Alemania Y Francia Sin Fondos: Ambos Gobiernos Paralizados Por Rechazos Parlamentarios
14 Nov. 2024
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Olaf Scholz Y Michel Barnier No Logran Obtener Los Recursos Necesarios Para Sus Políticas, Tras El Rechazo Del Presupuesto De Ingresos Para 2025 En Francia Y Dificultades Similares En Alemania.
Redacción / CAMBIO 22
El canciller alemán, Olaf Scholz, y el primer ministro francés, Michel Barnier, tienen actualmente problemas similares: quieren dar forma a la política, pero no reciben (más) dinero del Parlamento para hacerlo.
El martes (12.11.2024) por la noche, la Asamblea Nacional de París rechazó por amplia mayoría la primera parte del presupuesto para 2025, que se refiere al capítulo de ingresos. La bancada gubernamental y los diputados de la derechista y populista Agrupación Nacional rechazaron el proyecto por 392 votos contra 192.
Fue el resultado de un debate de dos semanas, en el que la alianza de izquierdas, que representa el mayor bloque político del Parlamento, había remodelado el proyecto gubernamental a su manera con enmiendas.
Se incluyeron en el proyecto un impuesto sobre el patrimonio para los multimillonarios, un impuesto sobre los dividendos de las grandes empresas, un impuesto sobre las empresas multinacionales y mayores impuestos para las empresas digitales, así como un nuevo impuesto sobre las motocicletas especialmente ruidosas. Sin embargo, el impuesto más elevado sobre la electricidad y la calefacción de gas previsto por el Gobierno fue anulado por los diputados sin alternativa.
Alemania y Francia: ¿con o sin presupuesto?
El presupuesto nacional es el programa gubernamental expresado en cifras. Berlín y París carecen de él, justamente en estos turbulentos tiempos. Mientras que Michel Barnier aún puede esperar un presupuesto regular en 2025 a pesar de esta derrota, éste ya no será el caso para el actual Gobierno minoritario de Berlín. En el mejor de los casos, aún podría aprobarse un presupuesto suplementario para 2024, con el apoyo de la oposición, antes de la disolución del Parlamento.
Esto se ha hecho necesario porque el Gobierno sigue careciendo de dinero este año. Deben financiarse 3.700 millones de euros de gasto adicional para la pensión básica y más de 10.000 millones de euros para la demanda adicional de fomento de las energías renovables. El Gobierno debe encontrar el dinero antes de finales de año o reaccionar con una congelación presupuestaria.
Berlín y París: debilitados en Bruselas y Washington
Cuando Donald Trump se instale por segunda vez en la Casa Blanca, el 20 de enero, es probable que se disuelva el Bundestag. Poco menos de cinco semanas después, el 23 de febrero, los alemanes elegirán un nuevo Parlamento. Dependiendo del resultado de las elecciones, la formación de un Gobierno podría prolongarse hasta bien entrada la primavera.
Alemania seguiría teniendo un canciller y ministros tras la disolución del Parlamento por el presidente federal, pero sólo a título ejecutivo. Durante la fase de transición, ya no podrían tomar ninguna decisión fundamental o de gran alcance.
Sólo un nuevo Gobierno negociará con el nuevo Ejecutivo de Trump o impulsará decisiones a nivel de la Unión Europea (UE). Hasta entonces, habrá que esperar y ver. Pero quizá también algunos puedan respirar aliviados, pues la fracasada coalición tripartita ha sido considerada un socio difícil en Bruselas. Con el “voto alemán”, o la abstención, la coalición de Gobierno de Alemania evitó repetidamente decisiones delicadas en los últimos años, como en las dos votaciones sobre la Ley de la Cadena de Suministro de la UE y la normativa de emisiones para camiones.
Fuente: DW
OSM/AGF