Redacción/ CAMBIO 22

Es un destino único para disfrutar la belleza de la Sierra Tarahumara, al suroeste de Chihuahua. Me refiero a las Barrancas del Cobre, llamadas así por sus tonos cobrizos. Hacen parte de ellas 7 barrancas 4 veces más grande y 2 veces más profundas que el Gran Cañón de Colorado en Estados Unidos. En un folleto turístico se dice que esas barrancas “cuidan las tradiciones Rarámuri o Tarahumara, quienes después de siglos han conservado su estilo de vida pues esta región es su hogar”. El tren El Chepe, es el medio apropiado para visitarlas. Parte de Ciudad Juárez y concluye en Los Mochis, Sinaloa, con 3 estaciones en su ruta.

Para los pobladores de esa región la realidad es muy diferente a como la pinta la publicidad de los negocios que allí existen. Las comunidades, entre ellas la de Bacajípare, han denunciado desde 2002 la enorme contaminación del agua que padecen por la proliferación de hoteles de lujo. A ella se ha referido en muchas ocasiones la activista social y ambiental Marlene Ehrenberg. Entre otros establecimientos señalaban a los hoteles Mirador, Posada Barrancas, El Divisadero y el complejo turístico Parque Aventuras, con su teleférico y su tirolesa. También allí es posible acampar, escalar, realizar caminatas, rappel, bici de montaña, andar a caballo o en balsa por los ríos.

Los pobladores referían que la contaminación del agua ocasionaba múltiples enfermedades principalmente en los niños, el deterioro del medio ambiente y olores insoportables. Nuevamente, en 2014, el gobernador indígena de la citada comunidad presentó una denuncia popular ante la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente por la contaminación de los ojos de agua. Ésta turnó la denuncia a la Comisión Nacional del Agua. Nada pasó, mientras aumentaron las descargas de aguas negras. Grupos rarámuris han mostrado cómo los “desarrollos turísticos”, las arrojan directamente a las barrancas, contaminando los manantiales y arroyos de los que tradicionalmente se proveían del vital elemento para sus necesidades básicas.

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Los rarámuris no se oponen al turismo mientras no sea factor de depredación ambiental y social, como hoy. Sobre el tema, hace 5 años Ramón González Herrera, Julián Alberto Álvarez Hernández y Luis Daniel Azpeitia Herrera, de la licenciatura en turismo de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez, realizaron una investigación en la que exponen los problemas que deben resolverse en Barrancas del Cobre si las autoridades y los empresarios desean un turismo sustentable. Éste exige la integración y participación de las comunidades a dichas actividades; el respeto a sus costumbres y tradiciones; el cuidado del medio ambiente y un uso racional de los recursos naturales. El agua como el elemento clave. Algo que ahora no existe.

A fines del mes pasado representantes de las comunidades rarámuris de Huitosachi, Bacajípare y Bosques de San Elías Repechique, denunciaron por enésima vez el problema que los aqueja: incremento de enfermedades por desnutrición y la falta de agua potable. Los causantes: hoteles y empresas turísticas que contaminan los arroyos y secan los manantiales que son fundamentales para cubrir sus necesidades básicas y sus actividades económicas. A lo anterior se agregan los turistas que transitan por el bosque en cuatrimotos y vehículos tipo razers modificando y contaminando los cauces del agua.

Como señaló Jesús Estrada, corresponsal de nuestro diario en Chihuahua, ese tesoro único es un Parque Nacional, pero entregado por completo a los intereses de diversos promotores turísticos, marginando a los pobladores tradicionales, que solamente sirven como mano de obra barata. Sus quejas, ignoradas a nivel estatal y federal. Además, por la sequía y el calor, se perdieron las cosechas de alimentos básicos en la región.

A los problemas anteriores, en Chihuahua se sumó este sexenio el creciente deterioro de sus recursos naturales. Una entidad con un alto grado de deforestación, amparada por autoridades y el crimen organizado. También con una enorme concentración del agua en el agro, a favor de poderosos intereses económico-políticos, con el aval de las instancias oficiales. Terminar con estas y otras injusticias, tarea impostergable de la futura administración.

Fuente: La Jornada

redaccion@diariocambio22.mx

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