que necesiten y calladitos y obedientes (…). Te decía que el muchacho tiene que estar a tu disposición calladito y sin preguntas, que para eso le estamos pagando, para lo que necesites debe estar”, hablaban los mexicanos entre sí, según el informe.

Según las investigaciones los mexicanos Max Rodríguez Córdova identificado como El Patrón, Juan Manuel Corza Pimentel y Rodrigo Alexander Naged Ramírez llegaron a Bahía Blanca para afinar los detalles de la última operación de tráfico a Europa en marzo del año 2017.

Encuentran toneladas de drogas en bocinas

Finalmente, el 18 de junio del año 2017, las autoridades reventaron los galpones de la calle México, del Parque Industrial de la localidad de Bahía Blanca, provincia de Buenos Aires. Se localizaron un total de mil 258 paquetes rectangulares conteniendo en su interior clorhidrato de cocaína –de un peso de mil 375 kilogramos–, los que se hallaban acondicionados dentro de ocho bobinas de acero encontradas en el lugar.

FOTO TOMADA DE LANUEVA.COM

Cada una de las bobinas disimulaba en su interior los moldes de acero que fueron cuidadosamente adecuados para alojar en su interior la cocaína, y repelían cualquier método de detección a partir del campo magnético a su alrededor. La maniobra era para exportar los estupefacientes en las bobinas de acero con destino a España.

“Durante esos días también descubrieron que los mexicanos llevaban a cabo la misma operación, escondiendo las drogas en piedras cuarzo que salían desde Mendoza, al sur de Argentina. Durante las investigaciones también encontraron que se enviaron 468 mil 400 de dólares desde México a Argentina a través de bitcoins para financiar la operación de las bobinas”.

En noviembre del 2021, finalmente, los mexicanos fueron sentenciados a pasar 14 años en prisión por el delito de almacenamiento ilegal de estupefacientes, mientras que los empresarios argentinos recibieron entre cinco y seis años de prisión.

Narcos electromagnéticos fueron deportados a México

No se ha cumplido la condena, pero el 14 de diciembre, después de una batalla legal de siete años, la defensa de dos de los imputados logró que el Tribunal Oral en lo Criminal Federal de Bahía Blanca aceptara el pedido de la defensa y ordenó que sean deportados a México.

En entrevista el abogado bahiense Javier Prenassi explicó que Gilberto Acevedo Villanueva y Jesús Madrigal Vargas, se acogieron a la figura legal que consiste en expulsar del país a un extranjero cuya permanencia fue declarada irregular por la Dirección Nacional de Migraciones.

Destacó que según la ley argentina es aplicable cuando ya cumplió la mitad de la condena por un delito, siempre y cuando no cuente con otros procesos judiciales abiertos. Es decir, que sólo tendrá que coordinar la liberación en los próximos días con las autoridades penitenciarias y migratorias.

Así, quedará en la cancha de las autoridades mexicanas detenerlos o liberarlos cuando entren al país, una vez que sean deportados en el transcurso de los próximos días.

 

 

 

Fuente: Telediario

redaccion@diariocambio22.mx

GPC/MA

WhatsApp Telegram
Telegram