Alicia Bárcena, Secretaria de Medio Ambiente, Convencida de Conseguir Más Presupuesto Para Combatir el Cambio Climático
28 Oct. 2024
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La nueva titular del ramo reconoce la escasez de recursos, pero confía en lograr metas en este sexenio: la limpieza de tres cuencas de ríos, empezar a sustituir los combustibles fósiles e incorporar el criterio ambiental a los grandes proyectos
Redacción/ CAMBIO 22
Alicia Bárcena, desde su nuevo cargo de secretaria de Medio Ambiente, reconoce y propone. Reconoce que el 70% de los ríos del país están contaminados y propone sanear las cuencas de tres de ellos. Reconoce que la dependencia sufrió una fuerte caída de presupuesto y propone presentarle a Claudia Sheinbaum casos concretos para aumentarlo. Reconoce que el Tren Maya ha dejado pendientes y propone regularizarlos. Reconoce que el cambio climático es una amenaza urgente para México y propone apostar por la restauración de manglares. Alicia Bárcena ha llegado a la Secretaría de Medio Ambiente (Semarnat) e insiste: “Sí se pueden hacer cosas”.
La gran diplomática mexicana ha dejado la cancillería, que ocupó el último año, para llegar a una dependencia relegada. Va a tener que conjugar su fuerza política para movilizar a otras secretarías, rascar recursos y colaboraciones: “Contar con el apoyo político de la presidenta es un avance enorme”. Atiende a EL PAÍS en las oficinas de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) en medio de una intensa agenda de reuniones. En menos de un mes en el cargo se ha encontrado desde empresas como Nissan, para promover la electromovilidad, hasta comunidades como las de la presa Endhó, agraviadas por la contaminación del agua. “El tema ambiental por sí solo no va a tener una solución fácil”, afirma, “necesitamos el concurso de los sectores económicos y sociales. Esa fue mi gran lección de cuando fui subsecretaria de Ecología, hace ya muchos años”.
Pregunta. Bióloga de profesión, primera subsecretaria de Ecología en 1982, coordinadora de proyectos ambientales también en Naciones Unidas, secretaria de la CEPAL, ¿esta llegada a la secretaría es una vuelta a casa?
Respuesta. Es una vuelta a casa con más experiencia. A mí lo que me convoca hoy es un cambio de paradigma. Estamos encabezados por la primera mujer presidenta en 200 años. Además veo en ella un compromiso por cambiar un estilo de desarrollo neoliberal y extractivista para irnos hacia la mayor sostenibilidad. Tomando muy en cuenta las necesidades sociales que tiene el país, pero también incorporando criterios ambientales y de sustentabilidad. Hay que ponerle precio a los temas ambientales: valorar la biodiversidad, el agua limpia. Temas que hemos ido dejando pasar. Y lograr que las políticas implícitas, las de inversión y desarrollo, consideren esto como una vertiente importante y no como una externalidad, que es como se ha visto el tema ambiental.
P. Hace unos meses varios expertos contaban a EL PAÍS que México está en una situación ambiental crítica, incluso, cerca de un punto de no retorno. ¿Cuál es su valoración?
R. No sé si estamos en un punto de no retorno en todo. Yo creo que hay temas que debemos abordar. Por ejemplo, el 70% de los ríos en México está contaminado, pero la presidenta nos ha dado la indicación de trabajar en tres cuencas: Lerma-Santiago, Tula y Atoyac. Si logramos avanzar en esas tres cuencas, el país va a cambiar, porque vamos a demostrar que es posible hacerlo, que el medio ambiente sí tiene capacidad de ser restaurado. Estamos tratando de identificar cuáles son las áreas que requieren una restauración urgente precisamente para evitar la irreversibilidad. Sí es cierto que algunas especies se están perdiendo, pero creo que hay opciones de recuperación. En la Semarnat hay un equipo de personas expertas conocedoras, que se sentían un poco relegadas quizás porque ha habido muchos años en donde el tema en sí no había tomado tanta fuerza, pero creo que con la presidenta estamos en buenas manos.
P. ¿Qué Secretaría encontró cuando llegó el 2 de octubre?
R. Una secretaría con muchos recursos humanos muy capaces. Es verdad que tenemos varios organismos desconcentrados y descentralizados que hay que coordinar mejor, o sea, estaban un poco cada uno en su mundo. Los lunes prácticamente los encierro a todos: Conafor, la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas, la Conagua, la Profepa, Conabio… Estamos haciendo algo revolucionario: creando una subsecretaría de biodiversidad y restauración ambiental; una subsecretaría que ya existe que es la de regulación que hay que fortalecerla muchísimo, y una tercera que es de cambio climático. Entonces ya estamos dando también un mensaje.
P. Los recursos de algunas dependencias ambientales se han hundido en los últimos años, ¿se puede conseguir más presupuesto para la Semarnat?
R. Yo estoy convencida de que sí. Lo que tenemos que hacer es presentárselo a la presidenta con cosas concretas, no le vamos a poder decir “necesito más presupuesto” en abstracto. Tengo que llegar con ideas muy claras. Es verdad que hubo una caída presupuestaria muy fuerte en esta Secretaría, por ejemplo, un área que me preocupa mucho, porque se redujo a la mitad su presupuesto es Conafor. El tema que tenemos frente a nosotros ahora es el combate a incendios. ¿Cómo lo vamos a enfrentar? Solos no lo vamos a lograr porque hubo una reducción muy importante, entonces los combatientes de incendios son menos. Entonces vamos a tener que hacerlo en alianza con los Estados. También quisiéramos lograr presentarle a la presidenta propuestas para dotar de más recursos a Profepa, que para nosotros no es solamente una Procuraduría del Medio Ambiente, sino de la justicia ambiental. Yo provengo del Acuerdo de Escazú, el único acuerdo que existe en el mundo que protege a los defensores del medio ambiente, y que yo espero que podamos cumplir.
P. En su discurso de bienvenida a la secretaría mencionó a Berta Cáceres y también a tres ambientalistas mexicanos que habían sido asesinados. México es, según los últimos números, el cuarto país del mundo con más crímenes de defensores ambientales, más de 100 asesinados en cinco años. ¿Ha fallado el Estado?
R. Justamente el Acuerdo de Escazú nos tiene que dotar del mecanismo para proteger a los defensores del medio ambiente. La Secretaría tiene que blindar a estos defensores. Y ahí yo quiero reforzar precisamente un área que se llama de Vinculación Social para que vean que no están solos. No podemos dejar solas a las comunidades. La Semarnat es un socio estratégico para la sociedad.
P. Justo uno de los grandes desafíos que tienen las comunidades es el avance del crimen organizado, por ejemplo, con la tala ilegal, ¿cómo se va a afrontar? ¿Se va a buscar una colaboración con la Secretaría de Seguridad Pública?
R. Yo estoy solicitando una reunión precisamente con Omar García Harfuch y tenemos muy buena relación con Sedena, porque sí creo que muchas de las actividades relacionadas con la tala ilegal, el huachicoleo, el robo de agua, tiene que ver con esto y por lo tanto nosotros no podemos ir a estos sitios sin la protección de vida. Para que la Profepa vaya tiene que ir acompañada de la Guardia Nacional.
P. Uno de sus primeros mensajes fue la meta de declarar el 30% del territorio terrestre como zona protegida, y el 30% del marítimo, para 2030, ¿cómo se puede lograr?
R. No vamos nada mal. De las zonas marítimas andamos por 27%, porque tenemos áreas como Sian Ka’an, por ejemplo, que ya es una zona protegida muy grande, la más grande posiblemente del mundo en temas marinos. En el caso terrestre estamos menos avanzados, andaremos por el 13%. Tenemos 232 áreas naturales protegidas, se logró mucho en los últimos años. Estamos convocando también a las comunidades a proteger sus propios territorios, buscando mecanismos para que haya, por ejemplo, pago de servicios ambientales.
P. Pero hay muchas áreas naturales sin presupuesto. Se hace la delimitación de Área Natural Protegida, pero si luego no tienen personal ni recursos para protegerla, ¿de qué sirve la identificación?
R. Hemos identificado que de estas 232 Áreas Naturales Protegidas, en alrededor de 40 urge que tengamos un programa de manejo. Esa es una evaluación que estamos haciendo ahora: cuántos programas de manejo nos faltan, cuánta gente tenemos en el terreno, cuánta gente nos falta, para ver precisamente cómo las dotamos de recursos. Estamos evaluando todos los mecanismos que tiene la Secretaría para obtener recursos y poderlos invertir precisamente en planes de manejo.
P. Y, por ejemplo, ¿buscar una redistribución dentro del presupuesto de la Secretaría? Porque ahora mismo Conagua se lleva más del 80% con todos los problemas que ha tenido de gestión en las concesiones de agua.
R. Sí, desde luego que sí, hemos estado conversando con la presidenta al respecto porque efectivamente Conagua se lleva el 80% del presupuesto del sector ambiental, si no es que más, sobre todo en los periodos de grandes proyectos, pero yo creo que sí se puede compensar. De hecho, este trabajo de los ríos ya es una forma de reorientar recursos hacia el tema ambiental. Yo no necesito necesariamente que me los pasen a mí, lo que me interesa es que se dediquen al saneamiento.
P. Uno de los principios del decálogo que usted anunció a su llegada está relacionado con los grandes proyectos de infraestructura, que tenían que “incorporar criterios y valores ambientales”, pero, ¿qué va a pasar con los proyectos que ya se han hecho? El Tren Maya, por ejemplo, no los incorporó. La manifestación de impacto ambiental del tramo 5 se hizo para un diseño que no es el que se ha ejecutado finalmente. Entonces, ¿qué va a pasar con ellos?
R. En primer lugar, la presidenta ha dado una directriz importantísima: en estos nuevos proyectos de trenes, por ejemplo, el AIFA-Pachuca, el Ciudad de México-Querétaro, la Semarnat estará desde el diseño del proyecto. Eso es bien importante porque estamos analizando los trazos para que no crucen áreas naturales protegidas, para que realmente se usen los derechos de vía existentes. Nuestra participación le va a dar valor agregado. Y en el caso del Tren Maya, el presidente López Obrador sacó un decreto el último día de Gobierno, de que de aquí a diciembre tendríamos que regularizar todos los temas pendientes y a nosotros nos toca el ambiental.
El Tren Maya es un gran proyecto, no cabe duda que fue una hazaña construir un tren de casi 1.550 kilómetros en tan poco tiempo. Obviamente cuando se hace una obra de esta magnitud hay cosas que van quedando pendientes. Entonces nosotros estamos trabajando de la mano con Sedena Tren Maya S.A. de C. V. para ver cómo avanzamos. A ver, el tren ya está ahí, o sea, nadie lo va a quitar, es un tren importante para la gente. Entonces nosotros lo que estamos haciendo es analizar. Por ejemplo, hubo 4.000 hectáreas de cambio de uso del suelo, entonces estamos viendo dónde debemos reforestar esa misma extensión en otras áreas. Creo que hay una excelente voluntad de parte de Sedena para que logremos ir resolviendo en todos los siete tramos del tren todos los aspectos. Por un lado regularizando, viendo, en el caso de las manifestaciones de impacto, qué falta y qué condicionantes se deben cumplir; en el caso del cambio de uso del suelo cómo se puede compensar, y por otro lado, los pasos de fauna si podemos identificar si realmente se está produciendo esta protección. Además, estamos planteando generar un corredor biológico que conecte la costa de Quintana Roo con los petenes en Campeche. Esa es una forma de restaurar.
P. Y con respecto a la contaminación del agua que ha provocado la construcción del tren allá, ¿se está planteando algún proyecto?
R. Bueno, hubo un problema de contaminación en uno de los cenotes de la zona de Quintana Roo por los pilotes. María Luisa Albores me informó de que eso ya está reparado. Obviamente nosotros vamos a visitar el tren. Yo ya le pedí a mi equipo que haga un recorrido. Se supone que la Profepa precisamente ya inspeccionó y vio que sí eran unos pilotes que tenían una cobertura de cemento que estaba contaminando, pero María Luisa Albores nos reportó que eso quedó saldado, así que vamos a ver.
P. ¿Qué mensaje busca mandar México en la COP de Cali?
R. Primero, este compromiso 30 30 30, que es muy importante. Segundo, que estamos muy interesados en apoyar las iniciativas de financiamiento por la biodiversidad. Yo creo que ese es un temazo. México está obteniendo apoyos muy importantes para proteger nuestra biodiversidad.
P. México es el quinto país más vulnerable al cambio climático, el segundo en cuestión de sufrir desastres naturales. ¿También se va a tratar de trasladar el mensaje, no solo de conservación, sino de adaptación al cambio climático?
R. Absolutamente. Yo creo que las soluciones basadas en la naturaleza son una forma muy importante de combatir el cambio climático. Por ejemplo, los manglares son los ecosistemas que más carbono absorben y por eso hay que priorizarlos. Y ver cómo recuperamos ecosistemas que nos ayuden a adaptarnos sobre todo a desastres naturales. Es muy importante que nos protejamos, ya sabemos que vamos a tener huracanes, no sabíamos con qué fuerza estaban llegando.
P. Ni con qué frecuencia.
R. Y eso sí es producto del cambio climático porque el calentamiento del océano potencia la fuerza de los huracanes, entonces yo creo que tenemos que buscar fórmulas de anticipación, nosotros estamos creando un mecanismo interno para anticiparnos a fenómenos meteorológicos, que también pueden ser positivos, como la captación de lluvia. La presidenta ha anunciado que va a haber una revisión importante de las concesiones de agua, entonces todas estas medidas también son de adaptación, porque nos van a ayudar a confrontar el estrés hídrico, por ejemplo. Eso lo trataremos en la conferencia de Bakú, en noviembre, que será sobre cambio climático. Ahí México tiene un gran compromiso con, por ejemplo, la energía renovable.
P. La presidenta dijo que había que pasar del 35% al 45% en energía renovable, ¿cómo se puede lograr esta meta cuando hay un modelo ahora mismo encabezado por Pemex?
R. Yo creo que Pemex se está moviendo más y más en tratar de buscar combustibles más limpios. Por ejemplo, en Tula se está construyendo una gran coquizadora que va a lograr producir combustible menos contaminante que el combustóleo. Entonces, por un lado está que el propio Pemex pueda ir transformando su generación de energía, y por otro lado, las energías renovables. La presidenta viene de esa área, es su especialidad, y creo que tiene un compromiso muy serio de que haya una sustitución. Sin llegar a la sustitución total de los combustibles fósiles, porque eso es un mito. Con la guerra de Ucrania y Rusia el mundo volvió a los combustibles fósiles. Entonces no podemos todavía proponer la sustitución plena porque siguen siendo la opción más barata, pero sí ir logrando la sustitución. O sea hay camino, y sobre todo lo que sí creo que podemos lograr es el carbono neutral: que este país tenga producción de energía fósil, pero, por otro lado, que lo compense con soluciones basadas en la naturaleza con energía renovable.
Fuente: El País
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