• Operativo conjunto entre Marina y FGE rescata a 16 mujeres explotadas en zona turística; la mayoría extranjeras, obligadas a comerciar su cuerpo en un negocio de fachada glamorosa.

 

Redacción/CAMBIO 22

CANCÚN, Q. Roo, 12 de abril.- En el corazón de una de las ciudades más visitadas del mundo, se libró una operación que expuso las sombras que se ocultan tras el brillo turístico.

Dieciséis mujeres, la mayoría extranjeras, fueron rescatadas de un centro nocturno que operaba bajo una fachada de legalidad, mientras al interior se orquestaba una red de explotación sexual disfrazada de entretenimiento para adultos.

El operativo, encabezado por la Fiscalía General del Estado de Quintana Roo con el respaldo táctico de la Secretaría de Marina, se realizó en un bar ubicado sobre la transitada avenida Bonampak, en la Supermanzana 6, una zona con fuerte actividad comercial y cercana a la entrada de la zonas hoteleras.

Las autoridades irrumpieron tras obtener una orden de cateo autorizada por un Juez de Control, que permitió a la Fiscalía Especializada en Trata y Explotación de Menores llevar a cabo la intervención.

La escena que encontraron fue cruda: mujeres obligadas a mantener relaciones sexuales con clientes a cambio de cinco mil pesos por servicio de los cuales solo dos mil quedaban en manos de las víctimas, mientras el resto era absorbido por la administración del local.

Además, eran forzadas a beber con clientes, cobrar por copas, realizar bailes privados y mantenerse disponibles en jornadas extenuantes, bajo vigilancia y control.

Las víctimas, nueve de nacionalidad cubana, dos mexicanas, dos venezolanas, dos colombianas y una jamaiquina, fueron puestas de inmediato bajo resguardo de la Fiscalía.

El establecimiento fue asegurado y clausurado. El caso ha desatado una profunda preocupación sobre la proliferación de redes de trata que operan en zonas turísticas de alto perfil, aprovechando la demanda, el anonimato y la afluencia constante de visitantes.

“El crimen organizado detrás de estas operaciones no solo lucra con cuerpos ajenos, sino que anula vidas, sueños y libertades”, declaró un funcionario de la Fiscalía que pidió anonimato.

“Estamos hablando de esclavitud moderna en plena zona urbana, bajo la mirada indiferente de una ciudad que se ha acostumbrado a callar”.

 

Ni los organismos de derechos humanos han exigido que se habrá una investigación ajena, se profundicen para identificar a toda la red detrás del bar, incluyendo posibles nexos con autoridades o empresarios.

 

La Fiscalía, por su parte, ha anunciado que continuará con cateos en otros establecimientos bajo sospecha.

 

Mientras tanto, las 16 mujeres comienzan un proceso de recuperación en un entorno seguro, lejos de las luces artificiales y la oscuridad real que marcó su paso por el paraíso turístico de Cancún.

 

 

redaccionqroo@diariocambio22.mx

RHM

 

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