Alarmante Realidad en la Gran Selva Maya: Seis Áreas Naturales Protegidas Operan con Solo un Trabajador en Todo su Territorio
23 Nov. 2025
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Documentos oficiales revelan que zonas de más de 115 mil hectáreas en Chiapas, Tabasco y Campeche carecen de personal y programas de manejo, pese al proyecto trinacional anunciado por Sheinbaum
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Organizaciones ambientales alertan sobre recortes y retrasos que ponen en riesgo la conservación de 1.8 millones de hectáreas mexicanas dentro del corredor biocultural de la Gran Selva Maya.
Redacción/CAMBIO 22
La mitad de las Áreas Naturales Protegidas mexicanas que formarán parte de la Gran Selva Maya, un corredor biocultural entre México, Belice y Guatemala anunciado por la presidenta Claudia Sheinbaum el 15 de agosto de 2025, operan con apenas un trabajador cada una, de acuerdo con datos de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp) entregados a El Sol de México vía transparencia.
Se trata de seis Áreas Naturales Protegidas, las cuales son reserva de la biósfera Lacantún, el área de protección de flora y fauna Nahá, el área de protección de flora y fauna Chan-kin, y el monumento natural Yaxchilán, en Chiapas; el área de protección de flora y fauna Cañón del Usumacinta en Tabasco; y el área de protección de flora y fauna Balam Kin, en Campeche.
Todas estas zonas naturales bajo la administración y protección de la federación son regiones bioculturales que abarcan extensiones kilométricas de selva; la más pequeña, Yaxchilán en Chiapas tiene una extensión de dos mil 621 hectáreas, mientras que la de mayor extensión es Balam Kin, en Campeche, con más de 115 mil hectáreas.
Los datos entregados por la Dirección de Administración y Finanzas de la Conanp a este diario señalan que para este 2025, las seis áreas naturales protegidas mencionadas cuentan con un solo trabajador, pese a su extensión territorial.
Fue el 15 de agosto de 2025, cuando la presidenta Claudia Sheinbaum firmó el acuerdo de Calakmul junto a sus homólogos de Guatemala, Bernardo Arévalo; y de Belice, Johnny Briceño, con el cual se creó la Gran Selva Maya, un corredor biocultural de selva compartida entre los tres países que alcanza las 5.7 millones de hectáreas de extensión y en donde residen alrededor de dos millones de personas.
“México reafirma hoy su compromiso con la creación de una gran reserva trinacional: el Corredor Biocultural de la Gran Selva Maya, como símbolo y acción concreta de nuestra responsabilidad compartida con la biodiversidad y con los pueblos que la habitan (…) no sólo estamos protegiendo un ecosistema inestimable, sino también cuidando el legado de la civilización que una vez floreció en estos territorios”, destacó Sheinbaum aquel día.
De parte del territorio mexicano son 12 -de las 232- Áreas Naturales Protegidas las que forman parte del corredor biocultural, con un total de 1.8 millones de hectáreas de selva.
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Como parte de la Gran Selva Maya mexicana también se incluyen la reserva de la biósfera Balam Kú, y la reserva de la biósfera Calakmul, en Campeche; el monumento natural Bonampak, la reserva de biósfera Montes Azules, y el área de protección de flora y fauna Metzabok, en Chiapas; y la reserva de la biósfera Wanha’, en Tabasco.
Además, tres de las 12 zonas naturales, las de más reciente creación, Balam Kú, Balam Kin y Wanah’, la Conanp no cuenta con programa de manejo, es decir, el manual que describe las características de cada región biocultural protegida, así como las actividades que pueden realizar y las que no.
Las tres fueron decretadas como Área Natural Protegida en agosto de 2023 por decisión del expresidente Andrés Manuel López Obrador, y a la fecha suman un año y medio de retraso en la creación de dichos programas, los cuales según los decretos del Diario Oficial de la Federación, deberían haberse publicado en 180 días, unos seis meses.
De acuerdo con organizaciones ambientalistas como Noroeste Sociedad Civil para la Sustentabilidad Ambiental (NOSSA México) “la Conanp presenta en promedio un retraso de seis años* en la elaboración y publicación de dichos programas en el DOF”.

Actualmente, de 232 Áreas Naturales Protegidas que hay decretadas en México, sólo 140 tienen un programa de manejo, los cuales “constituyen instrumentos esenciales de política ambiental que establecen las metas, los objetivos y las actividades a desarrollar, en un tiempo determinado, para conservar la biodiversidad y atender las amenazas existentes en un área protegida”, señala NOSSA México.
La misma organización medioambiental advierte que uno de los factores por los que se frustra la elaboración de dichos programas, es la reducción paulatina del presupuesto que destina el Gobierno federal a las Áreas Naturales Protegidas durante la última década.
“Esta asfixia presupuestaria”, como la califica NOSSA México, ocurre pese a que las Áreas Naturales Protegidas generan recursos por cobro de derechos, los cuales, según la Ley Federal de Derechos, deberían ser reintegrados a la Conanp para la administración y conservación de dichas regiones.
Fuente: El Sol de Mexico
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AFC/GCH




















