Redacción/CAMBIO 22

Una trágica confusión producto de un ajuste de cuentas en contra de miembros y asociados del crimen organizado provocó que una pareja de extranjeros fuera asesinada en un rancho ubicado en el municipio de Lázaro Cárdenas en el Norte quintanarroense.

Investigaciones federales dan cuenta de lo anterior y señalan en un reporte confidencial que los extranjeros de nacionalidad inglesa fueron ultimados por un grupo de sicarios del crimen organizado, que andaban en la búsqueda del alemán Harry Walter Pfeil, que por coincidencia trágica tiene un rancho vecino a la propiedad de los ultimados.

Pero más grave aún es que antes de intentar asesinar a la mujer de nacionalidad inglesa fue violada de manera tumultuaria durante varias horas.

Y eso solo confirma que la zona norte del estado de Quintana Roo, continúa como escenario de las disputas entre grupos del crimen organizado, que y prueba de ello, fue el violento ataque que se registró el pasado jueves en el municipio de Lázaro Cárdenas, en donde un extranjero fue asesinado y su esposa fue ultrajada sexualmente por un comando armado y después dada por muerta tras herirla con varios disparos de arma de fuego.

Fue la misma dirección de Protección Civil estatal, la que dio a conocer que la mujer tuvo que ser trasladada mal herida a Playa del Carmen, en un helicóptero de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC).

Lo que no se dio a conocer por ninguna autoridad, es que la mujer extranjera había sido abusada sexualmente de manera tumultuaria y por varias horas, además de que había sido herida y su esposo, un hombre de nacionalidad inglesa, fue ejecutado con un disparo en la cabeza.

La historia fue dada a conocer por uno de los empleados del alemán Harrry Walter Pfeil, actualmente preso por varios delitos, entre ellos, haber despojado de sus tierras a ejidatarios del municipio de Lázaro Cárdenas en esa zona del norte de Quintana Roo, apoyado por el ex alcalde del municipio Olegario Tah Balam.

En esas tierras, en las que se descubrieron cavernas y cenotes con fines de explotación turística, el alemán construyó un complejo de cabañas, las cuales eran administradas por un sujeto de nombre Orlando.

El pasado jueves, un comando armado llegó al complejo de cabañas turísticas, en donde amagaron a los trabajadores y les ordenaron tirarse al piso, con la amenaza de que si levantaban la cabeza les disparaban.

Comenzaron a golpearlos y les preguntaban por el sujeto de nombre Orlando y les exigían que dijeran donde estaban las drogas y el dinero.

Al escuchar tantos gritos el vecino de la propiedad, un hombre de nacionalidad inglesa de quien se desconocen sus generales, salió y pidió que guardarán silencio sin darse cuenta que estaba enfrentándose a un comando armado de sicarios y no a simples trabajadores.

El extranjero empezó a discutir con los sujetos armados y fue entonces, cuando su esposa salió a ver que ocurría.

Al verla, los empistolados se fueron sobre ella y la agredieron sexualmente todos los que conformaban el comando durante espacio de una hora, mientras mantenían encañonado a su esposo.

Ninguno de los trabajadores podía hacer nada por la mujer, pues todos estaban encañonados, y cuando el inglés intentó ayudarla, forcejeó con los sicarios y fue entonces que le dispararon en la cabeza, muriendo al instante.

Después de violar a la mujer en repetidas ocasiones, también le dispararon y después la arrastraron del cabello, dejándola al pensar que de igual forma la habían privado de la vida.

Posteriormente, los sicarios comenzaron a prenderle fuego a la casa de la pareja de extranjeros y después, dejaron ir a los trabajadores, advirtiéndoles que iban a regresar y que si los veían de nuevo ahí, los iban a matar.

Los fueron levantando uno por uno, ordenándoles que corrieran sin voltear o les disparaban, por lo que todos corrieron hacia la selva para salvar sus vidas.

Después, pudieron comunicarse con Harry Walter Pfeil y cuando vieron que el comando armado se había ido, regresaron a la propiedad y vieron que la extranjera seguía con vida y se quedaron resguardándola hasta el amanecer del otro día.

Fue hasta la mañana del viernes, cuando llegó la policía con el helicóptero, y se llevaron a la inglesa gravemente herida a un hospital en Playa del Carmen.

Los empleados recibieron la orden de Harry Walter Pfeil, de culpar de todo lo ocurrido a su compatriota asesinado, amenazando con dejarlos sin trabajo si no obedecían.

El violento hecho fue ocultado por todas las autoridades, ante una falta total de gobernabilidad que hoy vive Quintana Roo, derivado de una nula estrategia contra la delincuencia.

De norte a sur, el estado de Quintana Roo está pagando las consecuencias de la ineptitud de las autoridades de los tres niveles de gobierno y de la corrupción que permea en todas las corporaciones encargadas de la seguridad.

El rancho donde ocurrieron los lamentables hechos, se ubica en la frontera que conforman los municipios de Lázaro Cárdenas, Quintana Roo, con Tizimín, Yucatán.

En esta zona de ambos estados, destacados miembros del crimen organizado lo han escogido para comprar propiedades principalmente ranchos, que les sirven de refugio o casas de seguridad para desaparecer sus enemigos y para esconder armas y cargamentos de droga de aviones que aterrizan en pistas clandestinas ubicadas en la frontera que conforman ambas entidades.

Pese a que en Yucatán y sus autoridades lo niegan, los municipios de Chemax, Valladolid y Tizimín se han convertido en santuarios para destacados miembros del crimen organizado para sentar sus reales.

Desde el año pasado cuando miles de documentos de inteligencia de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), fueron por el grupo Guacamaya, se dio a conocer que Yucatán es un lugar de paso obligado para el trasiego de drogas hacia Quintana Roo.

Los archivos confidenciales refieren que en Mérida opera el Cártel del Golfo, Los Caballeros Templarios, el Cártel de Sinaloa, el Cártel Independiente de Acapulco y ahora incursiona el cártel de Caborca.

En el mismo municipio tiene presencia La Familia Epitacio, una banda delictiva local dedicada al narcomenudeo, principalmente de cocaína y mariguana, que se asentó en la región desde la década de 1990, procedente de Oaxaca.

En los mismos documentos se señala que Quintana Roo, es zona de guerra entre siete grupos criminales.

El Cártel del Pacífico –cuyos líderes regionales son identificados como Francisco Alberto López, Paco, y Héctor Elías, el 15– predomina en la región con presencia en los municipios de Othón P. Blanco, Bacalar, Felipe Carrillo Puerto, José María Morelos, Solidaridad y Benito Juárez.

El Cártel de Caborca, liderado por José Gil Quintero, Pelo Chino, sobrino de Rafael Caro Quintero, mantiene una disputa con el Cártel de Sinaloa por el control de la frontera entre Bacalar y Othón. P. Blanco.

En el estado también tiene presencia el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), con influencia en los municipios de Benito Juárez, Isla Mujeres, Tulum, Bacalar, Othón P. Blanco y Solidaridad; este último se lo disputa con el Cártel del Pacífico.

El CJNG también mantiene pugnas con Los Pelones por el control de Benito Juárez, Puerto Morelos y Tulum, mientras que Lázaro Cárdenas, Isla Mujeres y Cozumel son controlados por el Cártel Independientes.

Y cerca de la zona donde ocurrió el violento hecho narrado, se encuentra la comisaría de San Arturo, perteneciente al municipio de Tizimín, Yucatán, donde se tiene documentado que se recepcionan avionetas con droga.

Los trabajadores mudos testigos de los abominables hechos ocurridos en Lázaro Cárdenas Quintana Roo, refieren que el comando armado los interrogó sobre algunas armas y droga que escondía “El Oscar” en esa vivienda.

Continuará…

 

redaccionqroo@diariocambio22.mx

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