El Olvido de un Símbolo de Dignidad: el Deterioro del Primer Monumento al Maestro
18 Dic. 2024
Redacción / CAMBIO 22
José María Morelos, 18 de diciembre. – Un pedazo de la historia de la educación en nuestra ciudad, el primer monumento al maestro, se encuentra en un estado de abandono y deterioro total. Esta obra, que durante años fue testigo de innumerables homenajes en honor a los docentes, hoy yace arrumbada, lejos de la atención que merece, detrás del Mercado del Productor, frente a unos baños públicos desocupados, y con evidentes señales de desgaste.
El monumento, que alguna vez fue un homenaje tangible al magisterio, está siendo devorado por el tiempo y la desidia: la madera carcomida por la polilla y los materiales desintegrados por el olvido. La imagen de este deterioro, más allá de ser solo una imagen de ruina, refleja la falta de respeto hacia el mismo trabajo educativo que representaba.
El profesor Noé Reyes Cervera, educador indígena, fue uno de los primeros en alzar la voz sobre esta situación. Con evidente dolor y frustración, comenta que la situación del monumento es un claro reflejo de cómo a pesar de los discursos elevados sobre la importancia del magisterio, ha dejado atrás un símbolo de nuestro pasado. “Es una forma de demostrar que, por más que se hable de la importancia de los maestros en los discursos, la realidad es otra. El monumento está ahí, deteriorándose, como un reflejo de la indiferencia hacia nuestra historia”, señala el profesor Reyes Cervera.

El maestro también menciona que, la falta de un espacio digno para este monumento es una herida que no puede pasarse por alto. “Este monumento tiene años, es el primer homenaje que se le hizo al magisterio, aunque no tengo la fecha exacta, sé que tiene mucho tiempo. Creo que se merece un lugar digno, un lugar que lo valore como patrimonio, como algo valioso que simboliza los inicios de nuestro sistema educativo.”
La situación es clara: el monumento al maestro no solo es una pieza de historia olvidada, sino que refleja una falta de consideración hacia el legado del magisterio en la comunidad. Es urgente que las autoridades competentes tomen cartas en el asunto, que se le busque un espacio adecuado, tal vez en el museo de la ciudad, donde pueda ser preservado y admirado en su justo valor.
No podemos permitir que un símbolo tan importante siga siendo víctima del abandono. El magisterio ha sido el pilar sobre el que se ha construido nuestra educación, y el monumento que lo representa merece ser tratado con la dignidad que se le debe.
HTR




















