• Las calles del centro de la capital mostraron una muy inusual capa blanca de nieve en la más reciente nevada que cayó en la entidad.

 

Redacción/CAMBIO 22

Con un fin de año más frío de lo común, salta a la memoria una fecha que quedó en la memoria de los habitantes de la Ciudad de México: el 11 de enero de 1967, cuando cayó la más reciente nevada en la capital.

Una serie de condiciones extraordinarias se combinaron para que la capital, donde suele nevar ocasionalmente en las partes altas del Ajusco, se pintara de blanco prácticamente en su totalidad.

De acuerdo con registros históricos de la Comisión Nacional del Agua, durante la noche del 9 de enero de dicho año se detectó la entrada de una gran masa de aire polar a territorio nacional, aunado a un canal de baja presión y alta humedad, lo que provocó nevadas en el norte del país.

Durante la noche del 10 y madrugada del 11 de enero, el fenómeno meteorológico llegó al Valle de México donde, gracias a las lluvias que habían humedecido el ambiente capitalino y las bajas temperaturas, crearon las condiciones ideales para la tercera nevada del siglo pasado en la Ciudad de México, pues existían registros de este fenómeno en 1907 y 1920.

Estampas polares en Paseo de la Reforma

La caída de nieve tomó por sorpresa a los habitantes capitalinos, quienes observaban con asombro el paisaje nevado en lugares icónicos como el Palacio de Bellas Artes, el Monumento a la Revolución o el Paseo de la Reforma.

La nevada afectó buena parte de la capital, siendo mucho más intensa en las partes altas, donde formó capas de hasta un metro de altura, mientras que en el Centro de la ciudad y áreas como San Ángel, promedió unos ocho centímetros.

Crónicas de la época señalan que decenas de ciudadanos salieron a las calles para realizar muñecos de nieve o jugar improvisadas guerritas con la nieve recién caída, a pesar de que la temperatura llegó a los -4 grados centígrados.

Las primeras horas del 11 de enero de 1967 quedarían así marcadas como la más reciente ocasión en que una nevada tiñó de blanco las calles y avenidas más céntricas de la Ciudad de México.

El lado oscuro de la nevada

Como las nevadas son un fenómeno muy raro en la Ciudad de México, la infraestructura de la capital en esa ocasión no estaba preparada para ella, lo que ocasionó numerosos problemas.

El primero de ellos fue la enorme cantidad de nieve que obligó al cierre de las carreteras a CuernavacaToluca y Puebla, donde se usaron palas mecánicas para retirarla y permitir el libre tránsito de vehículos.

Las lluvias que acompañaron al fenómeno causaron que el Río de los Remedios, al norte de la capital, se desbordara, provocando inundaciones que afectaron a numerosas colonias de la zona.

Algunas regiones, como las de Ciudad Nezahualcóyotl o Chalco, las cuales se encontraban apenas en desarrollo, quedaron completamente enlodadas después de que la nieve desapareciera.

Por último, por lo menos 40 personas en situación vulnerable fallecieron debido a hipotermia, puesto que no estaban ni acostumbradas ni preparadas para la llegada de una temperatura tan extrema.

¿Es posible que vuelva a nevar en la Ciudad de México?

Aunque es probable que, como en el pasado, nieve en algún momento en el centro del Valle de México, no es algo que sea tan sencillo, debido a la ubicación y condiciones geográficas que rodean a la capital.

Debido a la altura de la ciudad y a los sistemas montañosos que la rodean, es poco probable que una masa de aire polar pueda franquear la barrera natural que protege a la capital.

Adicionalmente, las condiciones de humedad y los vientos necesarios para que caiga nieve en el centro de la Ciudad de México no suelen darse con frecuencia, por lo que es poco probable que este suceso ocurra en el corto plazo.

No obstante, las gélidas temperaturas con las que se está despidiendo el 2023, hacen probable que, con un poco de suerte, la situación pueda repetirse.

 

Fuente: EL HERALDO

redaccionqroo@diariocambio22.mx

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