• La entonces funcionaria se quedó con gabanes de Hueyapan valuados en 50 mil pesos y hasta hoy la deuda sigue sin saldarse

 

Redacción / CAMBIO 22

Una funcionaria del entonces Gobierno de Graco Ramírez estafó a mujeres artesanas. Ese señor, que gobernó Morelos de 2012 a 2018, actualmente enfrenta un proceso penal por el presunto ejercicio indebido del cargo. La exfuncionaria en cuestión se quedó con gabanes tejidos en telar de cintura cuyo valor era de más de 50 mil pesos.

Parece que en ese gobierno les dio también por tejer, pero tejer engaños para aprovecharse del arte de los pueblos originarios, como lo han hecho grandes corporativos trasnacionales o como tu tío, el que regatea a las personas indígenas que venden sus creaciones.

Las artesanas están pidiendo ayuda para localizar a esta mujer que les hurtó una producción de gabanes finos, hechos con hilo de lana teñidos con tintes de elementos naturales como flores, hojas, insectos, plantas y otros más. Bueno, y esa mujer es Elvia América Reyes Ocampo.

Su denuncia se hizo viral gracias a Luz Valdez, promotora cultural y quien se ha dedicado a proyectar el trabajo de muchas personas de los pueblos originarios que realizan arte en la indumentaria y otros productos. Luz Valdez subió a sus redes sociales un video donde las propias artesanas explican lo que sucedió.

Resulta que América Reyes Ocampo era subdirectora de Atención a los Pueblos Indígenas, como les decía, en el Gobierno perredista de Graco Ramírez de 2012 a 2018. Reyes Ocampo les ofreció participar en una exposición para vender sus gabanes, pero ese día nadie les compró. Al terminar el evento ella les ofreció que podían dejarle los gabanes, con la promesa de que conforme se fueran vendiendo, les iría dando el dinero. Pero eso no pasó.

A quien defraudó es a un grupo de mujeres de Hueyapan, Morelos, entre ellas, mujeres de la tercera edad, quienes formaron el colectivo Cozamálotl, que en náhuatl significa arcoíris.

Ellas realizan gabanes en telar de cintura con hilos de lana. Pero es que además, ellas mismas fabrican esos hilos, lo que eleva el valor de trabajo que realizan porque, como ellas mismas lo explican, hay muy pocas personas que manejan esa técnica tradicional del hilado. Su labor, que lleva varios días, pocas veces se remunera de manera justa. O a veces ni se remunera, ¿verdad, América Reyes Ocampo?

@luzvaldezmx Ya paga @America Reyes Ocampo ♬ sonido original – Luz Valdez

De acuerdo con el video de denuncia, en otra ocasión volvieron a encontrarse a América Reyes en Cuernavaca, pero la entonces funcionaria practicó la más clásica de las artes políticas corruptas: la amnesia selectiva, o sea, se le olvidó que se había quedado con mercancía ajena.

Les pidió que no dijeran nada y les dio 500 pesos. ¡500 pesos! o sea que, por lo menos, le falta pagar 100 veces más esa cantidad que con tanta tacañería se desprendió.

Y, fíjense, América Reyes Ocampo fue denunciada en Morelos en el año 2024 por una empresa llamada Conjunto Vacacional Platanares. Pero estas mujeres artesanas no cuentan con los recursos de una empresa para iniciar un juicio. Ellas son parte de una economía de subsistencia, lo que las hace vulnerables a los abusos.

Este caso, lamentablemente, no es único. Pero sí refleja una serie de situaciones recurrentes: las personas que se dedican a realizar artesanías constantemente se enfrentan a la apropiación de sus diseños por parte de grandes grupos empresariales de la moda, que venden productos “inspirados” en las creaciones de los pueblos originarios.

Además, como bien lo exponen las artesanas del colectivo Cozamálotl, tienen que encarar el abuso de poder por parte de funcionarios públicos, quienes deberían promover y proteger a estas comunidades. Muchos gobiernos han sido cómplices de la explotación, al permitir, facilitar o ejercer prácticas corruptas.

Por otro lado, mucha gente le hace al regateo, o sea ofrece un menor precio por las artesanías. Ya saben, por el racismo y el clasismo. Curiosamente, esta habilidad negociadora desaparece por completo en los centros comerciales y tiendas departamentales, donde compran mercancías hechas en serie, nada originales y hasta vulgares comparadas con la exquisitez de las artesanías. Pero ahí sí pagan el precio que les imponen.

En el regateo, las artesanas reciben ofertas que no cubren ni remotamente el valor del trabajo y los materiales. Pero siempre hay gente así, que también teje, pero teje engaños y el arte que domina es el del despojo a las artesanas y los artesanos.

 

 

Fuente: Sin Embargo

redaccion@diariocambio22.mx

AFC/DSF

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