Arabia Saudita Planea Construir Una Torre de 2,000 Metros de Altura, Desafiando la Arquitectura
27 Mar. 2025
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Un ambicioso proyecto en Riad busca superar al Burj Khalifa con una megaestructura que desafía los límites de la ingeniería moderna
Redacción / CAMBIO 22
Arabia Saudita ha vuelto a captar la atención mundial con un plan que, de concretarse, redefiniría los límites de lo posible en el mundo de la arquitectura. Un proyecto monumental, audaz y técnicamente desconcertante, cuyo mero planteamiento ya está sacudiendo las bases de la ingeniería moderna. Lo que sigue no es solo un desafío estructural, sino un símbolo de ambición desmedida y prestigio nacional.

El enigmático proyecto que está dejando al mundo boquiabierto
Aunque todavía no ha sido confirmado oficialmente, las filtraciones sobre una futura megaestructura en Arabia Saudita se han vuelto cada vez más insistentes. Medios especializados aseguran que el Fondo de Inversión Pública saudí ya ha comenzado a recibir propuestas para construir un nuevo distrito de negocios en Riad, con un núcleo absolutamente colosal: una torre de 2 kilómetros de altura.
Sí, has leído bien: 2.000 metros. Para ponerlo en perspectiva, el edificio más alto del mundo hoy en día es el Burj Khalifa en Dubái, con 830 metros. Le sigue el Merdeka 118 en Kuala Lumpur, que apenas alcanza los 679 metros. Esta torre saudí superaría por más del doble al líder actual y multiplicaría por seis la altura de la Torre Eiffel, incluyendo su antena.
Se trata de una ambición sin precedentes, que convertiría a esta construcción en un símbolo absoluto de supremacía arquitectónica. Pero también implica sumergirse en un terreno casi desconocido para la ingeniería estructural.

La batalla contra lo imposible: desafíos técnicos sin solución clara
El primer obstáculo al que se enfrentarán los ingenieros será, sin duda, la resistencia de los materiales. Ni el acero ni el hormigón más avanzado del mercado parecen estar preparados para soportar semejante titán. Hasta la fecha, no existe tecnología probada capaz de crear cimientos estables para una estructura de semejante envergadura.
Y eso no es todo: incluso si se encontraran materiales lo suficientemente resistentes, construir a esa altura con las herramientas actuales resulta prácticamente inviable. Las grúas no pueden operar a semejante altitud, y el peso acumulado del edificio puede colapsarlo sobre sí mismo. Cuanto más alto se construye, más sólido debe ser el esqueleto… pero eso implica más masa, lo cual puede ser contraproducente.
Cada metro adicional multiplica la complejidad. Para los expertos, esta torre no solo desafía la lógica, sino que directamente coquetea con lo imposible.

El enemigo invisible: el viento y sus efectos catastróficos
Si superar los límites de la gravedad no fuera suficiente, existe otro problema igualmente peligroso: el viento. A medida que una estructura crece en altura, las ráfagas se convierten en un factor de riesgo exponencial. No hablamos solo de resistencia aerodinámica, sino de oscilaciones que pueden comprometer toda la estabilidad del edificio.
Edificios como el Burj Khalifa utilizan amortiguadores armónicos gigantes para reducir las vibraciones, una técnica también popular en zonas sísmicas como Japón. Sin embargo, aplicar este sistema a una torre de 2 kilómetros de alto exigiría una masa amortiguadora de proporciones colosales, lo cual genera un nuevo dilema: cómo instalarla sin añadir más peso al edificio.
Este problema, por sí solo, podría hacer que el proyecto se vuelva inviable desde el punto de vista estructural.
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Una hazaña sin precedentes… si es que alguna vez se concreta
Y estos desafíos solo rascan la superficie. A medida que uno analiza con más detalle, surgen decenas de interrogantes igual de complejos: ¿Cómo se instalarían ascensores que funcionen eficientemente a esa altura? ¿Qué sistema de evacuación podría operar en caso de emergencia? ¿Cómo se distribuirían las redes de agua, electricidad y desagüe en una estructura tan gigantesca?
Pese a todo, Arabia Saudita parece decidida a llevar este sueño a la realidad. El gobierno ya estaría dispuesto a invertir más de 5.000 millones de dólares para poner en marcha el proyecto. En un contexto donde los gigantes arquitectónicos del Medio Oriente se disputan la supremacía con símbolos cada vez más extravagantes, este podría ser el próximo gran golpe de efecto.
¿Logrará este rascacielos imposible elevarse por encima de sus propios límites? Si lo consigue, será una proeza que cambiará para siempre la historia de la arquitectura y la ingeniería. Y si no, quedará como una advertencia sobre los riesgos de desafiar lo inalcanzable.
Fuente: Jounraldugeek
GPC/AGF




















