Científicos Descubren Un Reactor Nuclear Natural De 2.000 Millones De Años En Gabón
24 Dic. 2024
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Este hallazgo desafía todo lo conocido sobre los procesos nucleares y ofrece nuevas perspectivas para el manejo de residuos radiactivos y la autorregulación de sistemas naturales
Redacción / CAMBIO 22
La naturaleza a veces supera a la humanidad en innovación. En 1972, físicos franceses identificaron un reactor nuclear natural en Oklo, Gabón, que operó de manera eficiente durante miles de años. Este descubrimiento asombroso no solo revela cómo la Tierra logró sostener reacciones nucleares mucho antes de nuestra era, sino que también inspira nuevas ideas para manejar residuos radiactivos y entender la capacidad autorreguladora de los sistemas naturales.

¿Cómo se originó el descubrimiento?
El hallazgo se produjo en 1972, cuando físicos franceses notaron anomalías en muestras de uranio de Oklo, Gabón. Normalmente, el uranio contiene un 0,72% de uranio-235, el isótopo que permite las reacciones nucleares. Sin embargo, las muestras de Oklo tenían una proporción ligeramente menor, 0,717%, un dato que parecía insignificante pero que desató una profunda investigación.
Los científicos concluyeron que esas diferencias isotópicas eran el resultado de un reactor nuclear natural que estuvo activo durante miles de años. En esa época, el uranio en la Tierra tenía una concentración más alta de U-235, alrededor del 3%, suficiente para sostener reacciones en cadena, similar a los reactores actuales.

Un reactor que se autorregulaba
Lo más asombroso del reactor de Oklo fue su capacidad de autorregulación, un fenómeno que parece extraído de la ingeniería moderna.
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El papel del agua: El agua subterránea actuaba como moderador, ralentizando los neutrones y permitiendo que ocurriera la fisión.
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Ciclo natural: Al calentarse, el agua se evaporaba, deteniendo la reacción. Cuando la zona se enfriaba, el agua regresaba y reactivaba el proceso. Este ciclo se repitió durante miles de años, manteniendo un equilibrio perfecto.

Por qué es único
El reactor de Oklo se formó gracias a condiciones extremadamente específicas: depósitos grandes de uranio, una geología adecuada y la presencia de agua para moderar los neutrones. Aunque pudieron haber existido otros reactores naturales en el pasado, probablemente fueron destruidos por la erosión o los movimientos tectónicos.
Lecciones del pasado para el presente
El impacto del descubrimiento va más allá de la fascinación científica. Oklo demuestra que los productos de fisión pueden mantenerse contenidos durante millones de años, ofreciendo posibles soluciones al manejo de desechos nucleares modernos.
Este reactor natural no solo revela la increíble capacidad de la Tierra para generar sistemas complejos, sino que también nos invita a repensar cómo manejamos los residuos nucleares, inspirándonos en procesos que llevan miles de millones de años funcionando.
Fuente: Gizmodo
OSM/AGF






















