México Enfrenta el Desafío de Traducir Literatura al Idioma de sus Pueblos Indígenas
2 Ene. 2025
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A pesar de su riqueza lingüística, la traducción del español a lenguas indígenas sigue siendo una tarea desatendida, según el poeta Juan Gregorio Regino, quien critica la falta de apoyo institucional en este ámbito
Redacción / CAMBIO 22
Aunque México presume de una riqueza lingüística y cultural, no existe un trabajo a fondo para traducir textos del español a las lenguas indígenas. “Eso es algo que se ha descuidado y que es casi inexistente”, afirma a Excélsior el poeta y exdirector del Instituto Nacional de Lenguas Indígenas (INALI), Juan Gregorio Regino, quien colaboró como traductor en Grito hacia Roma, de Federico García Lorca, libro que traduce un poema de García Lorca a 27 lenguas indígenas de América Latina.
Incluso, “cuando se refiere la traducción se habla del español al inglés o al francés, es decir, entre lenguas de prestigio, pero (la traducción) del español a lenguas indígenas y viceversa, en nuestro país, no tiene un papel destacado. No está en la agenda de revistas literarias, en foros literarios ni académicos”, detalló. Y lamentó que en algunas ocasiones este tipo de trabajos –en este caso realizado en colaboración con la UNAM y el Instituto Cervantes– sean realizados como una discriminación positiva ante la falta de una cultura de la traducción.

¿Cuál es su percepción en el terreno de la traducción a lenguas indígenas? “Creo que presumimos una riqueza lingüística y cultural, pero solamente en el discurso; en los hechos no está afianzada la idea ni la imagen del México indígena, la cual sigue estereotipada y asociada a la ignorancia. Es más, las lenguas indígenas ni siquiera se consideran lenguas, sino más bien dialectos. El hecho de alternarlas con el español en una publicación como ésta, y de la mano del Instituto Cervantes, es muy importante”.
Pero el escenario debería ser distinto, porque si México se reconoce como nación multicultural y plurilingüe, añadió el también poeta, con más de 7 millones de hablantes y más de 19 millones que se autodefinen como indígenas, en esa proporción debería existir una producción literaria y una difusión en medios escritos y audiovisuales. Esto, a pesar de la Ley General de Derechos Lingüísticos y la reciente reforma que reconoce y garantiza los derechos de comunidades indígenas y afromexicanas.
Además, aseguró que, si bien es reconocido el proceso de desaparición en el que está más de la mitad de las 68 lenguas nacionales, hace falta un proceso de restauración y de reconstitución lingüística que impulse una política pública en dicho tema. El Estado, a través de una política educativa y cultural que albergó durante muchos años, de alguna forma es la responsable de que las lenguas indígenas estén en la situación que en que hoy se encuentran (en extinción), así que hay una deuda enorme del Estado hacia los hablantes y las comunidades, y por ello debe establecerse en la Ley de Derechos Lingüísticos, añadió.
¿Y EL INALI?
Juan Gregorio Regino también fue cuestionado sobre la fusión aún incompleta del INALI con el Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (INPI), impulsado por Alejandra Frausto, extitular de Cultura federal. “Creo que esta iniciativa de fusionar al INALI (con el INPI) era muy desafortunada porque el INALI es de las pocas instituciones que ha llevado a cabo el espíritu de la inclusión”.
Y añadió: “Nosotros entregamos una memoria de acciones, de trabajos, pero hay algo que está pendiente y que debería retomarse: el Plan de Acción de México, enmarcado en el Decenio Internacional de las Lenguas Indígenas”. ¿Lo ideal sería mantener el INALI? “Sí, necesitamos a un INALI que tenga una interlocución más directa con la Presidenta. El INALI debería ser una instancia encargada de la política lingüística nacional, es decir, no sólo de la lengua indígenas, sino también del español, porque en México no existe una instancia así”, concluyó.
Grito hacia Roma fue traducido a 12 lenguas de México (maya, mazahua, mazateco, mixe, mixteco, náhuatl, otomí, purépecha, totonaco, tsotsil, zapoteco y zoque), y 15 de otros países latinoamericanos: Bolivia (aimara), Chile (mapuzugun), Colombia (desano, ikü, kogui, namtrik, nasa yuwe, sikuani y tuyuca), Guatemala (maya kaqchikel), Paraguay (guaraní), Perú (quechua) y Venezuela (pemón, warao y wayú).
Fuente: Excelsior
GPC/AGF




















