• El pasado mes de noviembre en la ciudad de San Francisco, EU, se llevó a cabo la 30a cumbre anual.

 

Redacción/CAMBIO 22

El pasado mes de noviembre en la ciudad de San Francisco, EU, se llevó a cabo la 30a cumbre anual de Líderes del Foro de Cooperación Asia-Pacífico, APEC, integrado por 21 economías del mundo, entre las que encuentran EU, China, Canadá, Rusia, Japón, Taiwán, Hong Kong, Corea del Sur, y, del lado latinoamericano, México, Chile y el Perú.

El Foro, establecido en 1989, tiene como objetivo principal promover el crecimiento económico sostenible, el comercio y la inversión y la prosperidad en la región de Asia y el Pacífico. En la actualidad, genera 45% de las exportaciones y 47% de las importaciones internacionales.

Como en pasadas ocasiones la cumbre logró acuerdos generales en temas vinculados al cambio climático, tecnologías y transición energética, además de lanzar la “Iniciativa de Mujeres en la Economía Sostenible” para lo cual se acordó un presupuesto de 900 millones de dólares que serán empleados en apoyo a la mayor participación de las mujeres en industrias verdes como gestión forestal, energía limpia y reciclaje.

Asimismo, se acordó un mayor apoyo a programas que amplían el acceso a la educación en ciencia y tecnología, así como abordar las leyes que limitan el acceso igualitario de las mujeres en actividades productivas.

Otros acuerdos importantes fueron los relacionados al fortalecimiento de las cadenas de suministro, acelerar la transmisión hacía las energías limpias, combatir la corrupción, realizar investigaciones sobre inteligencia artificial y ampliar las subvenciones para atención sanitaria.

Pese a los acuerdos alcanzados, los cuales como se acostumbra en este tipo de foros, ya habían sido debidamente acordados y conciliados con anterioridad a la reunión, quizás lo más importante de este evento fue la otra “cumbre”, que al margen de la reunión de APEC llevaron a cabo los presidentes Joe Biden, de EU, y Xi Jinping, de China.

Biden y Jinping no se reunían en privado desde el encuentro que mantuvieron hace un año en la isla de Balí, Indonesia, en paralelo a la reunión del G-20 celebrada en ese país en 2022. Biden y su homólogo chino son viejos conocidos, desde antes de ser presidentes cuando los dos atendían encargos internacionales de parte de sus respectivos gobiernos.

Se intuye que el principal objetivo de ésta última reunión consistió en  descongelar la gran tensión existente entre ambas naciones después de un difícil año de reproches y señalamientos teniendo como fondo una feroz carrera comercial que ha derivado en implicaciones políticas, donde Jinping ha apoyado abiertamente a líderes contrarios a países occidentales y, en particular, a EU.

En efecto, con esta última “Cumbre Sino-Americana” se alcanzó el objetivo de estabilizar la relación entre los dos países. Quizás el tema principal de esa reunión entre los presidentes y altos funcionarios de sus respectivos gobiernos fue el relacionado con el restablecimiento de las comunicaciones entre sus Fuerzas Armadas con lo que se distiende la posibilidad de un conflicto bélico de alcances inimaginables. Este acuerdo cobra aún más importancia a partir de los recientes roces navales y aéreos en la región del estrecho de Taiwán.

Otros temas relevantes de la cumbre fueron los vinculados a las restricciones impuestas de uno y otro lado al comercio exterior, actividad que significa operaciones entre estos dos países cercanas a los 800 mil millones de dólares anuales; acciones de espionaje e intromisión vía redes cibernéticas; y, naturalmente, los temas belicistas entre Rusia y Ucrania y en la región del medio oriente, agravados, recientemente, por el conflicto suscitado entre el grupo islamista Hamas e Israel.

Sí bien el foro anual organizado por APEC cumplió con su objetivo de promover el crecimiento sostenible en la región Asia-Pacífico, el evento que captó la atención internacional  fue la reunión alterna entre los líderes de las dos naciones más poderosas del mundo.

Sin duda alguna, para el presidente Biden la celebración de esta cumbre le acredita puntos a favor con miras a su proyecto de reelección del año entrante, en tanto para Jinping puede significar el relanzamiento económico de su país que en la actualidad sufre un retroceso como nunca antes lo había experimentado en sus diez años como presidente de China Popular.

 

Fuente: EL HERALDO

redaccionqroo@diariocambio22.mx

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