Redacción/CAMBIO 22

Se han cumplido dos años y dos meses de la tortura y el asesinato a golpes de Hanna -niña de siete años- en la colonia Polvorín de la ciudad capital campechana, por la cual R.G.D.R. y A.G.C.C., madre y padrastro, respectivamente, se encuentran sujetos a proceso en el Centro Penitenciario de San Francisco Kobén.

El proceso judicial está en Fase Intermedia y hasta el momento no hay fecha de inicio de juicio oral, pese a que ya se cumplió el plazo de dos años que impone el Sistema de Justicia Penal, Acusatorio y Oral para que los imputados de un delito estén sujetos a proceso bajo la medida cautelar de prisión preventiva.

En caso de que no haya argumentos legales para incumplir con el plazo, como el uso de recursos de inconformidad y amparos, los acusados podrían ser puestos en libertad para no violentar sus derechos.

De acuerdo a lo integrado en la carpeta judicial, 465/21-2022/JC, el lunes 18 de julio del 2022, R.G.D.R. y A.G.C.C. fueron detenidos en cumplimiento a órdenes de aprehensión, cuando se encontraban en su predio, en la colonia Polvorín de la ciudad capital.

El viernes 22 del mismo mes y año fueron vinculados a proceso por feminicidio y enviados a prisión, en sus respectivas áreas de la cárcel estatal de San Francisco Kobén de Campeche. Desde entonces permanecen privados de su libertad.

Durante las audiencias, el Ministerio Público -de la Vicefiscalía General para la Atención de Delitos de Alto Impacto, de la Fiscalía General del Estado de Campeche (FGECAM)- informó al juez de Control que en la madrugada del lunes 11 de julio del 2022 el personal del departamento de Trabajo Social del Hospital General de Especialidades “Dr. Javier Buenfil Osorio” reportó la muerte de la niña.

El informe detalló que el domingo 10 del mismo mes y año, la menor fue ingresada inconsciente al área de urgencias del sanatorio. A simple vista presentaba lesiones de golpes en cabeza y abdomen.

Los médicos informaron a la autoridad ministerial que la niña había fallecido a consecuencia de sus lesiones y al cuadro de deshidratación y desnutrición, además de que presentaba huellas de maltrato físico frecuente e incluso heridas que no terminaron de sanar.

Con base a las investigaciones, el personal de la Fiscalía del Estado corroboró que la niña vivía con su madre y la pareja de este, en el predio del Polvorín y que el padre biológico tenía siete meses que no la veía.

La niña había nacido en San Agustín Olá, una localidad rural situada a 14.7 kilómetros de la ciudad capital de Campeche, con una población menor a los 300 habitantes, de las que el 77 por ciento profesa el catolicismo.

Ahí vivió con sus padres y abuelos paternos. Los progenitores rompieron su relación cuando Hanna tenía cinco años; la madre se mudó con la niña a la ciudad capital, donde reinició su vida.

Par de años después, la historia de tortura a la que fue sometida la pequeña quedó en evidencia tras ser ultimada a patadas y golpes, presuntamente por quienes deberían procurarla y amarla.

 

 

redaccionqroo@diariocambio22.mx

RHM

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