Con su Reelección Planchada, Reyna Tamayo Arroja Otra Tonelada de Tierra a la Tumba del PAN

• CAFÉ DE ALTURA

 Javier Chávez Ataxca/ CAMBIO22

El panismo quintanarroense siempre ha sido un partido mediocre, con fugaces episodios combativos como oposición. De mal en peor desde que Carlos Joaquín desalojó la gubernatura en 2022 –pasaditos de ingenuos lo creyeron uno de los suyos–, su dirigente estatal Reyna Tamayo Carballo lo envió a la tumba en su primer período y ayer con su reelección planchada le arrojó una tonelada de tierra.

Esta reelección fue humillante para el PAN porque Reyna fue candidata única, al estilo Fidel Castro o Augusto Pinochet. Con ese fin apretó a los blandengues consejeros estatales para evitar la participación de su retadora Susana Martínez, quien tuvo sequía de firmas de apoyo y quedó en la orilla, hinchada de coraje.

Reyna Tamayo ha perdido todas las batallas electorales y es la peor dirigente en el peor momento para el PAN maya caribeño, invadido por la depresión y resignado a soportar los triunfos conquistados en cascada por verdes y morenos, desde la capital y Bacalar hasta Isla Mujeres y Lázaro Cárdenas.

En la gran guerra electoral de 2024 se fueron en blanco y salvaron el honor porque la chetumaleña Mayuli Martínez Simón (a la izquierda en la imagen inferior) rescató la senaduría de consolación que sentía en la bolsa Roberto Palazuelos, “El Diamante Negro” de Tulum.

La cancunense Reyna Tamayo es también diputada plurinominal en el Congreso local y en su curul no ha impulsado una sola iniciativa digna de mención; sus posturas han sido tibias y acomodaticias, para no desafiar al reinante bloque de la 4T.

Llama la atención el silencio de notables panistas de tiempos recientes. Otros ya renunciaron al partido para estar con el ejército vencedor, como Atenea Gómez Ricalde (alcaldesa de Isla Mujeres) y su madre Alicia Ricalde Magaña, titular de la Administración Portuaria Integral a lo largo del mandato de Carlos Joaquín.

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