Inquietud y Recuerdos Dolorosos Resurgen en la Ribera del Río Hondo
8 Ene. 2025
► Ola de robos azota la zona de Carlos A. Madrazo y los ciudadanos se reagrupan para enfrentar al o los delincuentes
Ricardo Jesús Rivas/CAMBIO 22
CHETUMAL, 8 de enero. – En la Ribera del Río Hondo, un aire de intranquilidad vuelve a soplar entre los habitantes de las localidades de Ucum, Carlos Alberto Madrazo y sus alrededores. Los rumores de robos a casas habitación y la presencia de personas extrañas comenzaron a circular, dejando un eco de alerta y temor en las comunidades. Las calles, usualmente tranquilas, ahora son escenario de miradas atentas y oídos agudizados, en busca de cualquier indicio de peligro. La memoria colectiva revive episodios de un pasado oscuro, cuando la desesperación llevó a una comunidad entera a tomar decisiones extremas, ejecutando públicamente a un hombre extranjero.
El llamado entre vecinos es claro y urgente. Los habitantes proponen reactivar el grupo vecinal de vigilancia que alguna vez funcionó como un muro de contención ante la delincuencia. En patios y reuniones informales, las conversaciones giran en torno a las experiencias recientes, puertas forzadas, objetos desaparecidos y, sobre todo, el temor de que los robos puedan escalar a algo peor. La petición es directa, reportar cualquier actividad inusual, no dejarse llevar por la indiferencia y actuar unidos para prevenir otro periodo de zozobra.
El espectro de los eventos del 4 de junio de 2015 flota en el ambiente, un día que marcó a la comunidad de Carlos Alberto Madrazo para siempre. En aquel entonces, Rafael Mendoza, un extranjero señalado por los lugareños de cometer robos y otras conductas ilícitas, fue linchado en un acto de justicia por propia mano. Los pobladores, cansados de las promesas incumplidas de seguridad y del desinterés de las autoridades estatales, decidieron actuar por cuenta propia, dejando una cicatriz profunda en la historia local.

Aquella época estuvo marcada por robos constantes, animales desaparecidos y un clima de impunidad que erosionó la confianza en las instituciones. Las denuncias caían en saco roto y las mujeres eran víctimas de acoso en sus propios hogares, lo que llevó a una desesperación colectiva que explotó de manera trágica. Hoy, la evocación de esos días, llena de temor a los habitantes de una firme convicción de no repetir los errores del pasado.
La Ribera del Río Hondo enfrenta nuevamente una encrucijada. La comunidad se encuentra en alerta, decidida a protegerse y exigir un cambio real. Mientras los vecinos estrechan la vigilancia y reviven el espíritu de unidad, las autoridades tienen en sus manos la responsabilidad de intervenir antes de que el descontento y la frustración de la población generen acciones irreversibles. La historia ha dado señales claras, y la pregunta ahora es si los errores del pasado serán las lecciones necesarias para construir un futuro más seguro.
JFCB





















