• El ejemplar cruzó tres océanos, desde Colombia hasta la costa de Tanzania en África.

 

  • Expertos sugieren que el cambio climático y la falta de alimento podrían explicar esta migración extrema.

 

Redacción / CAMBIO 22

El mundo cambia y con él también lo hacen sus océanos. Para algunas especies, estos cambios no son precisamente una buena noticia: buscar alimento o una pareja con la que reproducirse puede convertirse en una tarea cada vez más difícil. Por fortuna, la inmensidad del océano juega en favor de las especies que pueden surcarlo.

Por tres océanos. Un equipo de biólogos marinos ha hallado un ejemplo extremo de migración marítima. Lo ha protagonizado una ballena jorobada (Megaptera novaeangliae), la cual fue avistada en puntos muy distantes del océano, primero en aguas del Pacífico occidental y después en el Índico, cerca de la costa africana.

Ballena jorobada rompe récord al migrar 13.000 km, desde Colombia hasta Tanzania | EL ESPECTADOR

Desde Colombia hasta Tanzania. El primer avistamiento de este ejemplar se produjo en 2013, cerca de la costa pacífica de Colombia, donde también fue avistado en agosto de 2017. La siguiente noticia que se tuvo de este ejemplar fue cinco años después: en agosto de 2022 la ballena fue avistada de nuevo, solo que esta vez cerca del archipiélago de Zanzíbar.

Hasta ahora teníamos constancia de migraciones extremas protagonizadas por estos mamíferos, desplazamientos que en ocasiones rondaban los 8.000 km. El viaje de este ejemplar fue de un mínimo de 13.000 km.

Se desconoce exactamente la ruta seguida por esta ballena durante esos cinco años. Una Posibilidad es que viajara al sur a través del Pacífico occidental, atravesara una fracción del océano Antártico, donde se encuentran algunas áreas importantes donde estos animales buscan alimento, y concluyera surcando el Índico.

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Un viaje nada habitual. No es raro que las ballenas migren. Las ballenas jorobadas del hemisferio sur suelen desplazarse entre zonas de caza, donde buscan alimento, y las zonas donde acuden para la reproducción. Las primeras están ubicadas en latitudes altas del hemisferio sur, en el océano Antártico y zonas sur del Pacífico occidental, Atlántico e Índico oriental.

Las zonas de reproducción conocidas se ubican en zonas tropicales. Se conocen varias zonas de reproducción, frente a la costa colombiana, frente a la de Brasil, en el golfo de Guinea y en la costa oeste de África y Madagascar. Lo llamativo de este caso es que una población de ballenas transite entre las dos zonas más lejanas entre sí.

Reconociendo ballenas. ¿Cómo es posible identificar una ballena? Existen distintos métodos para saber si estamos ante un mismo ejemplar de la especie. Es posible, por ejemplo, guiarse por pruebas de ADN, aunque recolectar muestras puede ser un tanto complicado cuando existen alternativas, como la identificación de los sonidos que hacen estos animales, es decir, identificarlas por su voz.

Una ballena jorobada recorre más de 13.000 kilómetros marcando récord para su especie - eitmedia

El equipo que identificó esta ballena se guió por “simples” imágenes. Concretamente, imágenes de los patrones de color presentes en la cola del animal. Emplearon la herramienta de happywhale.com, una plataforma dedicada a la identificación de ballenas a través de imágenes que emplea algoritmos de inteligencia artificial en su tarea.

Los detalles del trabajo fueron publicados en un artículo en la revista Royal Society Open Science.

Un récord oscuro. El equipo responsable del artículo es pesimista en su interpretación del suceso. Pese a que no saben a ciencia cierta el porqué de este viaje tan extremo, señalan dos hipótesis que podrían explicar el cambio en las costumbres migratorias. Una es la comida y otra es el sexo.

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Una de estas hipótesis se basa en la posibilidad de que el cambio climático haya reducido la disponibilidad del krill, unos pequeños crustáceos clave en la dieta de estos animales. Las ballenas podrían haber tenido que viajar más lejos en busca de alimento, lo que podría haber implicado también un cambio en su lugar elegido para la reproducción.

La segunda hipótesis, que no es excluyente de la primera, señala que, ante un descenso en la población de ballenas asociado a la pesca y a otros factores, las ballenas puedan tenerlo ahora más difícil para encontrar parejas con las que reproducirse. Eso de “hay más peces en el mar” quizás no sea tan fácil de aplicar a los mamíferos marinos.

 

 

Fuente: Xataka

redaccion@diariocambio22.mx

GAVC / GCH

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