Agencia Encargada de Trenes Recibirá Histórico y Cuantioso Presupuesto

• La Agencia Reguladora del Transporte Ferroviario a cargo de Andrés Lajous, se alista para administrar durante este 2025, un presupuesto de 92 mil 076.5 millones de pesos; el órgano desconcentrado gozará de mayores atribuciones

Redacción/ CAMBIO 22

Súper agencia. Con la prioridad que busca dar la presidenta Claudia Sheinbaum al desarrollo de trenes de pasajeros en su sexenio, la Agencia Reguladora de Transporte Ferroviario (ARTF) se alista para administrar durante el 2025 un presupuesto histórico: 92,076.5 millones de pesos, el 62% del total que se asignó a la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes (SICT).

El órgano desconcentrado, a cargo de Andrés Lajous, gozará de mayores atribuciones como parte del nuevo reglamento interino de la Secretaría, publicado el pasado 13 de enero.

Dicho documento menciona que los recursos humanos, financieros y materiales con los que actualmente cuenta la Dirección General de Desarrollo Ferroviario y Multimodal (DGDFM), a cargo de Adriana Cardona, pasarán a formar parte de la ARTF.

El presupuesto asignado originalmente a la Dirección, principalmente para provisiones para el desarrollo de trenes de pasajeros y de carga, fue de 92,028.2 millones de pesos que tenían el objetivo de iniciar la construcción de los nuevos trenes en las rutas del AIFA-Pachuca, México-Querétaro, Querétaro-Irapuato y Saltillo-Nuevo Laredo.

Por su parte la Agencia contaba con apenas 48.3 millones de pesos, 8% menos que el año previo, para cumplir las tareas de: regular, promover, vigilar y verificar la construcción, operación, explotación, conservación, mantenimiento de la infraestructura ferroviaria y la prestación del servicio público de transporte ferroviario y de sus servicios auxiliares, entre otras.

“Una vez realizada la transferencia en mención, la Agencia Reguladora del Transporte Ferroviario será responsable del ejercicio y rendición de cuentas respecto del ejercicio de dichos recursos, así como de informar a las instancias competentes sobre su aplicación”, detalló la SICT en un acuerdo delegatorio de facultades de próxima publicación en el Diario Oficial de la Federación (DOF).

Consultado al respecto, un funcionario de la SICT vinculado con el tema ferroviario, que pidió no mencionar su nombre, consideró que se trata de una clara señal de que la agencia fungirá como la autoridad principal, lo que cual resulta positivo, porque el sexenio pasado se involucraron diversas dependencias (Fonatur, Defensa o Marina) sin tener un antecedente de trabajo y ahora se busca una adecuada coordinación, como lo ha pedido la Presidenta de México.

Trabajo conjunto

Al iniciar el actual sexenio, el titular de la SICT, Jesús Esteva, dijo en varias ocasiones que Andrés Lajous, titular de la ARTF, era el encargado directo de atender el desarrollo de los nuevos trenes de pasajeros, con lo que se perfilaba una mayor coordinación (en el sexenio anterior hubo distancia entre las partes).

El objetivo común es: desarrollar infraestructura ferroviaria nacional para potenciar el transporte de pasajeros y carga mediante la integración de una red con enfoque intermodal que proporcione un servicio económico, seguro, sostenible y eficiente, que contribuya a la integración territorial y al desarrollo regional y económico del país.

En consecuencia, la agencia (como máxima autoridad) es la encargada, entre otras cosas, de planear el desarrollo estratégico en materia ferroviaria y tramitar las peticiones relativas al otorgamiento de concesiones y asignaciones para la construcción, operación y explotación de vías generales de comunicación ferroviaria y para la prestación del servicio público de transporte ferroviario, así como su prórroga, modificación, nulidad, cesión, terminación y revocación, en términos de las disposiciones jurídicas aplicables.

También tendrá a su cargo las licitaciones correspondientes, la coordinación con los tres niveles de gobierno y la autorización de los planes de negocios que presenten las personas concesionarias o asignatarias”.

Fuente: El Economista

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