Sistema de Transporte Va y Ven, Severamente Cuestionado en Yucatán, Ahora Pretenden Implementarlo en Quintana Roo
1 May. 2025
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El director de la Agencia de Transporte reveló que el sistema cubre solo el 41% de sus costos y proyecta un déficit de 1,860 millones de pesos en 2025
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Auditoría revela pagos injustificados, tarjetas inservibles y un IE-Tram que solo ha generado 19 millones frente a gastos superiores a los 160 millones
Renán Castro Hernández/ CAMBIO 22
El sistema de transporte público Va y Ven, promovido como una solución moderna para la movilidad urbana en Yucatán, atraviesa actualmente un momento crítico, aunque fue presentado como un modelo innovador de inclusión, eficiencia y sustentabilidad, hoy enfrenta señalamientos por déficit millonario, pagos injustificados, compras a sobreprecio y una estructura operativa insostenible.
La propia Agencia de Transporte de Yucatán ha reconocido que el sistema fue concebido bajo decisiones “caprichosas e improvisadas” que están costando caro al erario.
Pese a las advertencias y el evidente fracaso financiero del modelo en Yucatán, en Quintana Roo ya se han realizado pruebas con unidades similares, dejando entrever que se pretende importar un sistema que opera con números rojos, sobrecostos y deficiencias estructurales. Lejos de corregir lo que no funciona, la apuesta podría repetirse si no se hace un análisis real de impacto, o si se impone bajo las mismas condiciones, el “Va y Ven” no solo podría convertirse en un negocio disfrazado de modernización, sino en una nueva carga multimillonaria que terminarán pagando los ciudadanos, mientras unos pocos aseguran contratos y rentas garantizadas desde el poder.
El sistema de transporte público “Va y Ven” en Yucatán ha sido presentado como un proyecto de modernización desde su inicio en 2021. A lo largo de su implementación se incorporaron unidades nuevas —convencionales, híbridas y eléctricas— y se programó reemplazar 918 autobuses para agosto de 2024.
Entre los avances anunciados se encuentran la llegada de más de 600 unidades nuevas, la ampliación del servicio a municipios como Tekax, Valladolid y Tizimín, la extensión del horario nocturno a siete días a la semana y la capacitación de casi mil operadores.

Entre las mejoras destacadas están las nuevas unidades accesibles, con aire acondicionado, cargadores USB y sistemas de seguridad.
También se incorporaron autobuses 100% eléctricos y articulados, como parte de una apuesta por reducir emisiones, el proyecto prometía renovar la experiencia del usuario, mejorar frecuencias y aumentar la cobertura en la zona metropolitana de Mérida.
Sin embargo, las críticas no han tardado en emerger, el actual director de la Agencia de Transporte de Yucatán, Jacinto Sosa Novelo, reveló que el sistema genera un déficit operativo grave, por cada peso que ingresa, solo se cubre el 41% de los costos, el déficit anual asciende a más de 1,800 millones de pesos.

Además, se han detectado pagos injustificados por kilómetros no recorridos por los autobuses, equivalentes a más de 22 millones de pesos al año.
Uno de los puntos más cuestionados es el subsistema IE-Tram, considerado insostenible, ha generado apenas 19 millones de pesos desde su arranque, mientras que sus costos superan los 160 millones. A ello se suman compras de tecnología a sobreprecio, tarjetas de prepago inservibles por más de 30 millones de pesos y una infraestructura “caprichosa” que no responde a las necesidades reales de movilidad.
El propio director ha denunciado que el sistema anterior priorizó rentas garantizadas para grupos empresariales por encima de las necesidades ciudadanas, de no corregirse, el modelo actual requerirá más de 11,000 millones de pesos de subsidios en los próximos seis años.
Desde la oposición, algunos diputados denuncian que el gobierno podría usar esta situación como justificación para aumentar el pasaje.
El sistema actualmente moviliza a más de 480 mil personas diariamente, pero con un alto costo fiscal, y aunque muchos usuarios valoran la comodidad y accesibilidad de las nuevas unidades, la sostenibilidad del sistema y la transparencia en su operación siguen siendo motivo de preocupación.
¿Y Quintana Roo?
En Cancún, donde aún no se ha implementado formalmente el modelo “Va y Ven”, se realizó una prueba piloto en marzo de 2025 con un autobús híbrido verde de la marca Yutong, similar al modelo yucateco, la prueba se llevó a cabo en la Ruta 2, entre la Avenida Kabah y la Zona Hotelera.
La unidad, de alta gama, piso bajo, con accesibilidad universal y motor 80% eléctrico, fue evaluada por su eficiencia y rentabilidad, el precio estimado de cada autobús supera los 8 millones de dólares, lo que obligó a los concesionarios a solicitar un aumento tarifario de 12 a 14 pesos para poder adquirir más unidades.
Sin embargo, el Ayuntamiento de Benito Juárez negó la propuesta de aumento, y como resultado, la empresa concesionaria anunció que no compraría las unidades probadas.
En este contexto, algunos medios locales señalaron que la empresa ADO podría ser la interesada en operar el sistema si se opta por adoptarlo en Quintana Roo, lo que alimentó especulaciones sobre favoritismo y beneficios empresariales.
Cronología en Quintana Roo:
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5-20 marzo 2025: Prueba de un autobús Yutong híbrido en la Ruta 2 de Cancún (A. Kabah – Zona Hotelera)
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Ruta y bus: Unidad de 10 m, 70 pasajeros, 80% eléctrica, evaluada en ~8 MDD
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Tarifas: El municipio de Benito Juárez rehusó elevar la tarifa de $12 a $14. Sin ese ajuste, el concesionario Autocar desistió de comprar los autobuses probados.
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Beneficiarios potenciales: Fuentes de prensa indican que la firma ADO (Grupo México) sería la principal interesada en esas unidades
¿Transporte o Capricho?
Este contraste entre Yucatán y Quintana Roo refleja los dilemas profundos de la inversión pública en transporte, por un lado, la ciudadanía demanda un servicio moderno, seguro y eficiente; por otro, los altos costos y la falta de planeación ponen en riesgo su viabilidad.

Los beneficios son evidentes, mejores unidades, servicio más accesible y menor impacto ambiental, pero también lo son los riesgos: sobrecostos, subsidios sin control, posibles conflictos de interés y decisiones técnicas tomadas bajo criterios políticos o empresariales.
Las declaraciones del actual director de transporte en Yucatán confirman que el proyecto se ejecutó con prisas y sin planeación técnica rigurosa, priorizando compromisos económicos antes que la lógica de movilidad social.
En Quintana Roo, el intento de implementar algo similar ya enfrenta resistencias por el impacto tarifario y el debate sobre quién se beneficiará realmente.
En resumen, el éxito de un sistema como “Va y Ven” no se mide sólo por cuántos autobuses circulan o qué tan bonitos se ven, sino por su capacidad de servir al pueblo sin hipotecar las finanzas públicas ni convertirse en negocio de unos cuantos.
Varios sistemas de transporte público implementados en diferentes estados de México han enfrentado desafíos financieros y operativos similares a los observados en el sistema “Va y Ven” de Yucatán.
A continuación, se presentan algunos ejemplos destacados:

Ecovía (Monterrey, Nuevo León)
Inaugurada en 2014, la Ecovía fue concebida como una alternativa económica al metro, utilizando autobuses de tránsito rápido (BRT) en carriles exclusivos. Desde su inicio, enfrentó críticas debido a retrasos en la construcción, falta de integración con otras rutas y una flota insuficiente. En 2023, el gobierno estatal asumió el control del sistema debido al abandono por parte de los concesionarios y las constantes quejas de los usuarios, se implementaron planes de remodelación y renovación de unidades para mejorar el servicio.
Tuzobús (Pachuca, Hidalgo)
Lanzado en 2015, el Tuzobús generó controversia desde su implementación. El sistema eliminó 29 rutas existentes, lo que provocó protestas por parte de los usuarios. Las principales quejas incluían tiempos de traslado más largos y tarifas elevadas en una ciudad con ingresos bajos. El gobierno estatal tuvo que realizar ajustes, como la reducción de tarifas y la reintroducción de algunas rutas convencionales, para atender las demandas de la población.
Conejobús (Tuxtla Gutiérrez, Chiapas)
Implementado en 2010, el Conejobús fue un sistema de transporte que utilizaba biodiésel como combustible. Desde su inicio, enfrentó problemas como la dificultad para obtener tarjetas de prepago, sincronización deficiente de los autobuses y congestión en los carriles compartidos con vehículos particulares. Estos desafíos operativos llevaron a su clausura en noviembre de 2020, siendo reemplazado por un plan emergente que utilizó colectivos para cubrir las rutas.
Bowí (Chihuahua, Chihuahua)
Conocido anteriormente como ViveBús, este sistema de transporte enfrentó múltiples controversias desde su construcción. Los problemas incluyeron desinformación sobre el sistema de pago, huelgas de choferes, irregularidades en las rutas alimentadoras y accidentes viales. En 2014, el gobierno estatal tomó el control de la ruta troncal debido a malos manejos administrativos. Posteriormente, en 2016, se oficializó el fracaso del sistema y se regresó al modelo tradicional de transporte.
BravoBús (Ciudad Juárez, Chihuahua)
El proyecto BravoBús, iniciado en 1995, enfrentó múltiples retrasos y problemas administrativos, aunque se construyeron estaciones y se adquirieron autobuses, el sistema no entró en operación hasta 2013. Durante la pandemia, el servicio fue abandonado debido a malos manejos en el fideicomiso que lo administraba y la baja afluencia de usuarios.
En 2023, el gobierno estatal asumió la operación del sistema, con planes de reactivación para 2024.
En definitiva, el caso Va y Ven muestra que la inversión pública en movilidad solo es benéfica si se acompaña de planeación técnica rigurosa, rendición de cuentas y equidad tarifaria. De lo contrario, el riesgo es que los puentes entre gobierno, empresarios y concesionarios terminen pesando más que las necesidades de los usuarios.
Como concluyó el director Sosa, es urgente rediseñar el sistema con base en “eficiencia, justicia social y responsabilidad fiscal”, de modo que la inversión contribuya al bienestar ciudadano en lugar de servir a intereses de élites políticas o económicas.
La movilidad digna es un derecho, pero debe construirse con visión, transparencia y justicia social…
Con información del Sistema de Noticias CAMBIO 22 y Fuentes de Información oficial y reportajes recientes sobre el Va y Ven en Yucatán y Quintana Roo
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