Redacción/CAMBIO 22

Mientras que algunos republicanos hacen votos para que el crimen organizado en México sea catalogado como terrorismo y que EEUU mande tropas al país latinoamericano, el Gobierno de México ha subido su tono en defensa de la soberanía ante su principal socio comercial.

“¿Qué se creen estos mequetrefes intervencionistas y prepotentes? A México se le respeta”, sentenció el presidente Andrés Manuel López Obrador hace algunos días al referirse a los legisladores republicanos que han puesto la participación de las Fuerzas Armadas de EEUU en las tareas de seguridad mexicanas. Su discurso, que ha subido de tono, no es para menos, advierten expertos consultados por este medio.

Y es que aunque la posibilidad de una intervención de Estados Unidos en México pareciera algo del siglo pasado, lo cierto es que Washington tiene una larga escuela de intervencionismo que bien podrían aplicar en territorio mexicano en caso de que las circunstancias estén puestas, señaló la doctora en Ciencia Política y académica de la Universidad Nacional Autónoma de México Adriana Báez.

“Seria un caso extremo y lo veo muy remoto, pero ya lo hemos visto: [en EEUU] son capaces de cualquier cosa. Si ellos se encuentran un motivo que les justifique una invasión, lo van a hacer”, evaluó la también socióloga, quien apunta que López Obrador debe de tomarse más en serio este discurso republicano que poco a poco halla cabida dentro del ala de derecha estadounidense.

“Es muy ocurrente en sus dichos y yo creo que sí que debería de tomar las cosas con más prudencia […] Solamente está viendo todo como un juego electoral y creo que ese asunto de la seguridad nacional es más serio y lo deberíamos de ver como una asunto urgente”, aseveró la universitaria.

Al respecto, el politólogo egresado de la Universidad de Chicago César Morales Oyarvide indicó que a pesar del tono fuerte que el presidente mexicano ha manejado, lo cierto es que es congruente con su política de soberanía.

“Este soberanismo explica en parte su reacción, que es una apelación a los principios históricos de la política exterior mexicana, con el estilo del del presidente, efectivamente, pero no dejan de ser una apelación a los principios básicos que rigen la política exterior de nuestro país”, explicó el estudioso.

Además, ponderó que López Obrador no está siendo adversario de Estados Unidos ni del Gobierno de Joe Biden, sino que arremete contra un sector específico, los republicanos afines a Donald Trump.

El magnate busca postularse como candidato presidencial para los comicios de 2024 y en 2016, cuando ganó su ingreso a la Casa Blanca, usó también un discurso xenófobo en contra de los migrantes latinoamericanos, enfatizado en los mexicanos.

Morales Oyarvide advirtió que existe un riesgo de que estas propuestas republicanas tomen fuerza entre los estadounidenses y lleguen a convertirse en promesas de campaña el próximo año electoral, tal y como lo fue el muro fronterizo planteado por Trump.

“El muro de Trump, al menos materialmente, no se construyó, pero en los hechos ahí estuvo. Ahí estuvo la influencia de Trump y del gobierno de Estados Unidos en la política migratoria de México ante Centroamérica, ahí está la presión que se ejerció por medio de los aranceles y ahí está también ese componente xenófobo y de violencia del supremacismo blanco en contra de los inmigrantes no solo latinoamericanos, pero especialmente latinoamericanos y mexicanos en Estados Unidos”, consideró.

“Es decir, a pesar de que esta invasión física no se concrete, sus efectos, si idea permea el discurso, van a llegar de una u otra manera las consecuencias”, agregó.

El 8 de marzo, los senadores republicanos Lindsey Graham y John Kennedy anunciaron que presentarán un proyecto de ley para declarar a los carteles del narcotráfico en México como organizaciones terroristas extranjeras (FTO, por sus siglas en inglés).

De acuerdo con los legisladores, el objetivo de esta propuesta es poder activar más mecanismos contra ellos, como autorizar que el Ejército de Estados Unidos pueda intervenir y combatir a los grupos del crimen organizado, incluso en territorio mexicano.

Según los congresistas, la medida es necesaria y urgente debido a un incremento significativo de las muertes vinculadas a sobredosis de fentanilo, opioide que en 2021 le quitó la vida a unos 71.000 estadounidenses, de acuerdo con cifras del Gobierno de Estados Unidos.

Ante ello, el Gobierno de México ha contestado no solo en el discurso, sino en los hechos, pues el 13 de marzo el canciller Marcelo Ebrard viajó a Estados Unidos para reunirse con los cónsules mexicanos en ese país, esto como parte de una campaña informativa sobre las acciones del presidente Andrés Manuel López Obrador en contra del crimen organizado, y que se usará como una forma para evitar que las propuestas republicanas prosperen.

Este 15 de marzo, el presidente mexicano reiteró que el país “nunca jamás” permitirá una injerencia militar de Estados Unidos en su territorio y también puso sobre la mesa la prohibición del fentanilo con usos médicos tanto en México como en el país norteamericano.

 

 

Fuente Sputnik

redaccionqroo@diariocambio22.mx

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