• Semarnat admite recurso de revisión

 

Ricardo Jesús Rivas / CAMBIO 22

Cozumel, 21 de junio. – El controvertido proyecto del Cuarto Muelle para cruceros en Cozumel ha recibido un nuevo revés tras la admisión de un recurso de revisión por parte de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat). La obra, promovida por la empresa Muelles del Caribe, propiedad de la influyente familia Molina Casares, fue autorizada en el sexenio de Andrés Manuel López Obrador como parte de su estrategia de reactivación económica post-pandemia. Sin embargo, desde su aprobación en 2021, estuvo envuelta en una creciente oposición social por los posibles daños al ecosistema marino.

La Manifestación de Impacto Ambiental (MIA) que respaldó la obra omitió, según denuncian colectivos ambientales, cualquier mención al arrecife Villa Blanca, una joya submarina clave en la biodiversidad del Caribe mexicano. Para los ambientalistas agrupados en el movimiento “No al Cuarto Muelle”, esta omisión constituye una irregularidad grave que podría implicar un daño irreversible a uno de los ecosistemas más frágiles de la isla. En respuesta, vecinas de Cozumel interpusieron un recurso legal, que fue admitido y turnado a instancias superiores dentro de la Semarnat.

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El rechazo ciudadano se ha hecho notar en distintas formas, desde protestas hasta posicionamientos públicos de organismos empresariales. La Asociación de Hoteles de Cozumel, por ejemplo, señaló que el turismo de cruceros genera más desgaste ambiental que beneficios económicos.

No obstante, el proyecto aún depende de una pieza clave, la anuencia municipal. Aunque la obra cuenta con autorización federal, necesita el aval del Ayuntamiento de Cozumel, encabezado por José Luis Chacón Méndez, quien evitó posicionarse públicamente pese a la creciente presión social. Su silencio, interpretado por muchos como una estrategia política, contrasta con el reciente pronunciamiento de legisladores del Partido Verde, que ahora dicen oponerse al muelle, aunque durante años evitaron tomar postura.

Rodrigo Huesca Alcántara, uno de los portavoces del movimiento ambientalista, fue enfático: “No aceptaremos reubicaciones ni mitigaciones, exigimos la revocación total del permiso ambiental.” Mientras tanto, el destino del Cuarto Muelle sigue en suspenso, en medio de una batalla que evidencia la tensión entre el modelo de desarrollo económico y la protección del patrimonio natural de Quintana Roo.

 

 

 

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