Biotecnologías en el Contexto del T-MEC: Lo Que Falta por Decir
28 Feb. 2024
Redacción /CAMBIO22
Pocos días después de haber entrado en vigor el nuevo Tratado Comercial entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), la embajada de Estados Unidos en México anunció un “logro clave” en su portal de internet: se establecerían estándares sin precedentes en la biotecnología agrícola que impulsarán la agricultura en el siglo XXI.
Se promocionarán las nuevas biotecnologías, como la edición genómica. Lo que no se comunicó fueron los riesgos asociados a dicha biotecnología.
Esta versión de biotecnología se complementa con otras innovaciones: la nanotecnología, la inteligencia artificial, la robótica y la informática financiera. De manera individual o combinada, dichas tecnologías se han impuesto en todos los ámbitos de nuestra vida cotidiana sin que hayan existido procesos previos de información o consulta pública.
El impacto de estas tecnologías es tan masivo, que el Foro Económico Mundial lo ha catalogado como la “cuarta revolución industrial”. Las revoluciones industriales implican procesos de transformación económica, social y tecnológica que influyen en todos los aspectos de la vida en el planeta.
Como antecedentes, está la 1a revolución industrial con la invención de la máquina de vapor. La 3a revolución industrial enmarcó la llegada a amplios sectores de la población de dispositivos electrónicos y el internet.
La característica principal de esta 4a revolución industrial que vivimos es la convergencia tecnológica acelerada; es tanta la especulación que ha generado, que el Consejo Económico y Social de la Organización de la Organización de las Naciones Unidas emitió un comunicado en 2019 sobre el impacto del cambio y convergencia tecnológica rápida.
Aunque señalaron las oportunidades de este aceleramiento tecnológico para lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible, mencionaron los posibles impactos disruptivos de la convergencia tecnológica acelerada a nivel socio económico (laboral y de empleo, en privacidad de información personal, en la seguridad y salud de las personas); a nivel ecológico (en la biodiversidad), e incluso a nivel ético.
La edición genómica es el nuevo paradigma de la biotecnología, permite modificar genéticamente organismos y es diferente a la transgénesis que, desde hace años desarrolla el maíz, algodón, soya transgénicos y que no han cumplido las promesas que motivaron su desarrollo: reducir el hambre mundial con el aumento de los rendimientos agrícolas o la reducción en el uso de herbicidas, entre otras.
La edición genómica en plantas se basa en la posibilidad de insertar, eliminar o modificar partes de genes de manera específica y precisa, económica, en menor tiempo y sin la presencia de transgenes (que han generado muy mala fama), en comparación con la generación de variedades vegetales de forma convencional. Incluso se plantea que los organismos editados genómicamente podrían estar exentos de la regulación y el etiquetado porque se intenta convencer a la sociedad de que son similares a los organismos naturales, lo cual es falso.
Investigaciones recientes demuestran que esta nueva tecnociencia está muy lejos de ser precisa e inocua. La edición genómica provoca daños al ADN en regiones genéticas diferentes a las planeadas, mutaciones distintas a las que podrían ocurrir naturalmente y daño en los cromosomas de los organismos modificados.
Dado que no existen antecedentes de inocuidad o seguridad en el uso o consumo de estos organismos modificados, la capacidad de predecir los impactos a nivel ecológico, económico y socioambiental (salud, redes alimentarias, cultura) es prácticamente nula.
Otro aspecto alarmante es que las plantas modificadas por edición genómica están siendo patentadas por las mismas empresas que controlan las semillas y los cultivos transgénicos mundialmente, lo cual seguirá restringiendo la agricultura y la libertad de decisión de los consumidores.
Definitivamente, la edición genómica es una distracción a las soluciones integrales para la producción de alimentos de manera sostenible.
Fuente : SADEL
ACC