Redacción / CAMBIO 22

José María Morelos, 8 de septiembre – Los carpinteros de las áreas rurales del municipio enfrentan serios retos para desarrollar su labor debido a la falta de recursos y la naturaleza artesanal de su trabajo. En muchos casos, los propios clientes proporcionan las materias primas, lo que puede generar complicaciones legales y operativas para los artesanos.

En estas comunidades, las carpinterías continúan siendo talleres pequeños, carentes de maquinaria moderna, lo que obliga a los carpinteros a trabajar con herramientas básicas. Hermenegildo Guerra, un carpintero local, comentó que el uso de madera proporcionada por los clientes podría ponerlos en riesgo, ya que podría ser percibido como contrabando de madera, aunque ellos simplemente cumplen con su trabajo para la comunidad.

“Si encuentran a uno trayendo madera, es capaz que lo castiguen o lo traten como contrabandista, pero no somos empresarios, somos carpinteros que trabajamos para la comunidad”, explicó Guerra.

Además de los riesgos legales, los carpinteros enfrentan dificultades para adquirir materias primas, ya que la buena madera es escasa y costosa. Esta situación, sumada al aumento de los precios de otros insumos, ha hecho que la actividad deje de ser rentable para muchos de ellos, quienes trabajan principalmente para el beneficio de su entorno.

 

 

 

redaccionqroo@cambio22.mx

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