Redacción / CAMBIO 22

Tulum, 12 de diciembre.— Desde pocos días antes del 12 de diciembre, las carreteras de Quintana Roo y Yucatán registran un incremento en el tránsito de peregrinos que, a pie, en bicicleta o en motocicleta, avanzan rumbo a los santuarios guadalupanos para cumplir mandas y promesas religiosas. En su trayecto, el municipio de Tulum se ha convertido nuevamente en un punto de paso clave para estas caravanas, en medio de condiciones que implican desgaste físico y riesgos viales.

Desde las primeras horas del día y hasta entrada la noche, grupos de fieles cruzan el territorio municipal enfrentando largas jornadas bajo la lluvia, tramos con poca iluminación y la constante circulación de vehículos de carga y transporte turístico. La escena se repite cada año durante la temporada guadalupana, cuando la fe se abre paso sobre el asfalto.

Entre los peregrinos se encuentra José Victoriano Tuz Salazar, originario de la comisaría de Chumbec, en el municipio de Izamal, Yucatán, quien participa de manera constante en esta peregrinación. Explicó que el recorrido se realiza como una promesa para pedir y agradecer por la salud y protección de su familia, a pesar de las dificultades que implica transitar por carretera.

El grupo con el que viaja está integrado por entre 12 y 14 motociclistas, quienes iniciaron su trayecto el pasado 7 de diciembre. Durante el recorrido han enfrentado lluvias intensas, cansancio acumulado y la necesidad de detenerse para resguardarse ante las condiciones climáticas adversas. No obstante, continúan su avance con la intención de cumplir su promesa en la fecha marcada.

La ubicación geográfica de Tulum lo convierte en un corredor obligado para peregrinos provenientes de distintos puntos de la península de Yucatán. En estos días, el municipio concentra una movilidad atípica de caravanas religiosas que comparten la vía con el tránsito cotidiano, lo que incrementa la exposición a accidentes.

Autoridades y ciudadanos han reiterado llamados a la precaución, tanto para conductores como para peregrinos, ante el aumento de personas que circulan en condiciones de vulnerabilidad. Mientras tanto, la iglesia dedicada a Nuestra Señora de Guadalupe en Tulum se prepara para recibir a los fieles que consideran este punto como parte importante de su ruta espiritual.

La tradición guadalupana continúa marcando la dinámica regional en estas fechas. A pesar del cansancio, la lluvia y los peligros del camino, miles de personas mantienen viva esta práctica religiosa, recorriendo largas distancias con la convicción de cumplir una promesa que, para ellos, justifica cada kilómetro recorrido.

 

 

 

redaccion@diariocambio22.mx

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