Aunque el PRI ya no Tiene Signos Vitales, Cora Amalia Quiere Resucitar al Gigante

• CAFÉ DE ALTURA

Javier Chávez Ataxca / CAMBIO 22

La exalcaldesa chetumaleña Cora Amalia Castilla Madrid tomó la rienda del PRI estatal con el ímpetu creativo que la distingue, 𝐝𝐞𝐜𝐢𝐝𝐢𝐝𝐚 𝐚 𝐥𝐞𝐯𝐚𝐧𝐭𝐚𝐫 𝐚 𝐮𝐧 𝐠𝐢𝐠𝐚𝐧𝐭𝐞 𝐬𝐢𝐧 𝐬𝐢𝐠𝐧𝐨𝐬 𝐯𝐢𝐭𝐚𝐥𝐞𝐬 𝐲 𝐜𝐨𝐧𝐝𝐞𝐧𝐚𝐝𝐨 𝐚 𝐥𝐚 𝐬𝐞𝐩𝐮𝐥𝐭𝐮𝐫𝐚. 𝐒𝐮 𝐦𝐢𝐬𝐢ó𝐧 𝐭𝐢𝐞𝐧𝐞 𝐝𝐢𝐦𝐞𝐧𝐬𝐢𝐨𝐧𝐞𝐬 𝐝𝐞 𝐦𝐢𝐥𝐚𝐠𝐫𝐨 𝐛í𝐛𝐥𝐢𝐜𝐨, porque muchos vociferan que la aplanadora de tantas décadas está condenada a perder el registro.

𝐂𝐨𝐫𝐚 𝐀𝐦𝐚𝐥𝐢𝐚 𝐡𝐚 𝐭𝐞𝐧𝐢𝐝𝐨 𝐞𝐧𝐜𝐨𝐦𝐢𝐞𝐧𝐝𝐚𝐬 𝐦𝐮𝐲 𝐜𝐨𝐦𝐩𝐥𝐢𝐜𝐚𝐝𝐚𝐬, 𝐩𝐞𝐫𝐨 𝐥𝐚 𝐚𝐜𝐭𝐮𝐚𝐥 𝐥𝐨 𝐞𝐬 𝐦𝐮𝐜𝐡𝐨 𝐦á𝐬 𝐩𝐨𝐫𝐪𝐮𝐞 𝐞𝐥 𝐏𝐑𝐈 𝐞𝐬𝐭𝐚𝐭𝐚𝐥 𝐞𝐬 𝐮𝐧 𝐞𝐣é𝐫𝐜𝐢𝐭𝐨 𝐜𝐨𝐧 𝐞𝐬𝐜𝐚𝐬𝐚 𝐭𝐫𝐨𝐩𝐚 𝐲 𝐦𝐨𝐫𝐚𝐥 𝐩𝐨𝐫 𝐥𝐨𝐬 𝐬𝐮𝐞𝐥𝐨𝐬, vacías las arcas del tesoro y con mínimo nivel de aceptación porque las masas han sido monopolizadas por Morena con su lluvia de “ayuda social”.

𝐍𝐮𝐞𝐯𝐞 𝐝𝐞 𝐜𝐚𝐝𝐚 𝐝𝐢𝐞𝐳 𝐩𝐫𝐢𝐢𝐬𝐭𝐚𝐬 𝐬𝐨𝐛𝐫𝐞𝐬𝐚𝐥𝐢𝐞𝐧𝐭𝐞𝐬 𝐬𝐞 𝐡𝐚𝐧 𝐢𝐝𝐨, 𝐩𝐚𝐫𝐚 𝐫𝐞𝐟𝐮𝐠𝐢𝐚𝐫𝐬𝐞 𝐩𝐫𝐢𝐧𝐜𝐢𝐩𝐚𝐥𝐦𝐞𝐧𝐭𝐞 𝐞𝐧 𝐌𝐨𝐫𝐞𝐧𝐚. Aquí en Chetumal sobresale María Hadad Castillo, derrotada fácilmente en el combate por la alcaldía capitalina de 2018.

También se marchó Arlet Mólgora Glover, primera candidata del PRI derrotada en la capital dos años antes. Fue vencida por Luis Torres Llanes, un priista genuino que aceptó ser candidato de la coalición PAN-PRD, encadenando su destino al del candidato mayor Carlos Joaquín, quien acorralado por el gobernador cozumeleño Roberto Borge tuvo que salir del PRI.

La corta duración de mi café impide darles 30 nombres de expriistas sobresalientes, como 𝐥𝐚 𝐞𝐱𝐚𝐥𝐜𝐚𝐥𝐝𝐞𝐬𝐚 𝐜𝐚𝐫𝐫𝐢𝐥𝐥𝐨𝐩𝐨𝐫𝐭𝐞𝐧𝐬𝐞 𝐏𝐚𝐨𝐥𝐲 𝐏𝐞𝐫𝐞𝐫𝐚 𝐌𝐚𝐥𝐝𝐨𝐧𝐚𝐝𝐨 𝐪𝐮𝐞 𝐬𝐨𝐥𝐨 𝐬𝐮𝐩𝐨 𝐝𝐞 𝐝𝐞𝐫𝐫𝐨𝐭𝐚𝐬 𝐜𝐮𝐚𝐧𝐝𝐨 𝐢𝐧𝐭𝐞𝐧𝐭ó 𝐫𝐞𝐭𝐨𝐫𝐧𝐚𝐫 𝐚 𝐏𝐚𝐥𝐚𝐜𝐢𝐨. 𝐇𝐨𝐲 𝐥𝐮𝐜𝐞 𝐦𝐮𝐲 𝐜ó𝐦𝐨𝐝𝐚 𝐲 𝐬𝐞𝐠𝐮𝐫𝐚 𝐞𝐧 𝐌𝐨𝐫𝐞𝐧𝐚, 𝐩𝐞𝐫𝐨 𝐜𝐨𝐧 𝐛𝐚𝐣𝐨 𝐩𝐞𝐫𝐟𝐢𝐥.

La fuga del escuadrón debilita un ejército y en estas condiciones Cora Amalia tiene que impulsar su plan de trabajo. Parece misión imposible, pero solo ella puede con la tarea que habría desanimado a Hércules y a la Mujer Maravilla.

En la imagen vemos a 𝐂𝐨𝐫𝐚 𝐀𝐦𝐚𝐥𝐢𝐚 𝐜𝐨𝐧 𝐞𝐥 𝐞𝐱𝐠𝐨𝐛𝐞𝐫𝐧𝐚𝐝𝐨𝐫 𝐩𝐫𝐢𝐢𝐬𝐭𝐚 𝐜𝐨𝐳𝐮𝐦𝐞𝐥𝐞ñ𝐨 𝐌𝐢𝐠𝐮𝐞𝐥 𝐁𝐨𝐫𝐠𝐞 𝐌𝐚𝐫𝐭í𝐧, padre de la Universidad de Quintana Roo.

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