Abogada de Derechos Humanos Asesinada Había Denunciado Amenazas de un Alto Mando de la FGJ CDMX
20 Oct. 2024
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Oralia, una abogada penalista con años de experiencia en la FGJ CDMX, meses antes de su muerte, había señalado a un mando de la Fiscalía como responsable de amenazar su vida
Redacción / CAMBIO 22
El crimen que cobró la vida de Oralia N., una abogada penalista que fue brutalmente asesinada a plena luz del día en la intersección del Viaducto y la Avenida Cuauhtémoc y que podría parecer un asesinato más en la ciudad se torna en un caso de alta relevancia, dado que la víctima, meses antes, había denunciado a Alfredo N., un alto mando de la propia Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México (FGJ CDMX), quien, además de ser su pareja, había amenazado su vida en diversas ocasiones.
Un historial de amenazas y miedo
La vida de Oralia N., empezó a transformarse en una pesadilla cuando, en 2023, denunció a Alfredo N., Jefe de Grupo en la Fiscalía capitalina. En su denuncia, la abogada relataba el maltrato y las constantes amenazas que recibía de parte de su pareja, quien, además, había llegado a amenazarla con un arma de fuego en un altercado personal.
El temor de Oralia no solo residía en el maltrato físico y verbal, sino en las implicaciones de su relación con un hombre poderoso, ligado a la justicia y con acceso a recursos que podrían poner en riesgo su vida. En la denuncia que presentó en noviembre de 2023 ante el Centro de Justicia para la Mujer, Oralia mencionó estar embarazada de Alfredo, lo que aumentaba su preocupación.
La situación, escaló al punto de que la abogada se sentía constantemente vigilada y amenazada. Incluso llegó a manifestar su temor de que, debido a las conexiones de su pareja dentro de la Fiscalía, sus denuncias pudieran ser ignoradas o, peor aún, convertirse en su sentencia de muerte.
Oralia fue emboscada en el Viaducto, cerca del cruce con la Avenida Cuauhtémoc. Dos hombres en una motocicleta se acercaron al vehículo de la abogada, y sin mediar palabra, le dispararon a quemarropa. Las detonaciones se escucharon en un radio de varias cuadras, causando pánico entre los transeúntes y conductores que circulaban por la concurrida vialidad.
Servicios de emergencia acudieron al lugar y trasladaron a la víctima a un hospital cercano. A pesar de los esfuerzos médicos, Oralia N. falleció debido a la gravedad de las heridas. La noticia de su asesinato rápidamente se esparció, y no tardaron en surgir cuestionamientos sobre las denuncias que la abogada había presentado en vida y el posible involucramiento de figuras de la FGJ CDMX en su muerte.
Investigaciones en curso y la implicación de Alfredo N.
La Policía de Investigación de la Fiscalía capitalina asumió el caso. Las autoridades no han confirmado aún la participación directa de Alfredo N., pese al historial de amenazas y la previa denuncia de la abogada. Las autoridades han anunciado que se están analizando todas las líneas de investigación, pero el hecho de que Oralia hubiera acusado previamente a Alfredo N. hace que su figura esté bajo un intenso escrutinio.
Lo que complica aún más el panorama es la relación de Alfredo N. con otros hechos violentos ocurridos en meses anteriores. De acuerdo con las investigaciones, el yerno del mando de la Fiscalía fue acusado de participar en el asesinato de un exreo apodado “El Chaparro”, quien había tenido conflictos previos con la familia del comandante.
Además, el hermano de Alfredo, Luis N., fue detenido como parte de las investigaciones de ese homicidio. Estos antecedentes de violencia familiar han llevado a que los reflectores se posen aún más sobre el mando policiaco y su posible implicación en la muerte de Oralia.
El eco de un sistema fallido
El asesinato de Oralia no es un caso aislado en una ciudad donde laviolencia contra las mujeres y los defensores de derechos humanos ha alcanzado niveles alarmantes. De acuerdo con cifras oficiales, en lo que va del año, más de 50 mujeres han sido asesinadas en circunstancias similares a las de la abogada penalista. Muchas de ellas habían presentado denuncias previas contra sus agresores, pero las autoridades, en varios casos, no brindaron la protección adecuada.
Fuente: Julio Astillero
GPC/DSF