Adicciones en el Trabajo Frenan la Productividad en México y Cuestan Millones a las Empresas
28 Sep. 2025
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El consumo problemático de alcohol y drogas genera pérdidas por más del 2% del PIB y afecta directamente la competitividad del país
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Expertos llaman a las organizaciones a pasar de la sanción a la prevención y apoyo mediante Programas de Asistencia al Empleado
Redacción / CAMBIO 22
En México, hablar de adicciones en el entorno laboral sigue siendo un tema incómodo, pero los números no dejan lugar a dudas: es un desafío que está costando millones y que afecta directamente a la productividad de las empresas.
De acuerdo a datos oficiales de la Secretaría de Salud en 2024, los costos totales asociados al alcohol ascienden al 2.1% del PIB, es decir, 552,200 millones de pesos. De esa cifra, 368,100 millones corresponden a pérdidas de productividad y 184,100 millones a atención médica. Frente a estas cifras, la recaudación fiscal de la industria del alcohol —57,400 millones— luce mínima.

En este sentido, el panorama con otras drogas también es alarmante. En el año anterior, más de 172,000 personas solicitaron atención profesional por consumo problemático: casi la mitad por metanfetaminas, 21.8% por alcohol, 13.3% por marihuana y 7% por cocaína. Y si consideramos que solo una de cada siete personas busca ayuda, hablamos de más de un millón de casos activos, muchos de ellos en plena edad laboral.
Más allá del ausentismo y la baja productividad, el impacto se refleja en accidentes, problemas de salud, violencia e inseguridad, lo que subraya la urgencia de que las empresas dejen de mirar hacia otro lado.
Impacto directo en las organizaciones
El consumo problemático de alcohol y drogas se traduce en consecuencias claras para las organizaciones:
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Baja productividad, derivada de deterioro cognitivo y físico.
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Mayor riesgo de accidentes, dentro y fuera del entorno laboral.
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Ausentismo frecuente, por intoxicación, abstinencia, enfermedades asociadas o problemas legales.
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Rotación de personal, con el costo adicional de contratar y capacitar de nuevo.
El efecto no se limita al individuo que consume. Su entorno cercano —padres, hijos, parejas y compañeros de trabajo— también sufre las consecuencias, generando un círculo de afectación que mina la cultura organizacional.
Las principales instituciones de salud coinciden en que la adicción o trastorno por uso de sustancias es una enfermedad crónica del cerebro, caracterizada por el consumo compulsivo pese a las consecuencias negativas. No se trata de un defecto moral ni de falta de voluntad.
Lo más relevante: la prevención temprana y el tratamiento basado en evidencia funcionan. Quien logra rehabilitarse no solo recupera su vida personal, también puede reintegrarse de manera productiva al mundo laboral.

Tener un familiar o un compañero con adicción impacta en todos: disminuye la productividad, incrementa las ausencias y eleva el estrés dentro de los equipos. Incluso puede provocar ansiedad o depresión en quienes conviven con la problemática.
El papel de las empresas: de la sanción al apoyo
Históricamente, el primer acercamiento de las organizaciones fue sancionar o despedir al trabajador con problemas de consumo. Sin embargo, la experiencia ha demostrado que ese enfoque es limitado y costoso.
En Estados Unidos, desde mediados del siglo XX, grandes empresas comenzaron a colaborar con Alcohólicos Anónimos (fundado en 1935). Con el tiempo comprobaron que los colaboradores en recuperación no solo podían reintegrarse, sino que eran más productivos, comprometidos y con mayor potencial de crecimiento profesional.
De esa práctica nacieron en los años setenta los Programas de Asistencia al Empleado (PAE), que hoy abarcan temas de salud mental, bienestar, asesoría financiera y apoyo a la familia.
En México y Latinoamérica, Monte Fénix, bajo mi dirección, y con Dupont de México como primer cliente, creó el primer Programa de Asistencia al Empleado (PAE) de la región. A lo largo de los años, ha beneficiado a más de 7 millones de personas, consolidándose como una de las herramientas más efectivas para acompañar a las organizaciones en este desafío.
Las empresas que han logrado resultados consistentes frente al consumo problemático comparten ciertos patrones:
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Implementan política de cero tolerancia al consumo de alcohol y drogas en el trabajo.
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Exigen congruencia de los líderes, como ejemplo visible de la política.
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Establecen protocolos claros para detectar, referir y reintegrar a quienes reciben tratamiento.
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Capacitan a jefes y supervisores para identificar señales de alerta.
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Impulsan campañas de información para sensibilizar a todos los colaboradores.
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Cumplen con la NOM-035-STPS-2018, enfocada en riesgos psicosociales.
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Desarrollan programas de asistencia al empleado que promueven el bienestar integral.
Estos elementos no son aislados: forman parte de una cultura organizacional que reconoce que la salud del trabajador es también la salud de la empresa.
Un llamado a la acción
La adicción en el entorno laboral es un desafío silencioso, pero los costos económicos, humanos y sociales lo hacen imposible de ignorar.

Las organizaciones que apuestan por la prevención y la atención oportuna no solo protegen a su personal: también fortalecen su productividad, su reputación y su sostenibilidad a largo plazo.
En un mundo donde el capital humano es el principal motor de competitividad, apostar por programas de bienestar y apoyo frente a las adicciones no es un lujo: es una necesidad estratégica.
El problema existe y tiene rostro. La decisión que hoy deben tomar las empresas es si lo enfrentarán desde la indiferencia o desde la acción. Y la acción, siempre, paga dividendos.
(*) El autor es líder de opinión en adicciones a nivel nacional e internacional. Fue director de Monte Fénix y es fundador del Centro de Estudios Superiores Monte Fénix, Clínicas Claider y AMESAD. Es coautor del libro Adicciones, el creciente desafío y ha sido reconocido por su trayectoria con diversos premios, actualmente desarrolla la Fundación Espinosa-Larrea. Su visión ha marcado un antes y un después en el tratamiento de las adicciones en América Latina.
Fuente: Forbes
KXL/GCH





















