La Columna de El Diario/CAMBIO22

La Cuarta Transformación pensó rápido y extraditó hasta ilegalmente a 29 líderes criminales para disuadir a Donald Trump de no ejecutar los amenazantes aranceles contra México por no llenar sus expectativas en el combate al fentanilo. Fue la noticia de la semana.

Sorprendió la inclusión de uno entre los 29 cuyo radio principal de operación es esta frontera. No aparecía en los radares mediáticos delictivos, pero su nombre en las actuales circunstancias obliga a un análisis de su historial inmediato, del entorno al grupo al que pertenece y el impacto que sufre la ciudad y buena parte del estado por sus actividades contrarias a la ley.

No hablamos de Vicente Carrillo Fuentes aunque siga considerado en la percepción de muchos como miembro jefatural del Cártel de Juárez y por ende candidateable a la extradición. Fue a parar a Nueva York. Con todo y perfil casi de invisible fue llevado a una prisión estadunidense.

Otros, incluidos altos jefes de corporaciones policiacas, lo consideraban desvinculado del grueso del grupo fundado por su finado hermano, Amado. A ver qué líneas de tiempo señalan las audiencias judiciales norteamericanas. Quizá el manejo cupular no permanecía completamente a cargo de “El Viceroy” y sí probablemente de sus hermanas y/o hermanos, o algunos más de su amplia parentela y en todo caso a nivel de alto sigilo pues no queda duda que la operación en calle permanece depositada en el Nuevo Cártel de Juárez (NCDJ) y su sinónimo La Línea, que no ha limitado sus actividades a esta ciudad

El jefe o los jefes de La Línea lograron superar el asedio al que fueron sometidos por el Cártel de Sinaloa entre el 2007-2011, retuvieron Juárez tras una sangrienta pelea que destrozó a la ciudad y ampliaron sus zonas de influencia hacia Ojinaga, al noroeste, buena parte de Chihuahua capital, algunas áreas del occidente del estado, Delicias, Camargo y Jiménez. Han replegado a las facciones del Cártel de Sinaloa hasta los límites con dicha entidad.

Justo en ese periplo de victoria y consolidación trabajó de la mano de La Línea, sin integrarse de lleno a esa agrupación porque traían su propia estructura, códigos e intereses, el grupo delictivo Aztecas, la pandilla con origen en cárceles de Estados Unidos, de cuyos “pencos negros”, jefes, salían las indicaciones en vocablos indígenas mexicanos hacia sus múltiples facciones en Juárez responsables del tráfico de personas, de drogas, fayuca, asesinatos, etc., Fue el mayor grupo delictivo en la ciudad antes que Artistas Asesinos y Mexicles.

A los Aztecas perteneció “El Tío”, Luis Gerardo Méndez Estevané, el extraditado sorpresa al que nos referimos justo al inicio de esta entrega dominical de La Columna. Era desconocido que estuviera sujeto a proceso legal como reclamado por los Estados Unidos, pero su solo historial delictivo, a sus 50 años de edad, explicaría que ni sus abogados hayan sido avisados de la decisión.

Solo fue clasificado en la lista de los 29 como extraditado por delincuencia organizada, pero en las hemerotecas aparece su nombre como involucrado en la masacre de enero del 2010 en Villas de Salvárcar; y meses más tarde, en marzo del mismo año, en el asesinato de empleados del consulado de los Estados Unidos en Ciudad Juárez.

En aquel tiempo todavía formaba parte directiva “El Tío” de “los carnales”, los Aztecas, con Eduardo Ravaelo Rodríguez, “El Tablas”; y Juan Arturo Padilla Hernández, “El Genio” a la cabeza; ambos detenidos en julio del 2018 en Michoacán mientras operaban para ellos mismos y para el Cártel de Juárez.

Ambos fueron trasladados al Cefereso 9 de esta frontera; después Ravelo llevado a un penal de máxima seguridad del interior del país, “El Genio” pidió no ser dejado en el penal estatal de Juárez por temor a ser asesinado.

Aún llevado al Cereso 1, de Aquiles Serdán, fue ejecutado apenas semanas después de haber sido ingresado, en 2018. Fue inventado un motín en uno de los módulos de “La Empresa” para privarlo de la vida.

Méndez Estevané debió ser actor principal en esos movimientos, desde principios del 2017 dejó por completo a los Aztecas y creó “La Empresa” con una gran cantidad de ellos y con un joven formado en Aztecas, pero más familiarizado con las actividades de La Línea, “El 300”, René Gerardo Santana Garza, hoy si acaso cercano a los 40 años de edad. Fue detenido un par de veces y las dos veces librada la prisión.

A pesar de su historial en México, “El Tío” estuvo muy poco tiempo en prisión. Fue arrestado en 2020 por delincuencia organizada en Cuernavaca, pero en Chihuahua no tenía ninguna carpeta de investigación abierta, ni por la masacre de Villas de Salvárcar ni por la muerte de los empleados consulares.

Entre 2017 y 2018, “El 300” y “El Tío”, junto con otros exAztecas y nuevos integrantes formalizaron la creación de “La Empresa”, crearon una estructura y códigos muy parecidos a su origen “azteca” y decidieron no únicamente borrar todo rastro orgánico de sus orígenes sino acabar con ellos porque nunca hubo acuerdo de “jurar” bandera al 100 por ciento con La Línea y el Nuevo Cártel de Juárez.

Han sido asesinados una gran cantidad Aztecas de la “vieja escuela”, entre ellos quien estuvo listo para recibir el “huarache”, “trono”, o mando por parte de “El Tablas”, un azteca cincuentón nacido en 1970 apodado “El Tecolote” o “El Tecuán”, Juan Carlos González. Durante la semana mencionamos su caso al abordar la extradición de Ravelo. Fue ejecutado con armas largas y cortas en marzo del 2018, en el estacionamiento de Río Grande Mall.

Entre el 2022 y el 2023 hubo otras dos ejecuciones de alto impacto relacionadas con los Aztecas. El asesinato de la abogada Sully Ponce, exfiscal de Feminicidios, privada de la vida tras sacar a un supuesto jefe Azteca del Cereso que habría sido el objetivo de los sicarios; y un año más tarde, en Plaza Sendero, Marco Bustos Rodríguez, hermano de “El Tín”, el que logró escapar durante el asesinato de Sully.

Los analistas de inteligencia policial consideran que hasta “El Tablas” y “El Tecolote” habría quedado la historia de los Aztecas a manos de quienes formaron parte de los mismos “El 300” y “El Tío”, pues “La Empresa” ha ido asumiendo rápidamente todas las actividades delictivas desarrolladas por sus antecesores, de ahí que siga de manera “normal” el tráfico de migrantes, el narcomenudeo, el sicariato, el robo de vehículos y otros muchos delitos. La estratégica alianza de “los empresarios” con la Línea los ha catapultado por todo los puntos del estado, con cargo en gran medida a los casi desaparecidos Aztecas.

 

 

 

Fuente: El Diario MX

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LRE/MA

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