Bacalar: Indiferencia de Capitanía de Puerto Permite Navegación de Embarcaciones que Amenazan los Estromatolitos
7 May. 2025
Miguel Ángel Fernández/ CAMBIO 22
BACALAR, 7 de mayo. La Laguna de los Siete Colores enfrenta un nuevo embate ambiental. Una embarcación de dos pisos, operada por la agencia turística Coati, navega libremente en sus aguas y promueve el nado turístico en zonas altamente sensibles, específicamente sobre estromatolitos.
Prestadores de servicios náuticos locales han denunciado esta práctica como una violación directa a las Reglas de Operación de la Laguna de Bacalar, vigentes desde 2015, las cuales establecen una zonificación precisa para la navegación y disfrute del cuerpo lagunar. Este reglamento, emitido por la Administración Portuaria Integral de Quintana Roo (APIQROO), también determina el tipo y tamaño de embarcaciones permitidas. Según dicho documento, solo se autoriza la navegación de lanchas con motores fuera de borda de hasta 225 caballos de fuerza y motores estacionarios de hasta 350. Las embarcaciones de gran calado, como la mencionada de dos pisos con capacidad para 18 personas, exceden estos límites de forma evidente.

La Capitanía de Puertos, bajo la dirección de Román Bustos Gómez, ha sido señalada por su omisión frente a estos abusos. Los denunciantes acusan una evidente permisividad por parte de la autoridad marítima, que ha ignorado sistemáticamente las normas diseñadas para proteger este patrimonio natural.
Además del uso de embarcaciones no autorizadas, se han reportado otras conductas preocupantes por parte de operadores turísticos, como el amarre de embarcaciones menores en zonas de mangle y la realización de necesidades fisiológicas dentro de esa vegetación, lo que representa un doble atentado contra el ecosistema.

El malestar en el sector náutico de Bacalar no es nuevo. En años anteriores, el ingreso de una lancha tipo tiburonera provocó una fuerte reacción ciudadana por contravenir el mismo reglamento. Sin embargo, hoy parece que esa conciencia colectiva se ha diluido, al igual que el compromiso de ciertos grupos ambientalistas que antes alzaban la voz y que ahora guardan silencio ante la evidente promoción del nado sobre estromatolitos en redes sociales.
Ante este panorama, la comunidad de Bacalar se pregunta: ¿qué sigue?, ¿cuánto más deberá tolerarse antes de que las autoridades actúen? La falta de aplicación de la ley está generando un daño irreversible, mientras la Laguna de los Siete Colores se convierte en víctima de la indiferencia institucional.
redaccionqroo@diariocambio22.mx
HTR/RCM




















