Redacción/ CAMBIO 22

Toda civilización requiere ciertas condiciones para cultivar sus alimentos, es sabido que un terreno de difícil acceso por la selva y superficie irregular no son las ideales para vivir; sin embargo, hubo mayas en un terreno de este tipo, construyeron pirámides e incluso un juego de pelota. Los restos de dicha población permanecieron ocultos hasta 2024.

El hallazgo fue realizado por grupo de arqueólogos a cinco kilómetros de Nadzcaán, en Campeche. La exploración inicial en esta zona de humedales se realizó con un escaneo láser en áreas inexploradas de la Reserva de la Biosfera Balam Kú, pero no se localizaron sitios arqueológicos mayores.

Contra todo pronóstico, una segunda revisión llevó al grupo de arqueólogos liderados por Ivan Šprajc, especialista del Centro de Investigaciones de la Academia Eslovena de Ciencias y Artes, localizó una construcción piramidal, edificios de hasta 13 metros de altura e incluso una cancha de juego de pelota cubierta con estuco del periodo Clásico Temprano (200-600 d.C.).

También se reconoció un sitio con estructuras sobre una elevación natural y un reservorio de agua rectangular. En su plaza principal, una pirámide de 16 metros de altura contenía una ofrenda con restos cerámicos y una punta bifacial de pedernal, cuya fecha se puede atribuir al periodo Posclásico Tardío (1250-1524 d.C.).

El sitio cuenta con bajos atravesados por flujos de agua intermitentes, también hay distintas elevaciones de terreno rocoso, así como capas delgadas de suelo, se trata de características poco favorables para la agricultura, por lo que el arqueólogo autorizado por el Instituto Nacional de Antropología e Historia deduce que dicha ocupación antigua era de menor población a las aledañas.

El especialista destacó que prácticamente no hay terrazas de cultivo ni canales en los bajos, y los asentamientos son modestos con pocos edificios mayores y sin decoración arquitectónica. Además de que los monumentos son escasos, pequeños y sin grabados.

Esta investigación forma parte del proyecto “Ampliando el panorama arqueológico de las Tierras Bajas Mayas centrales”, tuvo lugar entre abril y mayo de 2024 y abarcó una zona de selva mediana en el municipio de Calakmul. El área estudiada se encuentra entre la región de los Chenes y los poblados de Conhuás y Constitución, a lo largo de la carretera Escárcega-Chetumal.

El equipo de inspección está compuesto por especialistas como Octavio Esparza Olguín, Atasta Flores Esquivel, Quintín Hernández Gómez, Vitan Vujanović y el geodesta Aleš Marsetič.

Šprajc concluyó que estos hallazgos indican la presencia de grupos humanos durante los últimos siglos antes de la llegada de los españoles, mucho después de la desintegración política y el decremento demográfico de las Tierras Bajas Centrales.

El INAH señala que todavía falta analizar el material cerámico recolectado, dichos restos sugieren que la mayor ocupación se dio durante los periodos Clásico Tardío y Terminal (600-1000 d. C.), cómo consecuencia de migraciones tardías, derivadas del crecimiento demográfico en regiones vecinas y más favorables, especula el investigador.

“La impresión inevitable es que la cultura maya de esta región que acabamos de explorar, fue notablemente menos elaborada que en el Petén, hacia el sur, y las regiones de los Chenes y de Chactún, al norte y al oriente”, puntualizó el especialista del del Centro de Investigaciones de la Academia Eslovena de Ciencias y Artes.

Fuente: Infobae

redaccion@diariocambio22.mx

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