Descubren Un Submarino Alemán y un Buque Señuelo Británico Hundidos Desde la Primera Guerra Mundial
22 Feb. 2025
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Tras más de un siglo de incertidumbre, un equipo de investigadores ha encontrado los restos del submarino alemán UC-18 y el buque británico Lady Olive, resolviendo un enigma histórico del Canal de la Mancha
Redacción / CAMBIO 22
Un descubrimiento que resuelve un misterio centenario
Un equipo de expertos liderado por el cineasta Karl Taylor ha logrado resolver un enigma que llevaba más de cien años sin respuesta: la ubicación de los restos del submarino alemán UC-18 y del buque señuelo británico Lady Olive. Ambos se hundieron en una batalla secreta el 19 de febrero de 1917 en el Canal de la Mancha, y hasta ahora, su paradero era desconocido.
Tras cuatro años de investigaciones y buceo en aguas profundas, los restos han sido localizados, confirmando que ambos barcos se destruyeron mutuamente en un enfrentamiento poco documentado. El hallazgo ha sido clave para entender el papel de los buques Q, una estrategia secreta utilizada por la Royal Navy para combatir a los submarinos alemanes.

El combate entre el Lady Olive y el UC-18
El UC-18, un submarino de la clase UC II que había hundido 33 barcos en los meses previos, avistó lo que parecía ser un mercante británico indefenso en las aguas del Canal de la Mancha. Se trataba del Lady Olive, un buque carbonero de 61 metros de largo. Sin sospechar la trampa, el submarino disparó un torpedo que dañó gravemente el barco.
Pero lo que los alemanes no sabían era que el Lady Olive no era un simple mercante, sino un buque Q: un señuelo armado con cañones ocultos. Cuando el UC-18 emergió para asegurarse de que el barco estaba destruido, la tripulación británica reveló su arsenal y abrió fuego, impactando directamente en la torre de mando del submarino y hundiéndolo con sus 28 tripulantes.
Sin embargo, la victoria británica tuvo un alto costo. El Lady Olive también resultó dañado y terminó hundiéndose. Su tripulación logró evacuar en botes salvavidas y fue rescatada tras pasar 36 horas a la deriva.

Los buques Q: la respuesta británica a la guerra submarina
El hundimiento del UC-18 es un ejemplo del papel crucial que desempeñaron los buques Q durante la Primera Guerra Mundial. Ante la creciente amenaza de los submarinos alemanes, que en 1915 hundían más de 100.000 toneladas de barcos británicos al mes, la Royal Navy recurrió a tácticas de engaño para combatirlos.
Los buques Q parecían mercantes comunes, pero en realidad estaban armados con cañones camuflados. Cuando un submarino atacaba y se acercaba confiado, el barco revelaba su verdadera naturaleza y abría fuego. Este método era arriesgado, pero logró hundir varios submarinos enemigos y obligó a los alemanes a cambiar sus tácticas.
El Lady Olive era uno de estos buques trampa y estaba mejor armado que otros, con cinco cañones de diferentes calibres. Sin embargo, este armamento extra también pudo haber contribuido a su propio hundimiento al aumentar su peso y reducir su flotabilidad.

La búsqueda de los restos: un desafío técnico
Durante décadas, la ubicación de los naufragios fue un misterio. Aunque los sobrevivientes británicos afirmaban haber hundido el UC-18, sin pruebas físicas, algunos historiadores dudaban de esta versión.
El equipo de Karl Taylor utilizó registros históricos, simulaciones y buceo profundo para rastrear los restos. Los informes originales situaban la batalla cerca del archipiélago francés de Sept-Îles, pero los barcos fueron encontrados 64 kilómetros más al oeste.
Las exploraciones submarinas confirmaron que el UC-18 tenía daños compatibles con el ataque del Lady Olive, incluyendo impactos directos en su torre de mando. A pocos metros, los investigadores hallaron un barco volcado con dos calderas y restos que coincidían con el Lady Olive, aunque sus cañones siguen enterrados en el fondo marino.
El legado de los buques señuelo
Si bien los buques Q lograron hundir solo 11 submarinos alemanes, su impacto en la guerra naval fue significativo. Obligar a los alemanes a cambiar sus tácticas provocó que empezaran a hundir barcos mercantes sin previo aviso, lo que a su vez llevó a la entrada de Estados Unidos en la Primera Guerra Mundial.
El hallazgo del UC-18 y el Lady Olive no solo confirma un episodio olvidado de la guerra, sino que también destaca la importancia de preservar la historia submarina. Las autoridades francesas han declarado el submarino una tumba de guerra protegida, mientras que los restos del Lady Olive siguen bajo investigación.
Como señala el buzo Richard Keen, el fondo del mar aún guarda muchas historias ocultas, esperando a ser descubiertas.
Fuente: Gizmodo
GPC/AGF




















