• Artistas de todo el mundo acuden a trabajar en conjunto, no se hace obra individual. Las actividades concluyen el 21 de enero.

 

Redacción/CAMBIO 22

Ciudad de México. Como desde hace 30 años, la ciudad de Santiago de Cuba, la segunda más importante de la nación isleña, es sede de la Bienal de Pintura Mural InterNOS, catalogada como la más antigua de su tipo en el mundo y cuya decimosexta edición tiene lugar actualmente en el contexto de las conmemoraciones por el 65 aniversario de la consumación de la revolución cubana, que se cumplió el primero de enero.

Las actividades comenzaron el pasado 5 de enero y concluirán el próximo día 21, con la participación de 20 muralistas provenientes de Estados Unidos, Argentina, Costa Rica y México, entre otros países, e igual cantidad de cubanos, a los que en el transcurso de estos días se irá sumando un número indeterminado de artistas locales en el proceso de elaboración de las obras.

A propuesta de la delegación mexicana, conformada por los muralistas Polo Castellanos y Dhante Loyola, el encuentro lleva en esta ocasión el título de DesbloqueARTE, ya que los murales a realizarse y las actividades paralelas están dedicadas al tema del fin del bloqueo a Cuba.

Fue una propuesta muy bien recibida, además de que se aprobó rápidamente; hubo consenso de los participantes. Consideramos muy importante discutir el tema del bloqueo ahora que se ha recrudecido luego de que Cuba fue incluida en la lista de los países ‘patrocinadores del terrorismo’”, señala Polo Castellanos.

En entrevista telefónica desde la ciudad caribeña, el también activista explica que es una bienal única, ya que todos sus procesos, etapas y dinámicas están regidos por un principio de colectividad, desde la determinación del tema y el nombre del encuentro hasta la conformación de los equipos de trabajo y la manera de realizar los murales.

Aquí vienen artistas de todo el mundo para trabajar colectivamente; no se hacen obras individuales, sino en conjunto. Por eso es un proceso largo; antes, la bienal duraba 45 días, luego pasó a 30 y ahora a poco menos de 20. En ese tiempo se desarrolla un proceso de colectivización muy interesante y productivo en el que todos los artistas van aportando a esa construcción, así como a las metodologías, sostiene.

El debate se inicia desde que seleccionamos el tema y el nombre del encuentro. Una vez decididos, se asignan los equipos de trabajo y los muros; luego viene la discusión dentro de esos equipos sobre cómo representar el tema y las formas de trabajo. Cuando se resuelven esos puntos, se hacen los bocetos y se empieza el proceso en el muro.

Un factor esencial, según Polo Castellanos, es la participación de los pobladores de Santiago de Cuba, a quienes se da a conocer el tema del encuentro y los proyectos de la obra, para que los aprueben: Ése es otro proceso interesante, porque aquí no se imponen los murales ni los temas, tienen que aprobarlos la comunidad, así como las autoridades.

El muralista mexicano, quien por segunda ocasión es invitado a participar en esta bienal –la anterior fue hace un decenio–, precisa que ahora se integraron tres equipos para la creación de igual número de murales monumentales en diversos espacios públicos de aquella ciudad cubana.

A la par, se realizarán tres intervenciones muralísticas para que los artistas compartan sus conocimientos, tanto en el manejo de materiales como de técnicas. En su caso, dice, lo hará con la técnica del esgrafiado, mientras los artistas santiagueros, con el proceso de los murales cerámicos, en los que han alcanzado un alto grado de desarrollo.

Castellanos destaca la relevancia de la bienal InterNOS, cuyo nombre quiere decir entre nosotros, cuya sede es el Taller Cultural Luis Díaz Oduardo, un centro de producción de artes pláticas impresionante, que a lo largo de estas tres décadas del encuentro ha logrado convocar a decenas de artistas de más de 40 países e impulsar la creación de alrededor de 180 murales colectivos en Santiago de Cuba.

El muralista mexicano comparte que ha tenido la oportunidad de trabajar estos días en dicho taller y de ver la manera en que los artistas cubanos se han impuesto a la falta de materiales para realizar su trabajo debido al embargo estadunidense contra la isla.

Con el tema del bloqueo, no llegan muchos materiales, y ellos comenzaron a hacer los suyos, a construir y resolver. Acá no se usa eso de ir a las tiendas de arte para abastecerse; si les falta óleo o acrílico, lo hacen; lo mismo con los pigmentos y soportes. Es algo muy interesante que se ha perdido en el mundo y parte del proceso de aprendizaje para nosotros, los artistas extranjeros, reconoce.

 

Fuente: La Jornada

redaccionqroo@diariocambio22.mx

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