Renán Castro Madera/CAMBIO 22

Pese al nulo reconocimiento de las autoridades de los tres niveles de gobierno, la crisis del Fentanilo en México, es una realidad y amenaza con cerrar en este año, con la muerte de más 20 mil personas tanto en Estados del Norte del país como la ciudad de México, su área metropolitana y los estados de Yucatán y Quintana Roo, según se asienta en un informe confidencial de autoridades de seguridad federales.

Es tan grave el problema y tan poco combatido que tan sólo La Fiscalía General de la República (FGR) tiene registros de aseguramiento de más de 16 millones de dosis desde el 2019 a la fecha.

Sin embargo, el problema mayor es el número de muertes que está provocando en diversas parte del país y la ola de consumo se extiende sin parar a gran parte del territorio mexicano.

Sin embargo, las cifras oficiales contrastan con la realidad que padecen varios estados del país; de acuerdo con la información, las entidades con mayor demanda son Baja California con 141 casos; Sonora con 129; Sinaloa con 18 y Chihuahua con 14.26 hasta junio del año 2021.

Sin embargo, se ha confirmado que el consumo de este poderosa y mortífera droga sintética crece en su consumo principalmente en la zona metropolitana de la ciudad de México, además de los estados de Yucatán y Quintana Roo, pues en esta primera entidad  se han registrado cuando menos 10 “suicidios” provocados por el alto consumo de Fentanilo y de baja calidad.

 

En medio de una creciente crisis de tráfico y consumo de fentanilo, que azota desde hace más de tres años a México y Estados Unidos apenas en julio pasado se empezaron a discutir estrategias conjuntas para atacar esta problemática que es de salud pública para el país de norte, pero de seguridad nacional en nuestra patria.

Apenas en nuestra edición de ayer el diario CAMBIO 22, reveló que según denuncias del “correo del narco”, el Cártel de Caborca, pretende instalar o ya instaló laboratorios para la producción de ese opioide en Quintana Roo.

Cómo dato adicional y de confirmación sobre los planes de expansión del Cártel de Caborca en la entidad, se puede mencionar que a principios del año en curso, el Ejército Mexicano localizó y desmanteló un laboratorio clandestino perteneciente a la organización Caro Quintero, donde confeccionaban drogas sintéticas (Fentanilo) cerca del poblado de Andrés Quintana Roo, municipio de Felipe Carrillo Puerto.

El laboratorio era propiedad del Cártel de Caborca, en donde fabricaban pastillas de Fentanilo.

Al respecto y de acuerdo a la información oficial la SEDENA detalló que, en un operativo conjunto, la Comandancia de la Trigésimo Cuarta Zona Militar y el Séptimo Regimiento de Caballería Motorizado del Ejército Mexicano lograron la localización de un predio utilizado para la elaboración de drogas sintéticas, ubicado a 12 km del Poblado Andrés Quintana Roo, en el municipio de Felipe Carrillo Puerto, Quintana Roo.

Y este caso ha confirmado que el mercado de estás drogas sintéticas al menos se ha comprobado que las principales ciudades y poblados de Quintana Roo y Yucatán.

Sin embargo, las autoridades de esos estados y de los cuerpos de seguridad federal, niegan este peligroso avance del consumo de este opioide.

Las muertes relacionadas con antidepresivos también han aumentado de manera constante, impulsadas por el fentanilo, con 5,859 muertes registradas hasta el 2021, sin embargo estimaciones conservadoras de este fenómeno aseguran que hasta el año en curso es factible que la cifra se haya triplicado, aunque no lo reconozcan las autoridades competentes.

Y es que está droga sintética se ha convertido en un gran atractivo para las organizaciones criminales pues el kilo alcanza un valor en el “mercado negro” estimado en los 30,000 dólares.

El presidente Andrés Manuel López Obrador, en julio pasado se reunió con la asesora en Seguridad Nacional de los Estados Unidos, Elizabeth Sherwood-Randall, como parte de los trabajos conjuntos entre México y Estados Unidos para abordar la situación de los flujos migratorios que buscan llegar a EU, pero en especial, el combate al tráfico de fentanilo, un opioide sintético que es 50 veces más fuerte que la heroína y 100 veces más fuerte que la morfina.

“Tratamos el combate al tráfico de fentanilo y de armas, dijo entonces el mandatario mexicano, tras la reunión con la asesora de Seguridad Nacional de Estados Unidos.

Muertes y consumo

Según autoridades estadounidenses el consumo de esta potente droga ha generado una crisis de salud y seguridad, desencadenada por el tráfico y consumo de esta droga que ha dejado, por lo menos, 100,000 muertos en Estados Unidos desde 2019.

En el caso de México, estimaciones gubernamentales indican que entre 2020 y 2022, unas 45 personas reconocidas de manera oficial, han muerto por sobredosis de fentanilo, aunque dicha cifra en repetidas ocasiones expertos en el tema han señalado que ha sido manipulada para no afectar la imagen del gobierno en turno.

Y pese a ello investigadores en la materia presumen  que al cierre de este año se podría triplicar el número de fallecidos.

Datos de la Comisión Nacional de Salud Mental y Adicciones, arrojan que el consumo y demanda de esta droga se ha incrementado en 362.5% en el mismo periodo.

El uso del fentanilo en México se ha focalizado en ciudades fronterizas del norte como Mexicali y Tijuana, en Baja California; Ciudad Juárez, en Chihuahua, así como San Luis Río Colorado, en Sonora y en la ciudad de México y su zona metropolitana, así como los estados de Yucatán y Quintana Roo.

Decomisos

Pese a estas cifras, el consumo de fentanilo en México no se trata como una problemática de salud pública, sino como un asunto de seguridad bilateral, debido a que gran parte de la droga que llega a Estados Unidos proviene de nuestro país.

Según datos de la Fiscalía General de la República (FGR), del 1 de enero de 2019 al 30 de junio de 2022, han asegurado cerca de 1,694 kilogramos de fentanilo en nueve estados del país, así como 16 millones 307,692 unidades o pastillas de la misma droga.

Además de 51 litros, 4,431 ampolletas y 771 químicos precursores para la fabricación de esta droga, en casi tres años.

“La estrategia de combate al tráfico de fentanilo ha sido muy contingente. La evolución de esta estrategia, por llamarle así de alguna manera, de los últimos seis (u) ocho meses, quizás ha dado muchos giros y muchos vuelcos lo cual en realidad es indicador de que no hay mucha claridad en términos de política pública sobre qué hacer con el problema que está en evolución”, señaló Rodrigo Peña, director Ejecutivo del Seminario sobre Violencia y Paz del Colegio de México.

El experto advirtió que por parte de México hay una clase de negación sobre el consumo y fabricación en el territorio, pese a que existe evidencia de lo contrario.

Y añadió que “en términos de cooperación aquí hay una oportunidad de política diplomática en materia de tráfico de drogas muy interesante porque como en muy pocos momentos en la historia del tráfico internacional de drogas, Estados Unidos y México tienen intereses conjuntos porque la crisis de consumo que está teniendo EU y que es equivalente a la crisis de violencia que hay en México”.

 

Con Datos de El Economista/Archivos Diario CAMBIO 22

redaccionqroo@cambio22.mx

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