Asegura el Escritor Juan Villoro que “El Fútbol es un Espejo Distorsionado de Nuestra Realidad
11 Feb. 2024
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El escritor habla de su nueva novela ‘No fue penal’; en entrevista advierte que con el Mundial de 2026 la FIFA intenta limpiar sus pecados tras el escándalo de corrupción.
Redacción/CAMBIO 22
Juan Villoro (1956) sostiene que el futbol funciona como metáfora de la vida. En una cancha se pueden dirimir situaciones relacionadas con el drama, la justicia o la venganza, tal y como sucede en No fue penal (Almadía), una novela breve en la que el escritor muestra a dos personajes que en sus mejores épocas fueron grandes amigos, y a quienes en el destino vuele a colocar frente a frente en el terreno de juego.
Autor de títulos como Dios es redondo y Balón dividido, Villoro reconoce que el balompié es un vicio incurable al que siempre vuelve; admite también que tras la escritura de un libro tan íntimo y complejo como La figura del mundo, donde habla de su padre el filósofo Luis Villoro, su nueva obra es un divertimento que le permitió volver a su infancia.
¿Qué te ha llevado a volver al futbol?
Soy muy aficionado, finalmente se trata de un vicio incurable. No quiero escribir mucho de futbol porque conozco mis limitaciones y no soy un técnico ni un comentarista profesional, pero de tanto en tanto se me ocurre una historia sobre este deporte. Ahora se me ocurrió escribir una novela que contara de manera doble la misma jugada, siempre me ha intrigado cómo en el futbol un episodio en el campo cambia el destino de dos jugadores en forma definitiva y cómo esa herida se puede seguir abriendo con el tiempo. En mi generación hubo una jugada dramática que cambió nuestra perspectiva del futbol: la fractura de Alfredo Onofre en el último entrenamiento de la selección antes del Mundial de 1970, así fue como mi generación se enteró de que existían la tibia y peroné, era el mejor jugador de la selección y nuestra esperanza para el Mundial; ahí se eclipsaron nuestros sueños. Lo más sorprendente es que el contendiente contra el que chocó, el defensa Juan Manuel Alejándrez, también se retiró poco después. A partir de eso y me pregunté cómo elaboraría cada uno esta tragedia. En el caso de No fue penal, son dos jugadores que habían sido grandísimos amigos, pero con una rivalidad sentimental porque uno se queda con la chica que le gustaba al otro, no obstante que siguen siendo dos buenos compañeros en el futbol que por accidente destruyen sus dos carreras. Tiempo después se vuelven a encontrar en una jugada decisiva, uno como entrenador de un equipo que se juega el descenso, el otro como el video árbitro que puede cobrar una venganza decisiva. ¿Cobrará venganza uno respecto al otro? La justicia tiene componentes humanos y el futbol no es la excepción.
Uno de esos personajes es Valeriano, el árbitro y a quien por cierto no le gusta el futbol…
Ahí hay una cosa autobiográfica, estuve en el Mundial de Alemania en 2006 y me tocó compartir transmisión con Gabriel Batistuta, el gran delantero argentino, un jugador extraordinario y muy carismático, pero que no era aficionado al futbol, a él le gustaba el tenis y el surfing. Tenía gran actitud para los deportes y encontró que en el futbol podía destacar e hizo una carrera maravillosa sin ser aficionado, metí a Batistuta comentando esto porque Valeriano se identifica con él.
Otro caso parecido es el de Carlos Vela…
Tienes razón, Carlos Vela es un jugador dotadísimo con unas facultades innatas que ya quisiera cualquier jugador. Él no quiere ser figura ni trascender, solo busca divertirse, aprovecha sus cualidades para hacer jugadas maravillosas, pero no busca hacer más, en ese sentido tiene una relación muy lúdica con el juego, no quiere sufrir para ganar.
Has defendido la idea del futbol como metáfora de la vida y este libro es prueba de ello.
Sí, la verdad, la justicia, la amistad, el crimen son temas que atraviesan el libro. El futbol es un espejo de la sociedad, pero es un espejo distorsionado. Lo que pasa en un estadio siempre es extremo respecto a lo que sucede fuera. Desgraciadamente ahora el futbol es más científico y ha intentado crear un sistema de jurisprudencia aparentemente objetivo, pero que no lo es. Lo que se ha diferido no es la impartición de justicia sino el error, a veces se acierta y a veces no, esto además, evita circunstancias inherentes al futbol como la picardía. En su película La mano de Dios, Sorrentino celebra el gol ilegal de Maradona porque de acuerdo con la cultura napolitana, aquella bribonada fue superior a haber burlado a media selección de Inglaterra. Hoy en día, con el VAR ese gol sería anulado con lo cual se perdería la capacidad del engaño y el futbol le debe más al engaño que a la objetividad.
La ciencia se ha insertado fuerte en el futbol.
El VAR también tiene un componente ideológico fuerte porque fue puesto en vigor después de los escándalos de la FIFA. Cuando el FBI hizo la investigación del llamado FIFAgate, y se demostró que es una de las instituciones más corruptas del planeta, el organismo trató de lavar su imagen y la forma de hacerlo fue por medio de la creación de un sistema de jurisprudencia aparentemente objetivo dentro de la cancha con lo cual le dio más poder a la televisión porque la pantalla adquirió un estatuto jurídico. Todo esto es un lavado de imagen que necesitaba la FIFA, pero desgraciadamente ha ido en contra de la naturalidad del juego que funcionaba muy bien sin esos artilugios.
Después de un libro como La figura del mundo, donde hablas de tu padre, ¿No fue penal, que tipo de ejercicio te supuso?
Es un juguete, tal vez después de perder a mi padre y de evocarlo por escrito quise volver a la infancia. Javier Marías decía que el futbol es la recuperación semanal de la infancia, al ver un partido recuperas condiciones de cuando eras niño.
¿Qué tipo de dimensión política o social tiene el futbol en México?
El otro día un periodista me decía respecto a este libro, que uno de los personajes le recordaba a Javier Aguirre, un jugador leñero, duro y que ahora entrena equipos pequeños. Como periodista he tenido la oportunidad de platicar con muchos entrenadores y aquí hay algunas frases que me han dicho el propio Aguirre, Valdano, Ángel Cappa o Marcelo Bielsa.
¿De los entrenados con los que has hablado quién te ha sorprendido más?
El más sorprendente e inimitable es Marcelo Bielsa, es alguien intoxicado al máximo de futbol y con un nivel de pasión extraordinario, solo piensa en dimensiones futbolísticas. Tiene una visión tan romántica de este deporte que fracasa. Pero quien más me ha cautivado es Pep Guardiola, tiene una capacidad extraordinaria, pero también tiene muchas curiosidades vitales, es muy divertido, pícaro y malicioso; sabe bastante de literatura, le entusiasma la cultura y la música; nadie te define mejor a un jugador en términos psicológicos mejor que Guardiola.
De aquí a 2026 veremos una avalancha de libros de futbol…
Sí, probablemente alguno más será mío, pero es inevitable. Se calentará la discusión futbolística.
¿Qué expectativas del Mundial en México, Estados Unidos y Canadá?
Después del escándalo de corrupción la FIFA tenía que pagar por sus pecados. En 2015 escribí un artículo donde advertía que seguramente la próxima sede del Mundial será Estados Unidos, porque el FBI no hizo esa investigación de manera gratuita, tenía que recibir algo a cambio. México una vez más es comparsa y actor de reparto, tendremos algunos juegos, pero lo más importante sucederá en Estados Unidos, es un error de planeación tener vuelos tan largos que desgastan a los jugadores y con temperaturas que cambian mucho de un país a otro y con niveles de altura distintos, aun así, el próximo Mundial seguramente será peor, la FIFA está en un estado de delirio incontrolable, es un horror lo que está sucediendo.
¿Se parece el futbol a la política mexicana?
No, la política mexicana es un desastre de baja intensidad, a lo mucho se parece al futbol mexicano.
¿Qué tipo de juego veremos en la contienda electoral?
Será como el futbol mexicano, muchos pases laterales, poca profundidad, muchas falsas fingidas y jalones de camiseta. La mayor lección que ha traído el futbol femenil es que es mucho más honesto y limpio que el masculino. Los hombres se tiran al suelo, hacen teatro, fingen, tal como sucede con nuestros políticos.
Fuente: Aristegui
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