Aseguran que la Industria Panificadora en México Sostenía a Más de 530 Mil Trabajadores
18 Oct. 2025
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Detrás de cada pieza de pan hay empleo, innovación y una red que conecta tradición, economía y consumo
Redacción / CAMBIO 22
En México, la panadería no solo es un negocio, sino una herencia que se amasa todos los días. Con más de 530,000 empleos directos, sostiene a miles de familias y constituye un eslabón fundamental en la economía nacional, al abarcar desde grandes plantas industriales hasta hornos familiares.
De acuerdo con la Cámara Nacional de la Industria Panificadora, Pastelera y Similares de México (CANAINPPA), existen 54,000 panaderías registradas, la mayoría micro y pequeñas empresas. Estos talleres conservan técnicas tradicionales y fortalecen la esencia culinaria nacional, preservando recetas que se transmiten entre generaciones.

La estructura laboral del gremio es diversa. 17.8% de los empleos pertenece a grandes empresas, donde la eficiencia y la especialización son determinantes; 9.6% opera en centros comerciales y tiendas de autoservicio, y 7.3% en panaderías locales y negocios informales. Esta distribución refleja un segmento plural y resiliente.
Preferencias que moldean el mercado
El pan blanco, que incluye bolillo, telera, pan de caja y pan español, concentra 81% del consumo nacional, mientras que el pan dulce, con conchas, cuernitos y donas, representa 19%. Esto refleja que los consumidores seleccionan diferentes productos para acompañar sus comidas.

“La panadería mexicana actual ofrece una gran diversidad de productos que responden a diferentes gustos, ocasiones y necesidades. Hoy encontramos panes elaborados con harinas tradicionales, panes integrales y variedades con procesos o formatos distintos. Así, cada persona puede elegir la opción que mejor se adapte a su preferencia y estilo de vida alimentario”, afirmó Julián Castañón Fernández, presidente de CANAINPPA.
Tradición y tecnología en equilibrio
El Día Mundial del Pan, celebrado cada 16 de octubre, recuerda la vigencia de un oficio con historia. Actualmente, la panificación combina procesos tradicionales con tecnología moderna, lo que permite mejorar la calidad, prolongar la conservación y atender nuevas demandas de consumo sin perder identidad.

Gracias a la adopción de maquinaria, el control de procesos y la estandarización, las panaderías amplían su mercado y optimizan la producción, asegurando al mismo tiempo una oferta con sabor y frescura. Además, con la implementación de prácticas sostenibles, la industria se alinea a estándares ambientales.
Una cadena que multiplica impacto
La producción involucra sectores estratégicos como trigo, harina, levaduras, grasas, aceites, huevo y sal. Esta interdependencia genera un efecto multiplicador en la economía. A su vez, el comportamiento de la industria está ligado a factores macroeconómicos como precios de suministros, disponibilidad energética y hábitos de consumo.

Por otra parte, el pan también cumple un papel nutricional importante. Muchos productores han incorporado ingredientes como semillas y fibra para responder a la necesidad de dietas más balanceadas. De esta manera, la industria contribuye a mejorar la alimentación.
Más allá de su impacto económico, cada pan transmite saberes y mantiene vivo un legado cultural que trasciende en la preferencia diaria de millones de mexicanos. Consumir pan significa promover empleos, impulsar la economía local y preservar una tradición. En cada pieza horneada, la panificación mexicana confirma su fuerza.
Fuente: El Economista
GPC/RCM























