Distancia Entre MORENA y PVEM en Quintana Roo
13 Ene. 2025
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Necesariamente Incómoda
Graciela Machuca Martínez/ CAMBIO22
Mientras el estado de Quintana Roo enfrenta una grave crisis de inseguridad por la presencia de grupos de la delincuencia organizada y del fuero común, así como diversas manifestaciones sociales por los estragos de las obras del llamando Tren Maya y del Aeropuerto Internacional construido en tierras del municipio de Felipe Carrillo Puerto, la clase política que ha ganado las últimas elecciones en la entidad ya se disputa la próxima candidatura al gobierno del estado, sin esperar a darle resultados al pueblo que le paga sus salarios.
Los gobiernos federal, estatal y municipales ejercen los recursos públicos de acuerdo a lo presupuestado y hacen lo que “pueden” con el dinero que hay, el refrán popular dice que nadie está obligado a lo imposible, lo cual sabían quienes ahora ejercen el poder, pero a pesar de ello se comprometieron con la ciudadanía a cambiar las cosas, a no robar e invertir los recursos públicos para cambiar el nivel de vida de la sociedad quintanarroense, sin embargo, esas promesas solo terminaron en lo que son, promesas de campaña y de personas que viven de la política, caracterizadas por la demagogia.
Las cifras de la incidencia delictiva no descienden rumbo a su eliminación del escenario estatal, a pesar, que desde los escritorios se han modificado las metodologías para que los números no reflejen la realidad territorial donde solo se puede ver violencia, muerte, desolación, luto e impotencia ciudadana ante la negligencia gubernamental.
La herencia del gobierno de Andrés Manuel López Obrador para Quintana Roo y los demás estados de la ruta de lo que bautizó como Tren Maya, es una devastación ecológica irreversible por los efectos que está teniendo haber intervenido el terreno con deforestación, concreto y acero, las primeras víctimas son los animales silvestres de la región, a los cuales les cambiaron su hábitat y ahora están muriendo por deshidratación o por estrés al no poder utilizar sus corredores naturales, porque la selva fue atravesada por una vía férrea a la cual no le pusieron los pasos necesarios de acuerdo a la norma internacional.
En Quintana Roo, la mayoría de municipios viven una grave rezago en materia de los planes de desarrollo urbano, y los autorizados fueron hechos sobre las rodillas con la finalidad de beneficiar a las empresas inmobiliarias que se tienen que poner a las órdenes de las autoridades municipales de donde se encuentran los predios en los que deciden construir.
Las normas de desarrollo urbano, las de protección del medio ambiente, las de movilidad, sanidad, entre muchas más no están siendo tomadas en cuenta como parte de las acciones para allegarse de dinero que va a las arcas públicas, como a los bolsillos de los políticos que siguen gobernando como los de antes, como lo hicieron los priistas, esos mismos que ahora viven del éxito de la 4T.
En materia de salud la crisis es aún más obvia, a pesar de que los gobiernos estatal y federal están invirtiendo recursos para solucionar parte de las demandas, pero esas acciones apenas están en la construcción de dos hospitales, uno en Felipe Carrillo Puerto y otro en Chetumal, pero eso no implica que la crisis de salud pública en la entidad se haya resuelto, porque esos hospitales siguen en construcción y el resto de los establecimientos de salud se encuentran en el abandono, sin equipo, sin medicamentos, sin material de curación y sin los recursos necesarios para mantener quirófanos y salas de terapia intensiva para atender las necesidades básicas de la población.
Familiares de los pacientes tienen que comprar hasta gasas y algodón, llevar sueros, tanques de oxígeno, medicamentos, ventiladores, porque el sector salud no se los proporciona, simplemente porque no tiene dinero para hacerlo, porque los recursos públicos que eran para salud se encuentran enterrados en las columnas de concreto y acero que están contaminando las aguas y destruyendo el suelo de la selva por donde pasan las vías del Tren Maya.
La realidad de la población residente en Quintana Roo, sobre todo la originaria de la Zona Maya, no tiene nada que ver con el discurso de la clase política que se le vende a los turistas nacionales e internacionales, así como a los electores a través de las redes sociales. Quintana Roo clama justicia y exige a quienes encabezan los tres niveles de gobierno, seriedad, gobernar no es un show, porque se requiere empatía para solucionar las demandas de los diversos sectores de la población, las cuales nada tienen que ver con los proyectos políticos y económicos de la clase política quintanarroense.
En este escenario, las cúpulas de MORENA decidieron dar los primeros pasos para asegurar su triunfo en los comicios de 2027, cuando, entre otros cargos de elección popular, se elija a la persona que gobernará la entidad a partir de ese año.
Los resultados del gobierno de la 4T (MORENA, PT y PVEM) no se han consolidado, a pesar que ya concluyeron dos años de la administración, aún no se puede hablar de resultados que hayan cambiado la vida del pueblo de Quintana Roo, pero desde los altos niveles de dirección decidieron tomar la batuta para que los acuerdos solo se tomen desde el centro y se consulten en algún lugar de Chiapas.
Quintana Roo no quiere vivir en tiempos electorales toda la vida, lo que quiere es que quienes ganen los comicios gobiernen conforme a la ley a las demandas de la ciudadanía, por ello ha sido de poco interés ciudadano que al interior de la 4T ya hayan salido a relucir las diferencias por quien debe tomar las decisiones que marcarán la vida del pueblo de Quintana Roo.
A la dirigencia nacional de MORENA y a quienes fundaron el movimiento en Quintana Roo al lado de López Obrador, requiere dejar claro que al PVEM ya se le pagó su cuota por participar en coalición en la elección presidencial del 2018 y por avalar las iniciativas presidenciales en el Congreso de la Unión; consideran que en el 2027 le corresponde gobernar a MORENA, porque al fin de cuentas, los votos son suyos y del expresidente de México.
Ya se decidió que desde el centro MORENA no quiere nada con el senador de la república Eugenio Segura, porque no representa los principios ni la ideología del movimiento, sino a los intereses del dueño del PVEM, con quien ya no quieren jugar a la democracia.
LRE/MA