La Ocurrencia de la Prohibición de Comida Chátara en Escuelas: el Gobierno federal Meteria Reversa

• Café de Altura

Javier Chávez Ataxca / CAMBIO 22

La “comida chatarra” ha sido prohibida en las escuelas por el gobierno federal, con ocurrencias de escritorio que meten en un plan de choque a millones de estudiantes que a menudo consumen estos productos en la calle y en sus hogares, como casi toda su familia. Pero ahora la Secretaría de Educación quiere recular, dejando chimuela su tajante prohibición.

Pretenden alterar hábitos de consumo de niños y jóvenes para hacerlos consumir de golpe jícama, zanahoria o atún. No va por ahí, porque madres y padres de familia batallan para que sus hijos acepten consumir una sopa de lentejas.

La solución está en la cancha de los padres, quienes tienen que utilizar productos de calidad para dar una alimentación saludable a sus hijos. Y aquí entra en juego su poder adquisitivo, porque no se les puede exigir que les envíen para el almuerzo pan de masa madre con salmón de Alaska.

Yoda prohibición está condenada al desastre, y más cuando hay a pasto comida chatarra en todas las tiendas, desde Oxxos hasta Chedrahui.

Hay que atacar en esas tiendas donde es misión imposible encontrar botanas con el mínimo de sellos de advertencia y bebidas saludables.

Ahora la Secretaria de Educación Pública dirigida por Mario delgado va por una prohibición de a mentiritas, doblegada por su choque con la realidad.

Hay que evitar extremos que son dañinos en extremo, como los Pingüinos Marinela elaborados con porquería y media. Hay que preferir los productos de panaderías locales donde no deben abusar de los endulzantes.

Los padres deben enviar a sus hijos con tentempiés saludables, como un pan no industrializado con buen jamón, una pasta o una pieza de pollo con jugo natural, buen yogurt o agua.

Lamentablemente muchos padres no saben lo que es un alimento de calidad, pero en muchos casos esto se debe a la anemia de su bolsillo.

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