• Un descubrimiento reciente revela que lo que parecía un refugio fortificado era en realidad una ciudad extensa con más de mil edificios, ubicada en el sur de México

 

Redacción / CAMBIO 22

Poco antes de la colonización iniciada por España, la cultura zapoteca estaba en declive. Esta civilización mesoamericana, habitante el sur México, perdió su esplendor, acuciada primero por la presión de los mixtecos y luego por los mexicas (aztecas).

Ante esta amenaza, adoptaron una estrategia clara: establecer cuarteles fortificados para sus soldados entre los valles centrales y la costa del Pacífico. Guiengola (o “piedra grande”) fue uno de estos enclaves estratégicos.

Durante décadas, quienes visitaron el lugar admiraron sus murallas, casas, canchas de juego de pelota, tumbas y un gran palacio con estanques artificiales y terrazas. Sin embargo, lo que nadie sabía era que había algo más escondido.

El investigador Pedro Guillermo Ramón, de la Universidad McGill, en Quebec, Canadá, descubrió que la estructura era en realidad una extensa ciudad, que abarcaba 360 hectáreas y albergaba más de mil 100 edificios.

 

 

 

Fuente: Al Mayadeen

redaccion@diariocambio22.mx

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