• Viven entre colchones, lavadoras, basura orgánica y escombros.

 

Ricardo Jesús Rivas/ CAMBIO 22

CHETUMAL, 1 de diciembre. – La calle Lucio Blanco, entre Ramón López Velarde y avenida Universidad, en Chetumal, luce más como el dormitorio improvisado de un albergue que como una vialidad pública. Colchones tirados, lavadoras inservibles, ramas, basura orgánica y bolsas rotas ocupan el costado y media calle, dificultando el paso vehicular y exponiendo a los vecinos a focos de infección. La escena, lejos de ser excepcional, se ha vuelto parte del paisaje cotidiano.

El abandono institucional por parte del Ayuntamiento de Othón P. Blanco, encabezado por la presidente municipal Yensunni Martínez Hernández, es evidente en cada rincón de la colonia Aarón Merino Fernández. Los habitantes denuncian que la zona se ha convertido en un punto ciego para la autoridad municipal, luminarias apagadas por semanas, vigilancia policial prácticamente inexistente y un servicio de recolección de basura que opera con retrasos constantes.

Los colonos aseguran estar cansados de vivir entre la oscuridad, la inseguridad y cúmulos de desechos que se acumulan sin control. Señalan que, cuando el Ayuntamiento decide intervenir, lo hace de manera parcial, una parte de los desechos es retirada con maquinaria pesada, pero otra simplemente es arrinconada y compactada en montículos de basura y tierra que permanecen ahí por meses. Esta práctica, además de antihigiénica, convierte las calles en un riesgo permanente para transeúntes y automovilistas.

Los habitantes exigen una solución integral y sostenida, no paliativos esporádicos. Mientras la autoridad municipal presume programas de “recuperación de espacios públicos”, los vecinos de la Aarón Merino Fernández viven la otra cara de la ciudad.

 

 

redaccion@diariocambio22.mx

RHM

 

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