• CAFÉ DE ALTURA

 

Javier Chávez Ataxca/ CAMBIO 22

Ayer cumplió seis meses la mayor torpeza de nuestros diputados locales en tiempos recientes: el inicio de los trabajos para 𝐜𝐨𝐧𝐬𝐭𝐫𝐮𝐢𝐫 𝐮𝐧𝐚 𝐢𝐧𝐧𝐞𝐜𝐞𝐬𝐚𝐫𝐢𝐚 𝐜𝐚𝐟𝐞𝐭𝐞𝐫í𝐚 𝐞𝐧 𝐥𝐚 𝐩𝐥𝐚𝐳𝐨𝐥𝐞𝐭𝐚 𝐝𝐞𝐥 𝐂𝐨𝐧𝐠𝐫𝐞𝐬𝐨 𝐝𝐞 𝐏𝐮𝐧𝐭𝐚 𝐄𝐬𝐭𝐫𝐞𝐥𝐥𝐚, 𝐞𝐧 𝐩𝐥𝐞𝐧𝐨 𝐁𝐨𝐮𝐥𝐞𝐯𝐚𝐫𝐝 𝐁𝐚𝐡í𝐚. Como estorbo que puede arrojarse al rincón de los tiliches de la abuela, arrancaron el asta bandera y la estatua de Don Andrés Quintana Roo.

𝐋𝐚 𝐚𝐠𝐫𝐞𝐬𝐢ó𝐧 𝐬𝐨𝐫𝐩𝐫𝐞𝐧𝐝𝐞 𝐦á𝐬 𝐩𝐨𝐫𝐪𝐮𝐞 𝐧𝐮𝐞𝐬𝐭𝐫𝐨𝐬 𝐫𝐞𝐩𝐫𝐞𝐬𝐞𝐧𝐭𝐚𝐧𝐭𝐞𝐬 𝐩𝐨𝐩𝐮𝐥𝐚𝐫𝐞𝐬 𝐭𝐫𝐚𝐛𝐚𝐣𝐚𝐧 𝐜𝐨𝐧 𝐥𝐞𝐲𝐞𝐬 𝐲 𝐬𝐚𝐛𝐫á𝐧 𝐝𝐞 𝐨í𝐝𝐚𝐬 𝐥𝐚 𝐭𝐫𝐚𝐬𝐜𝐞𝐧𝐝𝐞𝐧𝐜𝐢𝐚 𝐝𝐞𝐥 𝐩𝐞𝐫𝐬𝐨𝐧𝐚𝐣𝐞 𝐲𝐮𝐜𝐚𝐭𝐞𝐜𝐨. Pero el insulto fue un daño colateral para el impulsor del proyecto: el cancunense Humberto Aldana Navarro, quien como diputado de Morena presidía la Junta de Gobierno y Coordinación Política del Congreso en la anterior Legislatura.

Chetumaleños de buena madera reaccionaron y pasaron a la acción, 𝐩𝐫𝐨𝐦𝐨𝐯𝐢𝐞𝐧𝐝𝐨 𝐚𝐦𝐩𝐚𝐫𝐨𝐬 𝐪𝐮𝐞 𝐩𝐚𝐫𝐚𝐥𝐢𝐳𝐚𝐫𝐨𝐧 𝐥𝐚 𝐨𝐛𝐫𝐚 𝐞𝐧 𝐞𝐥 𝐢𝐧𝐭𝐞𝐫𝐢𝐧𝐚𝐭𝐨 𝐝𝐞 𝐥𝐚 𝐝𝐢𝐩𝐮𝐭𝐚𝐝𝐚 𝐦𝐨𝐫𝐞𝐧𝐢𝐬𝐭𝐚 𝐉𝐢𝐬𝐬𝐞𝐥 𝐂𝐚𝐬𝐭𝐫𝐨 𝐌𝐚𝐫𝐜𝐢𝐚𝐥, porque Humberto Aldana zarpó a la Cámara de Diputados.

Mientras el asunto se resuelve, Don Andrés Quintana Roo sigue pagando los platos rotos en una bodega del Congreso, como “la pobre muñeca fea” de Cri Cri.

Morena le heredó a Morena la estatua caliente, porque el nuevo mando de la Jugocopo es el cancunense Jorge Sanén Cervantes, presidente del Consejo estatal del partido en el poder. Así que 𝐚𝐡𝐨𝐫𝐚 𝐧𝐨 𝐩𝐮𝐞𝐝𝐞𝐧 𝐞𝐜𝐡𝐚𝐫𝐥𝐞 𝐥𝐚 𝐜𝐮𝐥𝐩𝐚 𝐚 𝐅𝐞𝐥𝐢𝐩𝐞 𝐂𝐚𝐥𝐝𝐞𝐫ó𝐧 𝐨 𝐚𝐥 𝐧𝐞𝐨𝐥𝐢𝐛𝐞𝐫𝐚𝐥𝐢𝐬𝐦𝐨 𝐜𝐨𝐦𝐨 𝐚𝐜𝐨𝐬𝐭𝐮𝐦𝐛𝐫𝐚𝐧, 𝐩𝐨𝐫𝐪𝐮𝐞 𝐞𝐥𝐥𝐨𝐬 𝐫𝐞𝐠𝐚𝐫𝐨𝐧 𝐞𝐥 𝐭𝐞𝐩𝐚𝐜𝐡𝐞.

Los diputados de Morena se equivocaron y deben admitirlo con humildad –algo que no están dispuestos a hacer–, pero es necesario que todos nuestros políticos aprendan la lección para que no cometan otra torpeza de esa magnitud.

𝐏𝐚𝐫𝐚 𝐟𝐨𝐫𝐭𝐮𝐧𝐚 𝐝𝐞𝐥 𝐕𝐢𝐜𝐞𝐚𝐥𝐦𝐢𝐫𝐚𝐧𝐭𝐞 𝐩𝐨𝐫𝐟𝐢𝐫𝐢𝐬𝐭𝐚 𝐎𝐭𝐡ó𝐧 𝐏. 𝐁𝐥𝐚𝐧𝐜𝐨 –𝐟𝐮𝐧𝐝𝐚𝐝𝐨𝐫 𝐝𝐞 𝐂𝐡𝐞𝐭𝐮𝐦𝐚𝐥–, 𝐬𝐮 𝐦𝐨𝐧𝐮𝐦𝐞𝐧𝐭𝐨 𝐟𝐮𝐧𝐞𝐫𝐚𝐫𝐢𝐨 𝐧𝐨 𝐬𝐞 𝐞𝐧𝐜𝐮𝐞𝐧𝐭𝐫𝐚 𝐞𝐧 𝐥𝐚 𝐩𝐥𝐚𝐳𝐨𝐥𝐞𝐭𝐚 𝐝𝐞𝐥 𝐂𝐨𝐧𝐠𝐫𝐞𝐬𝐨, porque habría seguido el caminito de Don Andrés Quintana Roo.

 

 

 

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HTR/MA

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