• En Fujikawaguchiko han levantado una enorme valla para tapar una de las vistas más codiciadas del Fuji

 

Redacción/ CAMBIO 22

En Fujikawaguchiko están acostumbrados a los turistas. Mucho. Para algunos, demasiado. Esta localidad de la prefectura de Yamanashi, situada a menos de una hora y media en coche de Tokio, disfruta de unas vistas fascinantes del Fuji. Tanto, que la perspectiva del icónico volcán que ofrece una de sus calles ha desatado una auténtica fiebre en redes, con enjambres de visitantes empeñados en conseguir la mejor instantánea o sacarse el selfie más espectacular. Curiosamente, lo que hoy ha llamado la atención de los turistas en Fujikawaguchiko no ha sido el Fuji, sino un grupo de obreros que desde primera hora se han dedicado a montar un valla.

La foto del monte Fuji que ya nunca más se podrá hacer | Actualidad | Cadena SER

Su objetivo, ironías de la vida, es tapar las vistas de la montaña.

Un tesoro, una maldición. De la problemática de Fujikawaguchiko os hablamos hace unas semanas. Su caso es un ejemplo claro de cómo una bendición puede acabar deviniendo en maldición… o lo fácil que es morir de éxito cuando de turismo se trata. La ciudad, donde viven cerca de 26.500 personas, goza de unas vistas privilegiadas del vecino monte Fuji. Y eso, claro, atrae a legiones de turistas deseosos de lograr la mejor foto de uno de los grandes iconos de Japón.

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Hacia 2022 esa búsqueda del selfie ideal empezó a escalar sin embargo hasta convertirse en casi una fiebre. Después de que un influencer compartiese la foto de una tienda de la cadena japonesa Lawson con el Fuji de fondo, más y más turistas empezaron a buscar el lugar exacto desde el que se había tomado la instantánea en Fujikawaguchiko para replicarla. El motivo: esa combinación del Fuji y el Lawson gustó. Mucho. “Se ha extendido la idea de que es un lugar muy japonés”, explicaba hace unas semanas un funcionario municipal a Agence France-Presse.

Un incordio… peligroso. Hasta ahí nada sorprendente. Si las cosas se complicaron fue por dos factores: primero por la gran cantidad de turistas que empezaron a pulular por esa zona en concreto de Fujikawaguchiko para sumar a sus álbumes la famosa foto de la montaña con la tienda Lawson en primer plano —hay quien ya habla con sorna del “Fuji Lawson”—; y segundo, porque parte de esos visitantes se han convertido en un auténtico incordio para los lugareños.

Hay quien arroja basura a la calle, entorpece el tráfico, hace caso omiso de las indicaciones de los guardias, aparca sin permiso… E incluso se encarama a lugares prohibidos para conseguir una imagen todavía más espectacular del Fuji. Si no puedes con ellos… Tápales las vistas, que es lo que han hecho las autoridades de Fujikawaguchiko. Para evitar las molestias y los problemas de seguridad en la ciudad, han adoptado una medida insólita: renunciar a las vistas que tienen del Fuji. Al menos desde la calle que atrae a los turistas porque en realidad el monte, situado a 60 kilómetros, es visible desde otras zonas.

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Tapar el Fuji, de 3.776 metros de altura, sería toda una hazaña, así que en Fujikawaguchiko optaron por la opción más práctica: instalar una pantalla de 2,5 metros de alto y 20 m de largo que cubre las vistas desde el popular mirador. Una verja “anti turistas”. Tras varios retrasos, la pantalla se instaló hoy, martes. Los trabajos arrancaron por la mañana y unas horas después, precisa Japan Times, la verja “anti turistas” ya estaba completa. La idea era que fuera alta, práctica y efectiva. Lo de que fuera más o menos estética resultaba secundario.

Las imágenes captadas por los medios locales e internacionales que han cubierto los trabajos muestran una pantalla simple, formada por varillas a modo de postes, un cableado que sirve de armazón y una malla negra. Irónicamente hoy ha logrado todo lo contrario de lo que buscaba: las obras atrajeron a reporteros y curiosos.

“Alguien hará un agujero”. Las recciones de visitantes y vecinos eran ayer dispares en Fujikawaguchiko. Yuri Vavilin, un turista kazajo, reconocía a la cadena BBC que no le sorprendería que la gente deseosa de llevarse una imagen del “Fuji Lawson” acabe buscando la forma de burlar la valla y asomarse con su cámara. “Puede que funcione unos días, pero estoy seguro de que en algún momento alguien hará un agujero y tomará una foto”, relata a la cadena británica.

Video | Cansados de los turistas, un pueblo en Japón bloqueó icónica vista al Monte Fuji con una valla negra

De opinión similar, Kazuhiko Iwama, un vecino de 65 años que vive justo frente a la tienda, advierte de que los curiosos pueden verse animados a arriesgarse todavía más y salir a la calle para tomar fotos. Ya ahora, recuerda, “cruzan y parece que no les importan en absoluto los coches”. Antes de la pantalla, las autoridades locales ya habían optado por otras soluciones, como instalar advertencias en inglés. La zona incorpora además rejas metálicas para impedir cruces peligrosos.

El turismo masivo, en el foco. La pantalla de Fujikawaguchiko ha llamado la atención dentro y fuera de Japón, pero en realidad es solo un intento más del país por compaginar el día a día de sus habitantes con su enorme popularidad turística.

Coincidiendo con la debilidad del yen, el país ha encadenado dos meses con unos datos de afluencia notables, de más de tres millones de visitantes, y apunta ya a un año histórico para el sector. Compaginar ese “boom” con su rutina y tradiciones no siempre resulta sencillo. Hace poco Japón anunció restricciones en  al barrio de las geishas, en Kioto; y ha decidido además cobrar una tasa por ascender al Fuji a través del popular sendero Yoshida, el que utilizan el 60% de los visitantes

Fuente: Xataca

redaccionqroo@cambio22.mx

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