En tanto las autoridades no dejen de probar y realizar experimentos en su programa de seguridad pública la violencia seguirá pulverizando la confianza en Cancún, la joya de la corona turística de México.

 

Redacción/CAMBIO22

Cancún, 4 de agosto. — La ejecución de Mario Machuca Sánchez, líder estatal de la CROC, exdiputado federal y figura clave del sindicalismo en Quintana Roo, ha generado una ola de indignación entre representantes del sector empresarial, organizaciones laborales y ciudadanos en general, quienes exigen justicia y cuestionan la capacidad de las autoridades para garantizar la seguridad en la región.

El asesinato, perpetrado a plena luz del día frente a una agencia automotriz en la avenida Kabah, no solo ha conmocionado a la clase política y laboral del estado, sino que ha puesto en entredicho la estabilidad del principal destino turístico del país y de Latinoamérica.

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La Confederación Revolucionaria de Obreros y Campesinos (CROC) y Empresarios por Quintana Roo condenaron el crimen y lamentaron profundamente la pérdida de un hombre que, aseguran, dedicó su vida a la defensa de los trabajadores y a la construcción de acuerdos que fortalecieran el tejido productivo del estado.

“Lo sucedido no es solo un atentado contra una persona, sino un golpe directo a las estructuras de organización que sostienen el tejido laboral y productivo de nuestro estado”, expresó la organización en un posicionamiento oficial.

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La crítica se extendió también al gobierno, al que exigieron acciones inmediatas para frenar la creciente ola de violencia que ha cobrado la vida de varios líderes sociales en lo que va de 2025.

Machuca, con una larga trayectoria como regidor, diputado federal y líder sindical, era una figura central en la representación de los trabajadores del sector hotelero y de servicios en Quintana Roo.

Su muerte deja un vacío de liderazgo en una de las industrias más sensibles y estratégicas de la entidad: el turismo.

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Este homicidio subraya la vulnerabilidad de Cancún frente al avance de la violencia organizada y pone en evidencia que ni siquiera actores públicos con alta visibilidad están a salvo, generando preocupación en todos los sectores.

“No se puede aspirar al desarrollo sostenible ni a un clima de inversión estable cuando se asesina a líderes sociales en pleno corazón del corredor turístico”, señaló un representante empresarial que prefirió el anonimato, pero que coincidió en que la impunidad está alimentando el deterioro de la seguridad en la región.

El asesinato de Machuca se suma a una serie de agresiones contra líderes comunitarios y sindicales en lo que va del año, en medio de un repunte de homicidios dolosos en el estado.

Según cifras oficiales, Quintana Roo ha superado la media nacional en este delito durante 2025, tras varios años de relativa calma en zonas clave como Cancún, Playa del Carmen y Tulum.

En este contexto, la CROC, uno de los sindicatos más influyentes en la industria turística, reafirmó su compromiso con los trabajadores y aseguró que el legado de Machuca los obliga a redoblar esfuerzos para seguir defendiendo sus derechos.

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“Quintana Roo no puede permitirse seguir perdiendo líderes valiosos ni claudicar ante el miedo”, concluyó la organización.

 

 

 

redaccionqroo@diariocambio22.mx

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