¿A Dónde Va Mario Delgado con Con México?
19 Abr. 2025
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ConMéxico ganó la batalla, a pesar de que la OMS había pedido, en comunicaciones internas (hoy públicas), a Salud y COFEPRIS no establecer ese etiquetado, porque tenía criterios que podrían representar un riesgo para la salud. Y fue con esta organización, ConMéxico, con la que se sentó el Secretario de Educación, invitándoles a participar en el programa escolar
Alejandro Calvillo/CAMBIO 22
A unas semanas de entrar en vigor la obligación para las escuelas de sacar los alimentos y bebidas que contengan sellos o leyendas de advertencias, el Secretario de Educación, Mario Delgado, se congratuló públicamente de haberse reunido con los miembros de ConMéxico.
Tanto expertos internacionales como académicos y organizaciones sociales hemos señalado y documentado que ConMéxico ha sido uno de los principales actores en la estrategia de las grandes corporaciones de ultraprocesados para bloquear las políticas de salud pública dirigidas a enfrentar la epidemia de sobrepeso, obesidad y diabetes que vive nuestro país.
La oposición de ConMéxico a estas políticas ha sido señalada durante años. No entendemos por qué el Secretario de Educación les abre las puertas a estas corporaciones que hay que mantener muy lejos de las escuelas. En 2011, en el informe sobre México del entonces Relator Especial de Naciones Unidas sobre el Derecho a la Alimentación, Olivier De Schutter, señaló a ConMéxico como el actor corporativo que estaba bloqueando las políticas públicas para enfrentar estas epidemias.
Un año antes, en 2010, públicamente ConMéxico se opuso al primer intento de lineamientos para alimentos y bebidas en las escuelas. El proyecto de lineamientos se envió a consulta pública a la Comisión Federal de Mejora Regulatoria. La respuesta de las empresas agrupadas en ConMéxico (Coca-Cola, PepsiCo, Nestlé, Kellogg’s, Unilever, Bimbo, etc.) fue que se afectaba la libertad de comercio y que eran anticonstitucionales. Cuatro años antes, la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición ya había llamado la atención mundial por el crecimiento del sobrepeso y la obesidad en la población infantil en México. Años más tarde, se estimaría que uno de cada dos niñas y niños nacidos en México a partir del 2010 desarrollaría diabetes a lo largo de su vida.
Como se revelaría años después, niñas y niños han consumido, en promedio, 500 kilocalorías al día al interior de las escuelas. Esto puede ser una tercera parte de su requerimiento diario de calorías, suficiente para aumentar varios kilos cada ciclo escolar. La OMS, desde el 2000, ya había advertido que existía una epidemia de sobrepeso y obesidad a escala global, y que esta era uno de los principales desafíos del siglo XXI. La OMS señaló que los gobiernos tenían la responsabilidad y obligación de actuar, y que una de las medidas necesarias era garantizar alimentos saludables en las escuelas.
ConMéxico promovió la creación de la Alianza Latinoamericana de Asociaciones de Alimentos y Bebidas (ALIAB). Desde ahí, en 2016, se lanzaron contra las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud, señalando que: “Manifestamos nuestra preocupación por la ligereza técnica y científica que muestran propuestas regulatorias que establecen parámetros nutricionales”.
Manejada y liderada por ConMéxico, el ataque de la ALIAB se centró en las recomendaciones de ingesta diaria de azúcar. Se comentaba entre empresas latinoamericanas que ConMéxico controlaba a la ALIAB, y en México se sabía que Coca-Cola FEMSA controlaba a ConMéxico. En pocas palabras, ConMéxico definía la postura de toda la industria de alimentos y bebidas de América Latina contra las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud. Y fue con esta organización, ConMéxico, con la que se sentó el Secretario de Educación, invitándoles a participar en el programa escolar.
Por otro lado, ConMéxico había promovido en México el etiquetado de alimentos y bebidas que ya había comenzado a usar Coca-Cola en 2011, que establecía un criterio de azúcar de casi el doble del recomendado por la OMS; es decir, una amenaza a la salud. A pesar de las críticas internacionales y nacionales, las empresas de ConMéxico comenzaron a utilizar este etiquetado. Con el contubernio de la COFEPRIS —de Mikel Arriola y Patricio Caso— y de la Secretaría de Salud —de Mercedes Juan y Pablo Kuri—, ese etiquetado, el GDA, fue establecido como obligatorio y operó de 2014 a 2020.
ConMéxico ganó la batalla, a pesar de que la OMS había pedido, en comunicaciones internas (hoy públicas), a Salud y COFEPRIS no establecer ese etiquetado, porque tenía criterios que podrían representar un riesgo para la salud. Y fue con esta organización, ConMéxico, con la que se sentó el Secretario de Educación, invitándoles a participar en el programa escolar.
Dos de las compañías de ConMéxico durante años, Coca-Cola y PepsiCo, han sido claves para bloquear, desviar y cooptar la regulación en las escuelas. En 2007, antes de los primeros lineamientos, Josefina Vázquez Mota, al frente de la Secretaría de Educación Pública, firmó un acuerdo con PepsiCo para que esta empresa entrara a las escuelas con un programa especial, “Vive Saludable”, con la finalidad de que la refresquera enseñara a las niñas y niños estilos de vida saludable.
A unas semanas de diferencia, Vázquez Mota firmó otro acuerdo, con Coca-Cola, para que esta otra empresa refresquera entrara a las escuelas con su programa “Movimiento Bienestar” y promoviera la actividad física, además de poder poner sus colores y logos por donde fuera.
Hasta que Vázquez Mota fue sustituida por Alonso Lujambio, hubo un cambio y la intención del nuevo Secretario de impulsar los primeros lineamientos. La historia de esos lineamientos de 2010, a pesar de las buenas intenciones de Lujambio, terminó en fracaso. La intervención de la Secretaría de Economía, a través de la Comisión Federal de Mejora Regulatoria, modificó según el gusto de las empresas los lineamientos para que no se prohibieran los productos chatarra, sino que solamente se disminuyera su tamaño. Así aparecieron las versiones mini-chatarra.
En 2013, como parte de la Estrategia Nacional contra el Sobrepeso, la Obesidad y la Diabetes lanzada por el Presidente Peña Nieto, se presentaron unos nuevos lineamientos para la venta de alimentos en las escuelas y se anunció que entraría en vigor un nuevo etiquetado de alimentos y bebidas. El simbolismo de que el anuncio de la Estrategia lo realizara el Presidente Peña Nieto en el Instituto Nacional de Nutrición, teniendo en la mesa de honor, a su lado, al director regional de Coca-Cola, permitió explicar, posteriormente, por qué los lineamientos fueron, en la práctica, una farsa, ya que diluían la responsabilidad de su aplicación. Es decir, al no haber responsables de su aplicación, sabían bien que no se aplicarían. Un gran favor a las empresas.
Y sobre el etiquetado, se implementaría el etiquetado que Coca-Cola había establecido en México y que representaba un riesgo para la salud. Digamos que una Coca-Cola de 600 mililitros informaba que contenía el 60 por ciento del requerimiento diario de azúcar. Doce cucharadas cafeteras aparecían, así como un requerimiento diario de azúcar. Con el criterio de la OMS, debería haber informado el 120 por ciento del máximo tolerable para un adulto en todo un día. Ligera diferencia que permitía a Coca-Cola continuar con su negocio, un negocio que ha sido uno de los mayores daños a la salud en nuestro país.
El Secretario de Educación actual, Mario Delgado, se ha reunido con ConMéxico y ha celebrado esta reunión con una organización empresarial que ha estado al frente de la estrategia de las grandes corporaciones para bloquear las políticas de salud pública a través del cabildeo, de funcionarios aliados, de agencias de relaciones públicas con grandes recursos dirigidos a los medios de comunicación, amenazando con retirar publicidad a quienes identifican como opositores.
El Secretario escribió: “Se comprometieron a donar básculas, elaborar materiales para promover la activación física y compartir información derivada de investigaciones científicas sobre alimentación y salud en los planteles escolares”.
Días antes de esta reunión del Secretario de Educación con ConMéxico, circuló lo que al parecer era un documento interno de la SEP donde se planteaba una reforma a los lineamientos que acababan de entrar en vigor, una reforma que planteaba, entre otras cosas, diluir la responsabilidad de la aplicación y vigilancia de los lineamientos en las escuelas. La SEP salió a desmentir ese documento. La dimensión del problema de salud alimentaria en México es brutal: no hay sistema de salud que pueda enfrentar el hecho de que 1 de cada 6 adultos padezca diabetes en nuestro país y que 1 de cada 2 niñas y niños vaya a desarrollar esta enfermedad a lo largo de su vida.
Sabemos claramente que la familia influye en los hábitos alimentarios, que se vende chatarra afuera de las escuelas, etcétera, etcétera. Pero estos argumentos son los que sirven únicamente para no hacer nada. Y para no empezar por ninguna parte. La escuela es el único ámbito donde el Estado puede establecer una regulación para que niñas y niños no adquieran estos productos en su interior; es el único ámbito donde puede realizar una verdadera alfabetización alimentaria. No hay otro ámbito para ello. Por eso es importante dar este paso, a pesar de toda la oposición de las corporaciones y las narrativas engañosas que impulsan en los medios.
Solamente dejo esta reflexión: si usted conoce una escuela, pública o privada, que ha venido cuidando la alimentación de sus alumnos, sabrá muy bien que esas prácticas inculcadas al interior del plantel educativo han influido en muchas familias. Ahí está el gran secreto: las escuelas pueden ser semillas de una recuperación de la alimentación saludable en nuestro país.
Preguntemos: ¿de qué lado estará la SEP? ¿Les abrirá las puertas a quienes son responsables de esta epidemia?
Termino esta colaboración citando, por milésima vez…
“Los mosquitos no tienen grupos líderes y de cabildeo. Pero la industria que contribuye a aumento de las Enfermedades Crónicas No Transmisibles sí los tienen. Cuando las políticas de salud pública interfieren en los intereses económicos creados, nos enfrentaremos con una gran oposición, una oposición muy bien orquestada y una oposición muy bien financiada”.
Fuente: SinEmbargo
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HTR/DSF