Mtro. Celestino Salcedo Flores/ CAMBIO22

Sobre una perfecta llanura construida solo en mi mente,

ahí, el altar de muertos, hecho de amor y pensamientos,

en el estan recuerdos de mis amores, mi vida y mi gente,

aromas de flores, colores hermosos y felices momentos.

Al fondo, en el espacio esta mi madre muy guapa de pie,

hermosa, única, etérea, sonríe toda ella, como si flotara,

una imagen perfecta, estoica y preciosa sin algún traspié,

sus manos sabias juntas, hablan, estoy bien, nada pasara.

 

Al lado derecho de ella está muy guapo mi padre, mi jefe,

sus manos cuadradas, muy firmes, en los brazos del sillón,

su ropa siempre vieja, que habla de no ser un mequetrefe.

un hombre culto, inteligente, digno general de un batallón.

A pies de ambos esta mi hijo, sus manos llevan mi corazon,

su piel es blanca como el algodón y sus ojos de esmeralda,

con su mirada me dice, estoy bien papa, si, tenías la razón,

quería comerme al mundo, te entendi, hoy, no pasa nada.

 

Atrás, en una cerca casi invisible, estan mis cuatro abuelos,

los padres de mi padre, campiranos, hermosos, abrazados,

los padres de mi madre, juntos sin tocarles como paralelos,

alineados todos como observando la llanura, muy aguzados.

Cuatro hermosas cuiltas coloridas de algodón sobre el pasto,

estan viandas que siempre amamos, ricas tortillas de harina,

papas con chorizo, frijoles chinos, granadas y pan muy basto,

mantequilla, queso de rancho como el que había en la cocina.

 

Caminan en torno a la gran foto, seres que siempre he amado,

que nunca en vida podre olvidar, ya que estan lacrados en ella,

como parte de mi ser, de mi conciencia, amores de mi pasado,

primos, amigos, familia y tíos brilla su luz, asi, como la estrella.

 

redaccion@diariocambio22.mx

AFM/MA

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