“El que se asocia con un ladrón aborrece su propia vida; oye el juramento, pero no dice nada”
*Proverbios 29:24
Alfredo A. Calderón Cámara/CAMBIO 22
Una y otra vez por tres años el país a escuchado el mismo grito y la misma cantaleta del presidente López Obrador: “Si hay delito que sea castigado, sea quien sea” ante cualquier señalamiento de corrupción en su gobierno y siempre va más allá para tratar de convencer de su integridad: “a mí me pueden llamar, ‘Peje’, pero no soy lagarto”, un ejemplo claro cuando se dio a conocer el video en el que apareció su hermano Pío López Obrador, recibiendo dinero de manos del ex director de Protección Civil, David León. Habla, pero no actúa, la
Corrupción sigue viva
El presidente López Obrador pretende ante los ojos de la sociedad negar la palpable realidad y convencer a todos: que no es corrupto. Sin embargo, sus acciones exhiben lo contrario. De allí que la lógica política dicte que la 4T no es veraz y menos entendible. A la interminable fila de escándalos de corrupción que tanto ha dañado el ejercicio de gobierno del presidente López Obrador, brilla con luz propia un eslabón más.
La corrupción juzgada de Delfina Gómez a la cual el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) confirmó que siendo presidenta municipal de Texcoco, realizó “moches” salariales a sus empleados con el objetivo de beneficiar a Morena, por lo que el TEPJF ratificó la multa al partido por cuatro millones 529 mil 225 pesos ya que ese dinero acabó en la cuenta de un proveedor de Morena “fichado” por la Secretaría de Hacienda por simular operaciones.
Abiertamente Delfina Gómez y sus colaboradores operaron los “diezmos” del ayuntamiento de Texcoco, entre 2013 y 2015, mediante una empresa fantasma para triangular los recursos en beneficio de Morena. El escándalo ha crecido más a raíz de la obstinada defensa del presidente López Obrador que pasando por encima de una resolución judicial arengó: “No te preocupes Delfina” y eso fue suficiente para que la Fiscalía General de la República la dejara tranquila.
Ahora bien, ubiquemos otros escándalos, mientras morenista gobernadora de Campeche Layda Sansores desde que asumió el cargo; hace ya cuatro meses ha denunciado la brutal corrupción del exgobernador Carlos Aysa González, quien gobernó de 2019 a 2021 al sustituir a Alejandro Moreno; alguien no le informó de tal corrupción a López Obrador que desde el 17 de enero del presente lo designó como el nuevo embajador de República Dominicana.
Agregue Sonora, por semanas Alfonso Durazo se desgañitó señalando que la Contraloría del Estado realizaba 159 auditorías a la administración de su antecesora Claudia Pavlovich a través de despachos externos. Una y otra vez arengó a bocajarro: “no hay pacto de impunidad” y con índice de fuego dijo que continuarían las investigaciones contra las irregularidades detectadas en el gobierno de Pavlovich Arellano; es decir, pillerías hubo y para acabar con la corrupción deberían ser castigadas.
Sin embargo, nadie en el país puede negar que la exgobernadora priista tiene el manto de impunidad presidencial desde antes de las elecciones del año pasado a cambio de entregar la gubernatura de Sonora a Morena; desde hace 4 meses que el secretario privado de Pavlovic Arellano adquirió para su jefa un súper lujoso penthouse en Barcelona con un costo de cinco millones de euros en la torre Deutsche Bank, unos 116 millones de pesos mexicanos.
¿Cómo es posible tanta impunidad? Simple y sencillamente porque Claudia Pavlovic ya tiene asegurado el salario de 9 mil 810 euros o 227 mil 222 pesos mexicanos como cónsul en Barcelona ¿Qué alega en contra Alfonso Durazo? ¡Nada! Calladito se ve más bonito, el cuestionamiento es ¿Qué pasa en la mente del presidente López Obrador cuando el debería ser el primer ejemplo de respeto al imperio de la ley y al Estado de Derecho y hace todo lo contrario al solapar la corrupción de la exgobernadora?
Innegable es que no está barriendo las escaleras de arriba hacia abajo, sólo las alfombró para que nadie se resbale: las propuestas hechas por el presidente López Obrador para el servicio exterior sólo pervierte la diplomacia mexicana y evidencia que está usando embajadas y consulados como premios al entreguismo y lealtad ciega que estos priistas corruptos han tenido con el mandatario federal y todo eso lleva a preguntar ¿Para eso votaron 30 millones de mexicanos por López Obrador? Y lo que es peor, a tres años de gobierno ¿Dónde está la cuarta Transformación?
EL SEPTIMO SELLO
Tirios y troyanos, -prianistas y primores-, todos esperaban que los exgobernadores priistas Pavlovic y Aysa después de saquear Sonora y Campeche terminaran en la cárcel; pero por impunidad presidencial mejor van a disfrutar de las mieles del poder y dilapidar el dinero de los mexicanos de las embajadas. Pena ajena dan los descerebrados chairos que no les queda de otra que callar como momias y aplaudir como focas ante tanta impunidad y corrupción.
LA SEPTIMA TROMPETA
¿Quiénes vivieron la brutal corrupción del PRI y PAN, que hartos votaron por Morena, muy en su interior aprueban el cinismo de la corrupción presidencial? Sólo es pregunta que esos 30 millones deben contestarse.
LA SEPTIMA COPA
¿Testamento político al estilo Hugo Chávez? Cada día que pasa está más perdida la mente del presidente. Una locura tras otra. Ya no existe cordura ni prudencia en el accionar de López Obrador.
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