• Las autoridades mexicanas realizaron una incautación histórica de fentanilo en Sinaloa, sin embargo desconocen cifras del volumen que circula en el país.

 

  • Lo que no muestran los decomisos de fentanilo en México

 

Redacción/CAMBIO 22

Las autoridades mexicanas realizaron una incautación histórica de fentanilo en Sinaloa, sin embargo desconocen cifras del volumen que circula en el país, aunque cada día es más frecuente su uso y preparación en laboratorios clandestinos asentados a lo largo y ancho de México.
Un informe reciente de Insight Crime, da cuenta de ello y plasma lo difícil y peligroso de esta nueva modalidad en el tráfico de enervantes en territorio nacional, al no tener métodos homologados para conocer el grado de pureza de la droga o bien, la cantidad de sustancias químicas que utilizan para sus cortes y mayor distribución.

El anuncio del gobierno de México sobre la mayor incautación de fentanilo ilícito en la historia del país parece ignorar algunas de las complejidades detrás de la producción ilegal de este opioide sintético.

El 13 de julio, la Fiscalía General de la República (FGR) vinculó a proceso a 10 personas por la posesión de metanfetamina y fentanilo con fines de comercio en el estado noroccidental de Sinaloa. Esto ocurre días después de que ocurriera el mayor decomiso de fentanilo en la historia de México.

El 7 de julio, la Secretaría de Defensa Nacional (SEDENA) mexicana había dado a conocer el decomiso de más de media tonelada de fentanilo en polvo en una bodega en Culiacán, la capital de Sinaloa. En este estado se han destruido la mayor cantidad de laboratorios clandestinos en años recientes.

“Aquí lo relevante es que en este evento se aseguraron 542,7 kilogramos de fentanilo. Es el decomiso y aseguramiento más grande en la historia de esta droga letal”, afirmó Ricardo Mejía, Subsecretario de Seguridad Pública de México.

En el lugar se encontraron, además, 555 kilos de metanfetaminas, 31 kilos de cocaína, 19 kilos de goma de opio y casi 7 kilos de heroína. Junto a las drogas fueron hallados más de 70.000 kilogramos de precursores y casi 68.000 litros de sustancias químicas usadas para la síntesis de los estupefacientes.

La última gran incautación de esta sustancia había ocurrido en noviembre de 2021, cuando se decomisaron 118 kilos, también en Culiacán.

Análisis de InSight Crime

Los datos de decomisos de fentanilo deben analizarse con cuidado, ya que detrás de ellos hay una realidad compleja: las autoridades, los consumidores, los distribuidores e incluso los productores ilegales suelen desconocer la cantidad de fentanilo puro que hay en las sustancias decomisadas o comercializadas.

El fentanilo es un opioide de alta potencia y una cantidad de 2 miligramos ya puede resultar letal para la mayoría de los usuarios. Esto quiere decir que con solo 1 kilogramo de fentanilo puro se podrían producir alrededor de medio millón de dosis letales.

En ese sentido, lo más probable es que la media tonelada decomisada recientemente por las autoridades en Sinaloa no sea fentanilo puro, ya que esto representaría dosis descomunales.

El fentanilo producido o sintetizado de manera ilícita en México es comúnmente mezclado con otras sustancias para obtener mayor rendimiento en la producción. Azúcares como la lactosa, el manitol y el inositol son algunas de las sustancias que se utilizan para aumentar los volúmenes del fentanilo, según información del Programa de Perfilación de Fentanilo (FSPP, por sus iniciales en inglés) de la Administración para el Control de Drogas de Estados Unidos (DEA, por sus iniciales en inglés).

Sin embargo, en los hallazgos dentro de laboratorios clandestinos para el procesamiento del opioide también se han encontrado sustancias como el metamizol y el acetaminofén, usados, igualmente, para aumentar el volumen final del fentanilo producido.

Durante investigaciones de campo en México en 2022, InSight Crime ha encontrado que las agencias del gobierno tienen capacidad para detectar si una sustancia tiene fentanilo, pero no siempre pueden determinar la cantidad de este, lo cual depende de las herramientas a las que tenga acceso el laboratorio. Esto ha llevado a una falla sistémica en la recolección de datos oficiales, que implica que el gobierno desconozca la dimensión real del fenómeno.

Esto se ve reflejado en los datos oficiales de las fuerzas de seguridad. Por ejemplo, las unidades de medida para cuantificar los decomisos de fentanilo de la Fiscalía General de la República (FGR), Guardia Nacional, SEDENA y la Secretaría de Marina (SEMAR) no están unificadas, por lo que no es posible saber cuánto fentanilo ha sido asegurado por el gobierno.

Según datos obtenidos por InSight Crime, la SEDENA registra los decomisos de fentanilo en polvo y en piezas (pastillas o ampolletas). La Guardia Nacional registra número de pastillas, bolsas, envoltorios y paquetes, además del peso del fentanilo en forma sólida y líquida. Por su lado, la FGR y la SEMAR registran el peso (líquido o sólido) además del número de pastillas.

Pero como se mencionó, no es posible saber cuánto fentanilo puro está dentro de estas unidades de medida. No obstante, las autoridades no son las únicas que ignoran la composición real de las drogas. Según varios expertos en el tema consultados por InSight Crime en la Ciudad de México, debido a la falta de experiencia de algunos productores de drogas, estos no siempre saben cuánto fentanilo hay en las sustancias que ellos mismos producen.

“Aunque [los cocineros] consigan hacer el producto, no necesariamente tienen el conocimiento químico para saber las medidas correctas o para alcanzar la pureza, por lo que quedan varios contaminantes”, dijo a InSight Crime Silvia Cruz, doctora en farmacobiología e investigadora del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional de México.

Esto significa que el resto de actores de la cadena —traficantes, mayoristas, narcomenudistas y usuarios— tampoco tienen conocimiento sobre la cantidad de fentanilo que hay en las drogas.

 

Fuente InSight Crime

redaccionqroo@diariocambio22.mx

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